"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

domingo, 20 de julio de 2025

Trump desbocado y derrotado

No sólo en Ucrania tropezó el magnate neoyorquino. Aquellas superbombas que supuestamente destruirían los depósitos de uranio enriquecido de Irán terminaron siendo un fiasco.


Por Atilio Borón, Página 12

El insólito y a la vez ridículo ultimátum de Trump a Rusia otorgándole un plazo de 50 días para finalizar la guerra en Ucrania es uno más de las muchas bravatas que el presidente de EEUU ha venido profiriendo desde el inicio de su campaña electoral a mediados del año pasado. En el ámbito internacional aquellas, hasta ahora al menos, no llegaron a concretarse.

La guerra en Ucrania no la detuvo en 24 horas como había prometido y se ha vuelto más encarnizada por el continuo y creciente flujo de armamento norteamericano y europeo hacia el régimen neonazi de Zelenski. El nivel de improvisación e irresponsabilidad de Trump quedó retratado, según el Financial Times, cuando en una reunión con el mandatario ucraniano le preguntó si podría atacar a Moscú y San Petersburgo, a lo cual Zelenski respondió que sí, siempre que le proporcionaran las armas para hacerlo.

La única manera de acabar con esa guerra, que ya está perdida para Kiev, es garantizarle a Rusia el derecho a la seguridad nacional. Así como Washington jamás aceptaría la instalación de tropas chinas o rusas en México o Canadá no se entiende por qué Moscú debería aceptar sin chistar estar rodeado por potencias hostiles desde el Báltico hasta el Mar Negro.

Pero no sólo en Ucrania tropezó el magnate neoyorquino. Aquellas superbombas que supuestamente destruirían los depósitos de uranio enriquecido de Irán terminaron siendo un fiasco certificado por la Organización Internacional de Energía Atómica cuando, días después del bombardeo, declaró que no se detectaron aumentos en los niveles de radiación en las inmediaciones de las instalaciones nucleares iraníes.

Mientras tanto no hay noticias de que en el Canal de Panamá se hubiera producido un cambio de autoridades y tampoco se observan Marines patrullando a lo largo del canal. Groenlandia no está en venta y Canadá rehusó convertirse en el estado número cincuenta y uno de EEUU dando rienda suelta, además, a un sentimiento antiestadounidense sin precedentes con 59 % de los encuestados diciendo que su vecino del sur es una amenaza mayor para Canadá que Rusia, Corea del Norte e Irán. Sin duda, todo un éxito.

Por su parte los mapas de la National Geographic Society ignoraron la bravata de Trump y al Golfo de México se lo sigue llamando por su nombre tradicional, al igual que el Golfo Pérsico, y en el tema de los aranceles sus idas y vueltas ya se han convertido en un monumento a la improvisación, subiendo y bajando caprichosamente el nivel de los mismos aún con los países con los que EEUU ha firmado un acuerdo de libre comercio, como México y Canadá y amenazando con aplicar tarifas diferenciadas a todos los demás.

En este asunto el presidente de EEUU ha llegado a extremos ridículos como pretender castigar con un arancel del 500 % a los países que “colaboren” con Rusia (sin que se aclare a qué se refiere con dicha palabra) o castigar con descomunales tarifas a los miembros del Brics pese a que en muchos casos EEUU tiene un balance comercial favorable con algunos de los países que lo integran, entre ellos Brasil.

Esta impresionante lista de fracasos en el escenario internacional tiene su contrapeso en la poca efectividad que han tenido las absurdas amenazas de Trump de deportar a unos diez u once millones de inmigrantes establecidos supuestamente de forma ilegal en EEUU. Hasta ahora, la deportación masiva ha sido más retórica que real. La Casa Blanca informó que hasta abril de este año habrían deportado unas 140.000 personas, pero observadores imparciales estiman que la cifra real se ubica en poco más de la mitad.

De todos modos, Trump puso en marcha una cacería indiscriminada de migrantes, sin mayor distinción entre personas que estaba viviendo legalmente en ese país durante años y los indocumentados. Una iniciativa injusta, criminal, particularmente cruel con familias que se ven desgarradas por la acción de la Casa Blanca dejando niños muchas veces en la orfandad y a merced de autoridades inescrupulosas que son capaces de hacer cualquier cosa con ellos, desde darlos en adopción o venderlos en no pocos casos a organizaciones criminales dedicadas al tráfico de órganos infantiles, un tema que en EEUU ha adquirido una inusitada gravedad.

