"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

miércoles, 4 de octubre de 2017

Vándalos contra monumentos: ¿peligra el patrimonio en Cienfuegos?

Por Roberto Alfonso Lara -4 octubre, 2017


En 2014 un auto impactó contra el conjunto escultórico dedicado al concejal Ceferino Méndez, en el Paseo del Prado de Cienfuegos. Desde entonces, esa obra presenta daños significativos en su estructura. / Foto: Ildefonso Igorra

Al menos una agresión al patrimonio local se detecta cada semana, según especialistas de la Oficina del Conservador de la Ciudad de Cienfuegos (OCCC). Tales episodios se acomodan peligrosamente en la vida diaria y a estas alturas son considerables los daños registrados. Algunos vienen de la mano de la inocencia o el desconocimiento, mientras otros cargan las más nocivas intenciones.

Dos vertientes del fenómeno reconoce Mery Berta Pérez Lorenzo, jefa del Departamento de Investigaciones Históricas Aplicadas, de la OCCC: una circunscrita a la parte arquitectónica y otra vinculada a los bustos, tarjas y conjuntos escultóricos, así como a los diferentes tipos de monumentos.

“Toda transformación ejecutada en un inmueble con grado de protección patrimonial es considerada una agresión, apuntó la especialista. Por ello, insistimos en que las personas e instituciones conozcan y dominen las particularidades de su propiedad, cómo pueden agredirla o conservarla.

“El problema de las tarjas, por ejemplo, sucede con frecuencia. Estas se encuentran generalmente en las fachadas de las edificaciones o en los parques. Los ciudadanos, en la mejor disposición, pintan el frente de su vivienda sin preservarlas. Al ser casi siempre de bronce, las manchas de pintura llevan luego un proceso químico que degrada con el tiempo la tarja, aunque parezca fuerte. Se recomienda, antes, cubrirla con papel periódico, precintarla o consultarnos, en función de hallar la forma más idónea de protegerlas”.

Dentro de la oleada de agravios, son los actos de vandalismo y robo contra significativas construcciones de Cienfuegos los que despiertan la mayor preocupación. El edificio La Catalana —Monumento Local— fue víctima de la sustracción indiscriminada de todos sus elementos (rejas, pisos de mármol, ladrillos, guardavecinos); la escultura en bronce del patriota dominicano Dionisio Gil perdió el machete; y al emblemático hotel La Suiza, en otro capítulo reciente, le retiraron a martillazos sus valiosos mosaicos.

Los funcionarios del Centro Provincial de Patrimonio Cultural subrayan la responsabilidad individual o institucional de los dueños de cada sitio o construcción conmemorativa, obligados a velar por su conservación, los que, en muchos casos, no actúan de manera consecuente. De acuerdo con Clara Estrella Soto Bermúdez, directora de la Oficina de Monumentos y Sitios Históricos, “nuestra ayuda es metodológica, pero ante hechos de vandalismo, robo u otros, el máximo responsable será siempre el propietario”.


Hace dos años, el hotel La Suiza todavía conservaba sus pisos y mosaicos; hoy gran parte de lo que se observa en la foto no está, pues fue sustraído indiscriminadamente. / Foto: Cortesía de la Oficina del Conservador

Con la apertura de zonas WiFi en áreas patrimoniales, como el parque Martí, el abanico de agresiones se expande. Aun cuando los propios especialistas de la OCCC ponderan su desarrollo en tanto espacio de intercambio social, otra realidad deriva del permisible desorden.

“Los niños se arman de una crayola y lo pintan todo, argumentó Pérez Lorenzo. Esta tiene una composición de grasa que penetra profundamente el mármol y debemos utilizar entonces productos químicos. Los fustes de los conjuntos escultóricos limpiados el pasado mes de abril, recién los hallamos escritos”.

Otras afectaciones generan los juegos de béisbol en el parque. “La pluma sostenida por la alegoría a la República —puntualizó— se ha restaurado en cuatro ocasiones, porque los muchachos la rompen a pelotazos. Incluso, en la escultura a José Martí hemos encontrado hasta pelotas incrustadas. Todas esas piezas fueron trabajadas en mármol de Carrara, muy bello y antiguo, pero muy vulnerable a los impactos sólidos”.

Similares incidentes se repiten y acentúan en los últimos años. El conjunto escultórico dedicado a la figura del concejal Ceferino Méndez —en la intersección del Paseo del Prado y la calle Santa Clara— presenta daños importantes en su estructura tras ser objeto de un choque automovilístico. Además, recibe constantes botellazos, sin que se expliquen los motivos de dicha conducta. Casi la misma escena acontecía en el rincón martiano de la Sociedad Cultural José Martí, lo cual condujo a la polémica decisión de su enrejado en aras de salvaguardar al busto de los continuos ataques.

Resarcir tales perjuicios supone, en las actuales condiciones, una labor compleja, dado que los procesos de restauración son caros en extremo, demandan productos específicos, valor económico y fuerza de trabajo elevados. Un estudio preliminar de la Oficina del Conservador estima la intervención completa a un conjunto escultórico, en más de 20 mil pesos.

Desde el punto de vista judicial, sin embargo, se sancionan las actitudes deliberadas contra el patrimonio, aunque esas normas, muchas veces, pasan desapercibidas. El artículo 243 del Código Penal cubano establece: “el que intencionalmente destruya, deteriore o inutilice un bien declarado parte integrante del patrimonio cultural o un monumento nacional o local, incurre en sanción de libertad de dos a cinco años o multa de trescientas a mil cuotas”. Según Soto Bermúdez, la provincia consta de doce monumentos nacionales y catorce locales. “El ejercicio de protección de estos sitios —dijo— no debe limitarse a las instituciones, sino a cada ciudadano”. Pérez Lorenzo, por su parte, concluyó que “el centro de las agresiones radica en el desconocimiento de lo que atesora la ciudad. Cuando no se conoce la historia, simplemente se agrede”.

La acumulación de incidentes vandálicos y otras acciones contrarias a lo dispuesto, ponen en riesgo la condición universal del Centro Histórico Urbano de Cienfuegos, declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad el 15 de julio de 2005. El lenguaje de la desidia e impunidad se fortalece al paso de los días, sin nadie que detenga sus pedradas.

Restauradores:  Fotos Oficina del Conservador de la ciudad.


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