@hhcarles
La existencia de la doble moneda no es un estado natural de ninguna sociedad, es una coyuntura de una economía en crisis.
La causa de la dualidad monetaria hay que buscarla en la debilidad e incorrecta base estructural para el buen funcionamiento de la economía cubana. La baja eficiencia y productividad en un entorno complicado, tuvo como consecuencia una devaluación del peso cubano (CUP) ante el dólar (USD) en la década del 90 del siglo pasado. Su evolución ha traído como consecuencia, importantes deformaciones en el funcionamiento de la economía. El proceso de dolarización parcial de la economía y su prolongación en el tiempo, impide evaluaciones acertadas y la toma de decisiones adecuadas para reactivar la economía, incluso en el manejo controlado de la dualidad monetaria han primado en ocasiones criterios de orden políticos y no económicos (como la aplicación de tasas de cambios que no reflejan la realidad económica), y esto ha introducido desviaciones adicionales para una salida paulatina, ordenada y de pocas consecuencias negativas, en la eliminación de la doble moneda.
Antecedentes
La caída del campo socialista y la suspensión abrupta del comercio que durante años se había consolidado, tuvo un impacto del -40.1 % de caída del PIB a precios constantes de 1981 entre los años 1989 y 1993, con las consecuencias que todo lo que ello implica. La economía cubana no estaba preparada para competir en el “libre mercado” internacional, dominado por demás, por transnacionales ajena a los intereses de Cuba.
El dólar se despenalizó cuando la población había comenzado acumular los mismos ante la devaluación acelerada del CUP. Así en el mercado “negro” el dólar se cotizo a 130 pesos, lo que en la práctica significaba que el salario nominal en 1993 de 185 CUP, equivalía a 1.42 USD al mes, y adicionalmente hubo un incremento de la inflación entre 1989 – 1993 del 353.1 %. Esto explica en alguna medida la situación compleja que afrontó el país en ese periodo. Adicionalmente los EE.UU, el enemigo político y económico, emitió en breve tiempo de modo oportunista, las leyes Torricelli y Helms- Burton que perseguían estrangular la maltrecha economía y con ello derrotar la revolución cubana, política a la que hoy en día no ha renunciado y hace énfasis en la parte financiera del bloqueo.
La dolarización parcial de la Economía, porque seguía operando el CUP en un grupo importante de áreas, tenía además un riesgo latente, era la moneda del país que perseguía por todas las vías posibles crear dificultades, y paradójicamente era la moneda con la que se debía comercializar ante el mundo en las nuevas condiciones que nos impusieron.
En su momento, habían alternativas a la dolarización parcial desde el punto de vista económico, pero se priorizó “salvar las conquistas de la revolución” y se tomaron decisiones políticas en un primer momento de la crisis, postergándose las económicas.
Después de casi diez años de funcionamiento del USD, en el 2003 empezó un proceso de desdolarización de la economía y empezó a sustituirse, en todas las operaciones económicas que así lo requerían, el dólar por el peso cubano convertible (CUC) que había sido creado por la Resolución 357 del Banco Central de Cuba ( BCC) en 1994. Es importante decir que en el 2003 la economía llevaba diez años de crecimiento sostenido, si bien el año anterior en el 2002, solo había crecido +1.1 % a precios constantes.
Como se puede inferir cuando existía el dólar operando en la economía principalmente empresarial y se contabilizaba 1 usd = 1 peso, esto era el equivalente a contabilizar en dólares, con la única agravante que para la población que recibía un CUP como salario no era equivalente a un dólar , sino que ese peso tenía un valor muchas veces menor que en la economía empresarial, por consiguiente implicaba con esa tasa de cambio dos cosas: una, que la fuerza de trabajo estaba soportando y soporta sobre sus “hombros”(el impuesto inflacionario) la ineficiencia de la economía y dos, que la misma estaba devaluada un 2 500 %[1]. Es decir, el factor de producción más importante la fuerza de trabajo, se sacrificó y sacrifica en aras de alcanzar proporciones adecuadas financieramente hablando y recuperar la economía como efectivamente empezó hacer tímidamente estos años y garantizar, mediante el subempleo de la población una distribución equitativa del costo y salida de la crisis.
Era evidente que esta situación no era ni es sostenible a largo plazo sin adecuadas reformas estructurales de la economía, ya que la dualidad monetaria, como está concebida su funcionamiento, actúa sin los “vasos comunicantes” normales para todo el tejido socio-económico y así sólo puede entenderse como una medida coyuntural de corto plazo, pero en modo alguno para que dure un periodo tan prolongado como el que han coexistido las dos monedas.