Para colmo de males, la administración Trump no envía a todos los migrantes capturados a sus países de origen, sino que en algunos casos su destino es El Salvador. Allí fueron a parar unas 260 personas, la mayoría venezolanas, alojadas en calidad de “terroristas” en el enorme Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), un redituable negocio para el régimen de Nayib Bukele que recibie poco más de 6 millones de dólares mensuales por colaborar con la nefasta política de deportación masiva de Trump.

Volviendo a la arena internacional, la política de medidas coercitivas unilaterales (“sanciones”) de Washington y sus vasallos europeos aceleró el colapso de la globalización neoliberal y dio ímpetu a la reorientación de las relaciones económicas de Rusia en dirección al mundo asiático. Si antes de la guerra en Ucrania el intercambio comercial de Moscú con Europa equivalía al 47 % del total, en la actualidad apenas llegan al 11 %. Por la inversa, el vínculo mercantil de Rusia con los países asiáticos pasó del 29 al 66 %, distribuido en las proporciones siguientes: un 34 % en la relación con China (volumen total de 245.000 millones de dólares) y un 32 % para el resto de Asia.

A lo anterior hay que sumar la creciente importancia del comercio entre Rusia y la India, Turquía e Indonesia. Y es en este lugar, el Asia Pacífico, donde hoy se encuentra el centro de gravedad de la economía internacional y en donde una parte cada vez más grande de las relaciones comerciales se pagan con monedas locales, agravando así la creciente desdolarización de la economía mundial, algo que Trump pretende detener -al principio- con una guerra arancelaria cuya primera víctima ya está siendo EEUU.

sábado, 12 de julio de 2025

Todo el planeta está siendo rehén de una secta mortal

Es una incógnita si los otros dos miembros principales del BRICS, Rusia y China, responderán. Si no, Irán podría jugar su última carta: cerrar el estrecho de Ormuz y colapsar la economía mundial


Pepe Escobar, Strategic Culture

Vamos al grano. El devastador ataque contra Irán por parte del grupo psicopatológico y genocida de supremacistas étnicos ‘elegidos’ instalados en Tel Aviv —una declaración de guerra de facto— fue coordinado al detalle con el el maestro de ceremonias de circo Trump.

Este Narciso infantil ahogado en el estanque de su propia imagen delató el juego él mismo en una publicación incoherente. Algunos fragmentos destacados:
“Le di a Irán oportunidad tras oportunidad para llegar a un acuerdo”. No hubo tal intento de “acuerdo”, sino sus exigencias unilaterales. Al fin y al cabo, él mismo torpedeó el acuerdo original, el JCPOA, porque no era “su acuerdo”.

“Les dije que sería mucho peor que cualquier cosa que conocieran, anticiparan o les hubieran dicho”. La decisión de atacar ya estaba tomada.

“Algunos iraníes de línea dura hablaron con valentía, pero (…) ahora están todos MUERTOS, ¡y la situación solo empeorará!”. La jactancia es inherente al cargo.

“Los próximos ataques, ya planeados, serán aún más brutales”. Alineamiento total con la estrategia sionista de ‘decapitación’.

“Irán debe llegar a un acuerdo, antes de que no quede nada, y salvar lo que una vez se conoció como el Imperio Iraní”. Era el Imperio Persa, pero al fin y al cabo se trata de un hombre que no lee ni estudia. Fíjense en el arte de la diplomacia: acepten mi acuerdo o mueran.

Esta década incandescente se inició con el asesinato del general Soleimani en Bagdad. Estaba en una misión diplomática. La luz verde la dio personalmente el entonces presidente de los EEUU, Trump.

La mitad de los furiosos años veinte se ve ahora abocada al borde de una guerra devastadora en Asia Occidental, con repercusiones globales, por el asesinato en serie de algunos líderes del IRGC en Teherán a manos de la entidad sionista psicógenocida.

Tras un elaborado kabuki de engaños, la luz verde a Tel Aviv —adelante, háganlo— también vino de Trump 2.0 (que afirmó estar ‘al corriente’ de los ataques).

Una guerra preventiva contra los BRICS

El plan maestro psicopatológico y genocida consiste en obligar a Teherán a capitular, sin siquiera oponer resistencia. El preámbulo kabuki se ejecutó con maestría.

Las negociaciones nucleares indirectas en Omán se tomaron en serio en Teherán, lo que adormeció a los líderes iraníes, tanto civiles como militares. Cayeron en la trampa y fueron capturados, literalmente, mientras dormían.

El ayatolá Jamenei, que se encuentra en peligro físico, ya que Israel está aplicando el mismo modelo de decapitación que utilizó con Hezbolá, tiene que tomar una decisión muy difícil: capitulación o guerra total. Por lo que se ve hasta ahora, con la también desvastadora respuesta iraní, será una guerra total, y con EEUU como participante directo.

