Ecos de la Reflexión de Olga Salanueva

Estimados amigos.

Mi primera reacción al enterarme de que tres de los cinco no estaban en la candidatura para la Asamblea Nacional no fue buena. Reaccione "encabronado" y me perdonan la expresión,pero desde esa posición no se puede tener la lucidez necesaria para dar una respuesta que no nos afecte políticamente, que es no romper nuestra unidad y nuestra confianza y al mismo tiempo reclamar una solución a lo que muchos pensamos no debió ocurrir.

Son muchas las personas en Cuba que hubieran podido estar en esa candidatura y no están .Lógico, todos los hombres y mujeres con méritos suficiente no cabrían en ninguna candidatura.Pero lo de los 5 nos estremeció porque no son cualesquiera cinco.Son los 5 héroes de nuestro pais, que muchos sufrimos y hasta lloramos su encierro y nos volvió el alma al cuerpo cuando supimos que ya estaban con nosotros de nuevo y se había cumplido la palabra empeñada por nuestro Fidel de que volverían. La alegría entonces ademas de inmensa, fue doble.

¿ Como es que ahora una Comision de candidatura deja fuera a tres de ellos?Se trata de algo muy dificil de entender y sobre lo que existen razones suficientes para que alguien nos de una explicacion o se rectifique la accion y se les ponga a todos donde siempre debieron estar desde el principio.

Digo estas palabra con la plena confianza de que se nos entenderá y se rectificara, aunque sea algo extraordinariamente difícil hacerlo. Pero es que los 5 serian el alma de esa Asamblea Nacional.¿Como explicarle a nuestro pueblo que ellos no están, todos, en la candidatura a Diputados de nuestra Asamblea Nacional?

Saludos.

Un abrazo para todos.

Esteban Morales.

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ESTIMADOS COMPAÑEROS,

FORMIDABLE Y PLAUSIBLE EN GRADO EXTREMO ESTA RESPUESTA PRECISORA DE OLGA SALANUEVA EN FACEBOOK.

UN MAYOR RESPETO Y ADMIRACION DE MI PARTE HACIA ELLA, A PARTIR DE ESTE MOMENTO.

ASI ACTUAN LOS REVOLUCIONARIOS HONESTOS Y HUMILDES.

ME CONGRATULO DE CONVIVIR EN UN MOMENTO HISTORICO CON MUJERES DE TAL VALIA Y ENTEREZA.

FRATERNALMENTE,

HUMBERTO PEREZ

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Por Aurelio Alonso

Gracias, Humberto, por circularlo. Comparto contigo la admiración que inspiran las palabras de Olga. Asumo como emblemático su llamado a "respetar el sistema que tenemos y no dejar que nuestra reacción a sus imperfecciones haga mella en sus resultados". Encuentro mucha altura en lo que ella ha dicho.

Aclaro que yo también esperaba, y me hubiera gustado, ver los nombres de "los cinco", en la candidatura, y seguirlos, en los próximos años, con esa fuerza moral de una juventud potenciada por el sacrificio, en los debates asamblearios del período que se inicia, tan relevante para el porvenir de nuestro socialismo. Tiempo de cambios necesarios, de crítica revolucionaria, de audacia y de compromiso. Compromiso con nuestro pasado y nuestro futuro. Tiempo de renovación revolucionaria. Ahora me aventuro a decir que siento no ver también el nombre de Olga en las listas - a riesgo de ser censurado por decirlo. Habría que pensar un poco más en la abnegación y las incertidumbres vividas por las compañeras de los héroes durante esos difíciles años para calibrar mejor la fuerza de sus valores.

Extraigo, como una conclusión que podría ser relevante, que el intercambio que se ha generado al respecto refleja uno de los desfases de nuestra institucionalidad democrática, que Alzugaray caracteriza acertadamente, a mi juicio, cuando afirma: "hay que reconocer que Olga ha apuntado prácticas negativas en nuestro proceso electoral, una de ellas, la más perniciosa a mi criterio, es que, contrastando con la forma abierta y pública en que se nominan los candidatos a delegados municipales que, además, tienen que competir con al menos otro candidato, las nominaciones para candidatos a las asambleas provinciales y a la Asamblea Nacional, que prácticamente [no] son una elección pues no tienen que competir con otros nominados, se hacen con la más absoluta falta de transparencia". Lograr la democracia socialista nos exige perfeccionar lo avanzado institucional y culturalmente. No es poco contar con un sistema en el cual la política no constituye una forma de enriquecimiento ni de prebendas, que no exista el clientelismo competitivo (peligro que no debiera implicar la falta de alternativas) entre los candidatos, que haya introducido al menos la rendición de cuentas y la revocación como principios. Solo cito aquí algunos valores incuestionables de nuestro sistema, para añadir que este reconocimiento no nos exime de comprender sus defectos estructurales y la responsabilidad de enmendarlo, añadiría yo que con urgencia. Responsabilidad que toca cada vez más a las nuevas generaciones.

Por eso angustia tanto cuando no vemos incluidos a quienes consideramos que no debían faltar en los resultados de esa nominación, hecha "desde arriba" por una Comisión integrada por compañeras y compañeros cuyas virtudes no pongo en duda, pero al margen de un método democrático coherente con otras cualidades del sistema. Finalmente - y omito otras consideraciones para no extenderme innecesariamente - quiero dejar sentado que saludo esta discusión, que a despecho de como la interpreten en la prensa extranjera, o la manoseen en las notas de la Oficina Oval, o los cubículos de Langley, nos ayuda a esclarecernos y a perfeccionar nuestro socialismo. Digo, si es que verdaderamente deseamos hacerlo. Eso es lo más importante, despojados de los remilgos de condicionar las verdades a lo que pueda decir el enemigo: el enemigo es eso, enemigo, y va a obrar como tal si discutimos sin pelos en la lengua o si nos callamos vergonzosamente. Aun con el recurso de la espera del momento y el lugar adecuado, que puede volverse un subterfugio. Estoy - seguramente estamos - cansado(s) de esperar lugares y momentos adecuados sin hallar respuesta, y confieso que asumo los costos que me imponga tratar de descubrirlos por mi cuenta. Lamento además los trazos paternalistas e incluso machistas que creí percibir en algunos de los reproches formulados hacia la compañera Salanueva y creo que ganarían pidiéndole, humildemente, disculpas.

Me parece que podremos ir esta vez a las urnas con la misma devoción socialista, pero con un poco más de espíritu crítico, después de un intercambio así.

Mis saludos fraternos a todos y a todas,

Aurelio