En el 2003 al eliminarse el dólar de la circulación, debería haberse remplazado por el peso convertible o el peso cubano, y la moneda resultante extenderla a toda la economía y con ello haber dejado una sola moneda circulando. Esa moneda debería ser el CUC, esto se fundamenta si analizamos todas las medidas que había tomado el BCC todos estos años que apuntaban en su mayoría, a fortalecer el CUC y no el CUP, por lo que el NUEVO PESO CUBANO contrario a lo que se dice por las autoridades, no debe ser el CUP, ya que sería más difícil garantizar alguna convertibilidad ( sin generar una gran inflación) frente al dólar, tanto para el ámbito empresarial como de cara al mundo. Pero en el 2003 nada de esto se hizo y aún no se hace, tenemos un CUC sobrevaluado frente al dólar y un CUP devaluado ante el CUC para la población, donde además empresarialmente siguen sin intercambiarse, es decir siguen “taponeados” los “vasos comunicantes”[2] normales que deben fluir en cualquier economía que se precie en llamarse como tal.
En el 2003 también se eliminó la caja de conversión donde por cada peso convertible en circulación tenía un dólar de respaldo en el BCC, así quedo el Banco con la libertad ilimitada de imprimir dicha moneda, podría decirse que éste fue el "Bretton Woods cubano“. La evolución de esta política hizo que desde el 2009 se emitieran Certificados de Liquidez que permiten conocer qué cantidad de pesos convertibles (CUC) es convertible, es decir que pueden efectuar pagos al exterior, y el resto de los montos o saldos solo para pagos internos con las consecuencias negativas que de esto se deriva. Cuba, no obstante, ha ido en los últimos tiempos honrando sus compromisos con sus socios extranjeros para descongelar el 100 % de las cuentas bancarias y ha renegociado otros pagos para después del 2015.
Esta es la situación hasta el presente 2013, donde además, se ha creado lo que se puede llamar como el “fetichismo del CUC “, que es aquel que hace “pensar” a la población que en vez de que se le pague su salario en CUP se haga en CUC con el equivalente a 1 CUP= 1 CUC y con ello su salario “valdría” y todo quedaría hecho; sin percatarse o sin conocer que el problema no pertenece totalmente al área de la política monetaria, cambiaria, sino que la raíz está en las transformaciones estructurales no realizadas en estos largos años de “periodo especial”, y que en las condiciones actuales de la economía cubana, constituye un espejismo, un suicidio, hacer tal cosa de pagar 1 CUC por 1 CUP de salario.
Otro problema es que esta dualidad monetaria del CUC y CUP han hecho más complejo el funcionamiento de la economía, fijar la tasa de cambio del CUC ante las monedas extranjeras y del CUP ante el CUC, es un doble proceso que ha sido y es difícil de compatibilizar coherentemente con los objetivos de la economía, que por demás, casi imposible por los supuestos que se basan los mismos y que impiden que se cumplan plenamente las funciones del dinero. Los que fijan las tasas de cambio, tasa de interés, etc. en cada país, normalmente el Banco Central, saben que a través de Políticas Monetarias adecuadas y realistas, se trata de promover el crecimiento de la economía, generar un ambiente propicio para el empleo, la inversión y las mejoras en la productividad, para estimular la exportación, la inversión externa o no, entre muchas implicaciones. Esto es complicado de alcanzar por los países en este mundo tan dinámico y globalizado para los que tienen una sola moneda.
La desdolarización.
La Resolución 65 del Banco Central de Cuba del 2003 estableció al peso convertible como único medio de pago para ejecutar transacciones en divisas entre empresas cubanas, incluyendo créditos; las cuentas en dólares u otras fueron cambiadas igualmente por el peso convertible (CUC); se creó adicionalmente el Comité de Aprobación de Divisas (CAD) para que las empresas solicitaran autorización para realizar pagos y compras, y esto se concretó y amplio en la Resolución 92 del BCC.
El 8 Noviembre del 2004 la Resolución 80 del BCC establecía que todas las entidades que trabajaban con dólares en efectivo solo aceptarían pesos convertibles. La anterior y esta resolución seguían considerando 1 CUC = 1 USD. Todo esto en gran medida, fue la respuesta a las acciones realizadas por EE.UU para impedir que Cuba utilizara dólares en efectivo en sus operaciones internacionales. Por lo que en un año los flujos de entrada de efectivo desde el exterior en dólares pasaron del 80 % al 30 %.