Los líderes iraníes —en realidad, más la presidencia de Pezeshkian, repleta de partidarios de un ‘acuerdo’ con Occidente— fueron inducidos a una falsa sensación de seguridad, olvidando que los asesinos en serie no hacen diplomacia.

Así que el precio que tendrá que pagar ahora Irán será aún más insoportable. Teherán responderá, ya que dispone de los medios necesarios. En ese caso, su industria petrolera corre el riesgo de ser destruida. Es una incógnita si los otros dos miembros principales del BRICS, Rusia y China, por diferentes razones, permitirán que eso suceda.

Y si estuviéramos a punto de entrar en este peligroso terreno, Irán podría jugar su última carta: cerrar el estrecho de Ormuz y colapsar la economía mundial.

El ataque a Irán, respaldado plenamente por el Imperio del Caos, es ante todo un ataque preventivo contra el núcleo energético de los BRICS. Es parte integrante de la guerra imperial contra los BRICS, especialmente contra Rusia y China. Moscú y Pekín deben estar sacando las conclusiones necesarias en tiempo real.

Irán, China y Rusia están unidos por alianzas estratégicas entrelazadas. El mes pasado estuve en Irán siguiendo los avances del Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur (INSTC), que une Rusia, Irán y la India.

Este es solo uno de una serie de proyectos de infraestructura estratégica clave que consolidarán aún más la conectividad económica euroasiática. Una guerra devastadora en Asia Occidental y el colapso de Irán supondrán un golpe mortal para la creciente integración de Eurasia. Eso es exactamente lo que conviene a los planes del Imperio. Así que no es de extrañar que Washington se haya volcado en ello. Ahora se trata de una guerra de circo.

Una respuesta devastadora, un arma nuclear o la capitulación

El mensaje de Teherán es:

Nosotros no hemos empezado la guerra, pero Irán determinará cómo termina.

La pregunta candente es si su capacidad disuasoria —y ofensiva— será suficiente en caso de que Trump entre en la guerra. Los genocidas están atacando los sistemas de almacenamiento de misiles balísticos en el noroeste de Irán e incluso el aeropuerto civil de Mehrabad, en Teherán. Pero se ve poca defensa aérea.

La versión del ejército israelí, con toda probabilidad muy exagerada, afirma que algunos silos de misiles y complejos móviles fueron destruidos incluso antes de que se pusieran en alerta de combate.

Sin embargo, lo cierto es que la inmensa mayoría del vasto arsenal de misiles balísticos de Irán está almacenada en silos y túneles subterráneos muy profundos, capaces de resistir ataques aéreos masivos y defensas aéreas sobrecargadas.

Por el momento, Teherán guarda un silencio inquietante, aunque sus oleadas de misiles y drones están causando un daño significativo a la infraestructura económica y militar sionista.

Necesitan, en un tiempo récord, restablecer una cadena de mando unificada que ha quedado dañada por los ataques; asegurarse de que los lanzamisiles puedan desplegarse y no sean neutralizados por la supremacía aérea israelí; reorganizar la operación Promesa Verdadera 3, que estaba lista para ponerse en marcha, como algunos de nosotros supimos en Teherán el mes pasado, pero ahora adaptada a la nueva situación (ya está funcionando con grandes pérdidas en Israel); y planificar cómo seguir asestando golpes dolorosos al militarismo sionista.

Hay pruebas de que los ataques no han destruido la infraestructura nuclear de Irán, que está enterrada a gran profundidad.

Tal y como están las cosas, los dirigentes de Teherán están aprendiendo por las malas que la diplomacia —comités, cartas a la ONU, declaraciones a la OIEA, reuniones ministeriales— queda reducida a la nada cuando se trata de la ley de la selva.

Los iraníes fueron lo suficientemente ingenuos como para permitir que la AIEA visitara sus instalaciones estratégicas, mientras espías proverbiales recopilaban toda la información que necesitaban para facilitar los ataques israelíes. La RPDC nunca habría caído en una trampa así.

Eliminar a una parte del liderazgo militar y diplomático de Irán en cuestión de horas encaja con la lógica de destrozar el círculo cercano de Jamenei.

Esto comenzó hace mucho tiempo con el asesinato de Soleimani ordenado por Trump y sin duda incluye la misteriosa muerte del expresidente Raisi y del ministro de Asuntos Exteriores Abdollahian en ese sospechoso ‘accidente’ de helicóptero. Se trata de crear las condiciones para un cambio de régimen.

En una nota auspiciosa, el IRGC dio a conocer, antes de los ataques, que ha estado desarrollando una tecnología secreta para intensificar el impacto de sus misiles sobre Israel.

