Píter Ortega propone otra vez una mirada crítica a la producción nacional en las artes visuales y a otros fenómenos de la cultura.
CULTURA Redacción IPS Cuba 3 marzo, 2016
El curador de polémicas exposiciones en La Habana, como Bomba y Sex in the city, regresa al ruedo editorial con “El peso de una isla en el amor de un pueblo”.
Foto: Tomada de www.booksandbooks.com/
La Habana, 3 mar.- Con su libro “El peso de una isla en el amor de un pueblo”, Píter Ortega vuelve a los circuitos de la crítica de arte en Cuba tras varios años fuera de la isla caribeña. Y lo hace con un tono de desgarramiento y denuncia…
Así se expresó el autor, para quien este volumen tiene un valor simbólico muy fuerte: “es mi regreso a la cultura cubana”. Además, compartió que el texto está signado por la nostalgia “porque cuando se emigra, la vida cambia”.
“Uno siempre tiene el miedo de que lo olviden en su país natal y me gusta mucho que me lean en casa”, dijo durante la presentación del libro el 29 de febrero en la Academia Nacional de Bellas Artes San Alejandro.
Aunque los ejemplares circulan por Miami, la ciudad estadounidense donde fue presentado en noviembre pasado, su “público natural” es el de acá, apuntó Ortega.
“Vivo ahora en otro lugar, pero quiero seguir inmerso en el mundo del arte y la cultura de mi nación, porque la isla sí pesa (…) y uno la lleva siempre en el corazón”, expresó.
Según el poeta y ensayista cubano Rafael Acosta, Píter es un provocador en toda la extensión de la palabra.
El volumen es una continuación de su primer título “Contra la toxina”, porque sigue una línea ensayística y de artículos cortos en los cuales se aborda la obra reciente de artistas cubanos y extranjeros, señaló Acosta durante la presentación.
El joven crítico de arte, Samuel Hernández, valoró que en este texto se siente la ruptura entre el aquí y el allá, pues desde hace unos años el autor radica en Miami y “su perspectiva ahora es otra”.
“Un libro de arte en Cuba siempre se agradece mucho: las publicaciones de este tipo no suelen ser muy comunes en este contexto”, indicó.
También apoyó la idea planteada por el autor de que hace falta una cartografía del arte contemporáneo cubano.
El ensayista Antonio Cardentey destacó en el prólogo la constante preocupación de Píter por los artistas más jóvenes o desconocidos pues está “obsesionado por tomarle el pulso al arte de la Cuba actual”.
“Su estilo desenfadado y su visión mordaz de ciertas zonas del arte cubano se repiten en este nuevo volumen, pero esta vez sus textos no se limitan a cuestiones puramente artísticas, sino que su mirada se extiende a fenómenos culturales y sociopolíticos tales como el reguetón, la homofobia o la decadencia de ciertos esquemas de poder”, valoró.
La mayor parte de los textos, compendio de lo escrito por Píter Ortega en los últimos cinco años y que vio la luz bajo su propio proyecto, están dedicados a las artes visuales, con énfasis en la producción cubana.
Algunos ya han sido publicados en periódicos, revistas y catálogos, y otros son inéditos o elaborados especialmente para el libro.
Entre los creadores cubanos que se analizan en el volumen figuran Wilfredo Prieto, Carlos Martiel Delgado, Jorge Otero, Alejandro Gómez, Rocío García, Juan Roberto Diago, Jorge Santos Marcos, Lidzie Alvisa, Dionel Delgado y Joel Corrales, entre otros.
Mientras, entre los foráneos se cuentan Andrés Serrano Vik Muñiz (Brasil), Meyer Vaisman, Stephon Senegal, David Brooks, Caitlin Cherry, y el proyecto de Jen Catron & Paul Outlaw.
El curador y crítico de arte Píter Ortega Núñez (1982) se graduó en Historia del Arte en la Universidad de La Habana en 2006 y, hasta la fecha, ha comisariado más de 30 exposiciones de arte contemporáneo en galerías cubanas y en el extranjero.
Actualmente se desempeña como curador en Rimonim Art Gallery, en Little River, Miami (2016).
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