El 14 de Noviembre del 2004 el BCC impuso adicionalmente un gravamen del 10 % para la compra de CUC y CUP con dólares, sin afectar con esta medida las cuentas bancarias abiertas antes del 13 de Noviembre del 2004.
EL 18 de Marzo del 2005 mediante el acuerdo 13 del Comité de Política Monetaria del BCC dispuso que la tasa de cambio quedaba fijada en 24 CUP por 1 CUC para la compra y 25 pesos cubanos para la venta, lo que revaluó la moneda (CUP) en un 7 % y se anunció que: “Estas circunstancias han creado condiciones propicias para una progresiva, gradual y prudente reevaluación de la moneda nacional”.
El 9 de Abril del 2005 mediante el acuerdo 15 del Comité de Política Monetaria del BCC dispuso revaluar la tasa de cambio del CUC en relación al dólar y demás monedas extranjeras en un 8 %. Ambos acuerdos mencionados perseguían, además, estimular el peso cubano (CUP), reflejándose en el incremento de las cuentas bancarias de los cubanos en CUC y CUP y una reducción de las de dólares.
Todo este proceso coincidió además con un déficit en divisas del gobierno, producto de que el proceso de descentralización a las empresas realizado, había descapitalizado al gobierno en alguna medida por el no cumplimiento de los compromisos de aportes, generando por parte del Estado otro proceso de centralización, como respuesta. Los efectos fueron inmediatos, una primera consecuencia fue el crecimiento de las reservas internacionales del país, se continuó controlando la inflación, el déficit fiscal y se adquirió confianza por parte de la población en las dos monedas nacionales.
Pero como es conocido el éxito a corto plazo contiene la semilla de su propio fracaso, y la revaluación del 8 % del CUC, que también fue una medida de corte político, tuvo consecuencias adversas y previsibles. Así por ejemplo el destino Cuba en el turismo se hizo más caro, en el 2006 cayó el número de visitantes -4.26 %, en el 2007 otro -3.08 % y si en el 2008 creció un +9.11 % fue a costa de abaratar los paquetes turísticos, tendencia que continuo hasta el 2009 en que el descenso de los ingresos por visitantes llego a un -17.1 %. Así, el cálculo realizado indica que entre el 2006 y 2009 se perdieron -316.5 millones de dólares solo en el turismo por la disminución de visitantes y los ingresos por visitantes; si a esto le adicionamos que se siguió invirtiendo en este periodo en la creación de más habitaciones, pero con un por ciento de ocupación que siguió bajando todos los años, es fácil deducir el efecto económico adverso en su conjunto para el país.
No fue hasta el 12 de Marzo del 2011 que mediante el acuerdo 30 del Comité de Política Monetaria del BCC que se dispuso la eliminación del 8 % o devaluación del CUC frente al dólar y el resto de las monedas, quedando solo el gravamen del 10 % al dólar, pero eliminándose el mismo para las remesas que llegan a través de la Western Union.
Es decir, casi seis años demoró la rectificación de una medida que económicamente no era correcta y a todas luces no generó beneficios.
Recientemente, las resoluciones 17 y 18 del 2012 del BCC empezaron a regular, con mayor rigor, la importación y exportación de capital en dólares estadounidenses, así como del CUP y el CUC por parte de personas naturales y residentes extranjeros en Cuba, creándose mejores condiciones para la protección del mercado monetario interno.
Escenarios.
La dualidad monetaria como hemos apuntado, se caracteriza por la imposibilidad que tienen las personas jurídicas de canjear los pesos cubanos por otras monedas y por la sobrevaloración del peso cubano que se equipara al CUC.
Las consecuencias para el sector empresarial de la doble moneda son mayores, por ej: una empresa que no ingrese nada en CUP pero si en CUC y el salario por ejemplo se contabiliza 1 CUP= 1 CUC, puede tener pérdidas en sus resultados y resultar irrentable; por otra parte una empresa que recibe ingresos todo en CUP y todos sus gastos son en dicha moneda[3] puede tener utilidad como resultado de su operación. Si nos atenemos a la teoría económica deberíamos seguir estimulando y priorizando la entidad que obtiene Utilidad en CUP. Con estos resultados ¿podemos decidir correctamente que es lo más conveniente para el país con tasas de cambios tan dispares y asimétricas de las dos monedas tanto para las personas jurídicas como las que no? Evidentemente no, hay que realizar adecuaciones y recalculos que al final serían también muy discutibles. Por tanto, el sostén de la economía cubana, las empresas, están sujetas al riesgo de ser objeto de decisiones equivocadas. ¿Cuántas, en todos estos años?