Ahora todos estamos a merced de la tormenta. Una vez más, no hay salida: o se asesta un golpe devastador a los psicópatas genocidas, o Irán fabrica un arma nuclear en poco tiempo. La tercera opción es la capitulación, la castración y el cambio de régimen.

Mientras tanto, todo el planeta es rehén de una amenaza letal. Andrea Zhok es profesor de Filosofía Moral en la Universidad de Milán. Ha señalado sucintamente cómo ninguna construcción política en la historia moderna ha acumulado una combinación tan tóxica de supremacismo étnico mesiánico; desprecio supremo por la vida humana (todos los demás, los que no son ‘elegidos’, son ‘amalecitas’); desprecio supremo por el derecho internacional; y acceso ilimitado a un poderío militar letal.

Entonces, ¿qué se puede hacer con un culto a la muerte tan voraz y fuera de control?

jueves, 3 de julio de 2025

Departamento del Tesoro de EE.UU. multa con 600 mil dólares a empresa de logística por enviar alimentos y suministros a Cuba desde Colombia

 La mayoría de estos cargamentos consistían en alimentos, junto con maquinaria para pozos petroleros, toallas y picadoras eléctricas de forraje



3 de julio de 2025 10:07:59

El Departamento del Tesoro de los Estados Unidos continúa imponiendo multas a empresas que se "salen de la raya" con respecto a Cuba. Foto: Tomada de Cubadebate


La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos ha impuesto una multa de 608.825 dólares a la empresa Key Holding, LLC, propietaria de Key Logistics Colombia S.A.S., por realizar 36 envíos a Cuba entre 2022 y 2023, valorados en más de 3 millones de dólares. La mayoría de estos cargamentos consistían en alimentos, junto con maquinaria para pozos petroleros, toallas y picadoras eléctricas de forraje.

El caso, difundido por Cubanet —medio financiado por agencias estadounidenses gubernamentales como USAID y la NED—, es presentado como una «violación al embargo», omitiendo deliberadamente que el bloqueo económico de EEUU contra Cuba es una política criminal que afecta directamente al pueblo cubano, impidiendo la entrada de medicinas, alimentos y recursos esenciales.

LA DOBLE MORAL DE CUBANET Y OTROS MEDIOS MERCENARIOS

Resulta cínico que medios como Cubanet, sostenidos con fondos del gobierno de EEUU, utilicen este caso, una vez más, en vez de para denunciar la asfixia vital, la pauperización y las carencias de todo tipo que provoca en el pueblo cubano, para justificar el bloqueo contra Cuba, la política criminal de la Casa Blanca sobre la Isla. A la par que publican estas noticias, estos medios son capaces de negar la existencia del bloqueo o asegurar que solo perjudica al «régimen», no a la población. La realidad es que la OFAC castiga, como se comprueba en este ejemplo, incluso el envío de alimentos, demostrando que el objetivo real del bloqueo es asfixiar a Cuba y generar sufrimiento en su gente.

Cubanet y otros digitales «independientes» forman parte de la maquinaria de propaganda anticubana financiada por EEUU, cuyo objetivo no es informar, sino servir a la guerra económica contra la Isla. Su cobertura selectiva sobre el bloqueo —a veces negándolo, otras justificándolo— confirma su rol como instrumentos de la desestabilización.

Según leemos en la nota de Cubanet, Key Holding, LLC y su filial colombiana «no tenían conocimiento de las restricciones», pues carecían de un programa de cumplimiento de sanciones. Sin embargo, al descubrir los envíos, la empresa actuó con rapidez: suspendió las operaciones hacia Cuba, implementó controles y colaboró con las autoridades. Aun así, la OFAC las multó, bajo el argumento de que estos envíos «dañan los objetivos del embargo», es decir, privar a Cuba de recursos vitales.

EL BLOQUEO: UN ACTO DE GUERRA ECONÓMICA

Este caso evidencia una vez más que el bloqueo no es una simple «medida bilateral», sino un sistema de coerción extraterritorial que persigue a cualquier empresa o país que intente comerciar con Cuba.

La OFAC reconoce que la mayoría de los productos enviados eran de «consumo benigno» (alimentos y suministros básicos), pero igualmente aplica castigos, porque su prioridad no es la «seguridad nacional», sino impedir que Cuba sobreviva. Mientras, la prensa mercenaria al servicio de Washington justifica este crimen y silencia las consecuencias humanas.

Por su lado, organizaciones solidarias con Cuba en todo el mundo exigen el fin inmediato del bloqueo, una política rechazada por 187 naciones en la ONU y condenada por organizaciones de derechos humanos en todo el mundo. La solidaridad internacional debe fortalecerse frente a estos ataques, mientras se desenmascara a los medios pagados por EEUU que distorsionan la realidad cubana.
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