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IPS Cuba
Citó en primer lugar los daños provocados por el huracán Sandy, que azotó al oriente cubano en octubre del 2012. “Al país le ha costado 6.900 millones de pesos las acciones de recuperación por el paso del huracán” a lo largo de 11 provincias, informó. Solo en la provincia oriental de Santiago de Cuba provocó afectaciones superiores a 4.000 millones, dijo. Con esos montos, el ciclón clasifica entre los más destructores que han recorrido Cuba en los últimos tiempos.
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Contingencias externas sumadas a la persistencia de fallas internas en la planificación y la productividad obligaron a reducir la previsión de crecimiento económico del actual año.
A la economía cubana le amenaza una desaceleración, a juzgar por declaraciones del ministro de Economía, Adel Yzquierdo, confirmadas en la reciente sesión ordinaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular. “Para el cierre del año se espera un crecimiento entre el 2,5 por ciento y el 3 por ciento”, reiteró ante los diputados, en una evaluación de causas internas y externas que frenan a la economía insular.
Esa magnitud de crecimiento del producto interno bruto (PIB), que había adelantado en una reunión del Consejo de Ministros divulgada el primero de julio, una semana antes de la reunión parlamentaria, queda por debajo del 3,6 por ciento de expansión previsto en el Plan Nacional aprobado en diciembre del 2012.
En las nuevas expectativas para el cierre del actual año, lo más significativo es que el PIB no conseguiría sobrepasar el alza del año pasado: en 2012 creció un 3 por ciento, según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas de Información (ONEI). Incluso, podría confirmar una desaceleración, si se sitúa por debajo de esa cifra, como parece posible por los propios vaticinios de Yzquierdo y la arrancada del año.
En el primer semestre, la economía cubana creció un tibio 2,3 por ciento. Las autoridades no mostraron alarma ante esa cifra e Yzquierdo consideró “favorable” el desempeño porque sobrepasó en dos décimas ese indicador en igual etapa del año previo. El ministro de Economía achacó las afectaciones fundamentalmente a factores externos, aunque reconoció la influencia también de debilidades internas del país.
El Sandy sembró problemas graves en viviendas, almacenes, en la producción avícola, la agricultura y la agroindustria azucarera. El plan nacional de producción de azúcar crudo se incumplió en un 20 por ciento, aunque creció un 8 por ciento. Los incumplimientos sumados de la producción azucarera y de la venta de huevos (avicultura) son dos de los factores que lastraron un mayor despegue general del PIB en el primer semestre.
En una suerte de bálsamo forzado, el ministro de Economía refirió que el comportamiento nacional está en frecuencia con las tendencias anticipadas para la región por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), organismo que también ha reajustado a la baja sus previsiones económicas para el área.
Las economías latinoamericanas y caribeñas crecerán en 2013 un 3,5 por ciento, por debajo de una estimación previa de diciembre que situaba la expansión en 3,8 por ciento pronosticó recientemente la CEPAL. Aunque esa institución señala las recuperaciones de las economías de Argentina y Brasil entre otros factores positivos, cita la incertidumbre internacional causada por la crisis en Europa, problema mencionado igualmente por el ministro cubano en el análisis presentado a los diputados.
El turismo, una de las fuentes principales de moneda dura en la economía insular, ha tenido en los primeros meses del 2013 un desempeño más pobre de lo esperado. La caída de 1,7 por ciento en el arribo de turistas se torna más aguda desde países como España (-18,2% hasta mayo, según la ONEI), Italia (-16,1%) y otros de Europa occidental, que constituyen junto con Canadá
Otra caída que genera tensión en las cuentas cubanas es en los precios del níquel en el mercado mundial. Ese mineral ocupa el primer lugar en la cartera de bienes de exportación cubanos.
Yzquierdo criticó con fuerza, una vez más en esta sesión parlamentaria, la inejecución de inversiones –un 9 por ciento por debajo del plan, aunque crecen un 16,6 por ciento -, por mala planificación, demoras en la adquisición de productos para la construcción o fallas en la conciliación entre las empresas implicadas en el proceso inversionista.
Igualmente manifestó insatisfacción con los incumplimientos en producciones de la agricultura, por deficiente contratación entre productores y empresas de acopio. Esto obligó a tomar parte de los 168 millones de dólares ahorrados por menores precios de importaciones, para comprar alimentos y cubrir la oferta planificada: 46 millones de dólares gastó el país en importación adicional.
Las deficiencias internas, visibles aún a pesar de la reforma económica conocida como Actualización del modelo económico cubano, combinadas con las tensiones externas, continúan lastrando un despegue más sólido de la economía cubana y la mantienen alejada del promedio de 4,4 por ciento de crecimiento anual que el propio ministro de Economía planteó en 2011 como necesidad o propósito de la economía hasta el 2016.
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