En el discurso oficial se plantea, no sin razón, que para la eliminación de la dualidad monetaria se requiere primero un incremento de la productividad, un fortalecimiento de la economía que permita cubrir las expectativas de la población de un incremento del salario real y su nivel de vida de forma paulatina. Y que este, tenga un sustento económico, ya que subir salarios sin respaldo productivo no sería realista por los efectos inflacionarios y a larga perjudiciales para toda la economía, eso ya lo vivimos en la década del 90. Ese escenario ideal no parece estar a la vista a juzgar por los ritmos de crecimientos de la economía y el “agotamiento” del salario (bajo) como estímulo productivo. Por otra parte, no hay que perder de vista que se ha ido incrementando el salario nominal, pero el salario real después de 22 años está aún al 25.1 % de 1989. ¿Cuantos años más harían falta a los ritmos actuales para alcanzar las condiciones ideales? Por lo que la espera y el tiempo se agotaron para esta política de circulación de doble moneda.
La solución a este problema desde el punto de vista estrictamente monetario tiene muchas variantes y respuestas, todo depende de: qué moneda se quiera que prevalezca, en qué tiempo hacerlo, cuándo es el mejor tiempo para hacerlo desde el punto de vista económico y político, qué es lo que conviene más a la población, qué variante estimula más la economía, qué impacto tendrá hacia el exterior la decisión que se adopte, qué efectos a favor y en contra tiene cada variante, ¿es de fácil aplicación o es compleja?, ¿es economicista, liberal o socialista la solución propuesta?.
No hay que perder de vista que cualquier medida que se tome de unificación monetaria o supresión de una moneda, por si misma, no será una solución “maravillosa”; pero eliminar la dualidad monetaria ayudará sin lugar a dudas a crear las condiciones NORMALES para imprimirle estímulos a la economía y realizar las reformas estructurales necesarias.
Comentaré dos variantes posibles a realizar, teniendo en cuenta que cualquier opción que se adopte debe garantizar un equilibrio entre la oferta y demanda agregada de dinero, debe estar respaldada por un volumen de bienes y servicios equivalente a la cantidad de dinero en circulación y mantener la tasa de inflación entre el 2 y 3.5 % entre los aspectos fundamentales.
1ra Variante: La moneda a escoger según lo que creo más razonable, es el peso cubano convertible es decir el CUC por las siguientes razones y acciones a ejecutar[4].
a- Es la moneda más fuerte en estos momentos frente a las otras monedas extranjeras de acuerdo a las tasas de cambio (aun sobrevaluadas), es la que tiene mayor “convertibilidad”.
b- Es la que se utiliza en los sectores estratégicos de la economía cubana tales como: turismo, biotecnología, níquel, petróleo, tiendas en divisas, tabaco, ron, etc.
c- Es la que más familiaridad (10 años) tienen los inversionistas y partners extranjeros en su relación con sus monedas de origen ya sea dólar, euros, etc. El CUP, cuando menos por su “fama” puede crear suspicacias.
d- De utilizarse el CUP, habría una hiperinflación en los procesos de conformación de precios al multiplicarse por 24 (seria lo correcto) todo lo que se tuviera en CUC (no hay que olvidar de países que tenían tasas de cambio en donde había que dar miles y hasta millones de la moneda nacional por un dólar en la conversión), en Cuba tenemos el CUC como esa moneda de cambio sin ese riesgo.
e- Se tendría que hacer un solo cambio y de una sola vez en el país, hacia la economía interna todo lo que se registra, acumula y se ofrece en pesos habría que dividirlo por 24, para que no existan ni ganadores ni perdedores con la medida en la situación actual. Pudiera alegarse que los cubanos ganarían entonces 20 CUC como salario medio mensual[5]. ¿Y acaso no es lo mismo que ganan hoy? Si se quedara el CUP, habría que realizar dos procesos: fijar la tasa de cambio para la conversión del CUC a CUP en la economía interna y fijar la nueva tasa del CUP ante las monedas extranjeras, teniendo seguramente repercusiones hacia fuera del país.
f- No hay que olvidar que los cubanos en la vida cotidiana pagan indistintamente (incluso en dependencias estatales) con CUC o con pesos cualquier producto o servicio que se ofrezca en CUP al cambio de 25 pesos por 1 CUC y a la inversa ocurre muy poco, por lo que la población tiene identificado el CUC como la moneda “buena”.
g- El Producto Interno Bruto estaría completamente “dolarizado” aunque disminuyera, pero reflejaría mejor la realidad económica cubana.
h- Como ya se dijo, es el CUC la moneda que en los últimos años ha adquirido más espacio y funciones en la vida económica- social de los empresarios cubanos y extranjeros por las resoluciones emitidas por el Banco Central de Cuba. Se perdería todo eso que se ha ganado en credibilidad y convertibilidad de eliminarse esta moneda.
i- No hay que perder de vista la tasa de cambio del CUC frente a monedas extranjeras, fijar una tasa de cambio adecuada y variable frente a las otras monedas (protegiendo el interés nacional) según el comportamiento de la economía interna e internacional es lo deseable. La idea de una canasta de monedas como lo hace China con el valor de su moneda, el Yuan, que está compuesto por el yen, el dólar, el Euro y el Wŏn surcoreano que son con las monedas que se tienen más comercio y son las más fuertes, decidiendo diariamente por el Banco Central, el peso de cada una de estas monedas en el valor del Yuan y por tanto la tasa de cambio del Yuan, es una experiencia a tener en cuenta.
2da Variante: Un proceso paulatino.
Contabilizar en todos los sectores y niveles de la economía nacional por el origen del gasto, ya sea en CUP o CUC, y confeccionar los Estados de Resultados y Balance General en moneda nacional (CUP), en divisa (CUC) y en moneda(s) TOTAL (suma de ambas previa conversión del CUC en pesos y del CUP en CUC indistintamente a las tasas vigente).
Lo más parecido a lo expresado lo hace hoy en día el MINTUR y el CIMEX, pero en el cálculo de la moneda total se hace la simple suma de los Estados de Resultados en CUC mas CUP, ya que se aplica la tasa de cambio que un CUP es igual a un CUC.
En realidad seria la confección de dos Estados Financieros (en cada moneda), el resto serían calculados en automático con un software adecuado. Al mismo tiempo, ir equiparando progresivamente mediante ajustes a las tasas de cambios[6], según el comportamiento de la economía, hasta que se igualen 1 CUC = 1 CUP y quede una sola moneda. En todo este proceso las mismas tasas de cambios funcionarían para la población, y para toda la economía.
A modo de ilustrar lo planteando en el anexo # 1 presentamos dos empresas A y B, una que tiene ingresos en CUC y gastos en ambas monedas y otra, que solo presenta ingresos y gastos en CUP, así como tres totales de los estados de resultados donde el:
(1) Es el total obtenido de la suma del estado de resultado en CUC[7] y en CUP. En el turismo por ej: actualmente se hace así pero como ya hemos apuntado el salario que se paga en CUP es 25 veces menor su valor en la economía que no es la empresarial, esto es la causa directa principal, entre otras, de grandes desproporciones. Este “artificio” era imposible que funcionara correctamente a mediano y largo plazo, la economía con esto está “patas arriba” y todos los análisis como hemos mencionados son limitados y poco realistas al sobrevaluarse el gasto de la fuerza de trabajo en las empresas y devaluarla significativamente en el resto de la economía creándose una evidente desproporción y vinculo, atrofiando entre otras, la demanda agregada para toda la economía y paradójicamente ser insuficiente el salario.
Siguiendo con el ejemplo las empresas del turismo deben ser rentables en moneda total, si hay ingresos solo en CUC, y si obtiene utilidad en moneda total, es muy satisfactorio. Más si tuvieran (hay algunas entidades) ingresos en CUP pues los resultados en moneda total cuando menos habría que analizar si esto es lo económicamente factible para el país. Por ello planteamos llevar el análisis a lo que refleja el total (3) en CUC, a la moneda fuerte.
(2) Es el total obtenido de la suma del estado de resultado en CUC y en CUP, pero a diferencia del (1) el estado de resultado en CUC se realiza la conversión a CUP pero a la tasa de cambio que de la Casa de cambio (CADECA) antes de sumarse; como se observa en el estado de resultado # 1, se utilizó la tasa de cambio del mercado negro de 1993 (era la mejor que reflejaba la realidad imperante). Es decir estamos planteando que debe existir una correspondencia, sin llegar la convertibilidad de las monedas de las empresas en la CADECA. Este total es solo para tener referencia de qué obtendríamos de llevar todo a CUP.
(3) Es el total obtenido de la suma del estado de resultado en CUC y en CUP, pero a diferencia del (1) y el (2) el estado de resultado en CUP se realiza la conversión a CUC, es decir a la tasa de cambio con que compra la población los CUC con el CUP. Esto hace que el estado resultado de las empresas en total, en CUC, refleje en mayor medida la realidad de la economía.
Hay que notar que se insiste en llevar a CUC los resultados empresariales. Con los resultados contables de ingresos y gastos directos en CUC, podemos obtener por cada una de las empresas si son rentables o no en divisas, algo esencial en todas las esferas de la economía, y por tanto del país. Con el estado de resultado (3) se obtendría el costo en divisas total indicativo de las empresas de todo el país y ramas que sería el esencial para valorar el estado de la economía en su conjunto y tomar las decisiones adecuadas.
Se muestran además varios estados de resultados en el anexo # 1, del 2 hasta el # 5, que pueden considerarse como años, en donde como se observa se cambian las tasas de cambios del CUC y el CUP hasta equipararlas en el año 4, quedando así una sola moneda. Como resultado, se va ir apreciando el valor del salario (habría que ver las demás variables como los precios) y se pueden ir ejecutando las reformas estructurales necesarias, al tiempo de mantener las necesarias proporciones en la economía y eventualmente realizar los ajustes que procedan.
Si esta variante se hubiera hecho desde el principio en que se implementó la doble moneda quizás hubieran pasado más de 4 años para la unificación, pero tendría hoy menos distorsiones la economía, tomado mejores decisiones económicas y posiblemente después de 20 años, se hubiera tenido una sola moneda. Hoy existe una segunda oportunidad.
22/09/2013
hhcarles@gmail.com
Notas
[1] Por ciento actual en el 2013.
[2] Por ejemplo las empresas no pueden ir al Banco o CADECA (casas de cambio) con CUC y comprar CUP.
[3] Las empresas que operan en CUP tampoco pueden comprar pesos convertibles y otras divisas con pesos cubanos.
[4] A pesar de que las autoridades han anunciado la unificación a favor de mantener el CUP porque es la moneda que se paga el salario y son las que tienen mayor volumen y cuentas de ahorros la población.
[5] Lo importante es la cantidad de bienes y servicios que se pueden adquirir con los mismos.
[6] Entre CUC y CUP y entre CUC y las monedas extranjeras.
[7] Así por ejemplo las empresas que no operan en divisas, tienen que esperar una asignación de la misma si lo necesitaran, y las empresas que no ingresan nada en CUP pues dan CUC para recibir un contravalor a la tasa de 1 x1, para por ej: el pago de salarios en CUP, esto que aparentemente es un “buen negocio” es el principal generador de desproporciones en el mediano y largo plazo.
Interesante y útil. Gracias por pensar nuestra Cuba dondequiera que esté.
ResponderEliminarHola:
ResponderEliminarEsta Muy interesante el articulo, Pero creo que se tiene que mencionar en ese analisis. Cuando Cuba a finales de los 80 y antes de la caida del muro de Berlin, comenzo su carrera unilateral de dejar de pagar sus compromisos financieros con ese discurso archi-usado de "la deuda es impagable". Hasta ese punto Cuba tenia credito en mas de 40 paises. Todavia Cuba tiene deudas con todos los paises europeos, del este y oeste asi como otros paises asiaticos.
Buenas noches!!!
Frank Pupo
Martha Olga y Frank Pupo gracias por sus comentarios
ResponderEliminaral margen de las diferencias politicas, este trabajo que supongo de su autoria y asi lo citare, es la unica propuesta argumentada para una discusion seria sobre tan complejo tema que descuella por derecho propio dentro de todo el te literario y conversaciones de barra que andan por ahi. confio en que capte la atencion de los medios y no queden como un simple link en un sitio. muchas gracias.
ResponderEliminarLaz Red, por supuesto que es de mi autoría, le agradezco sus palabras.Puede citarlo sin problemas.
ResponderEliminarHumberto,usted es un gran estupido y vivebien chivaton del g2 radicado en Mexico
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