Mientras que la población clama por mejoras definitivas en el transporte, en La Habana comienzan a aplicarse en ese sentido nuevas formas de gestión. Estas significan cambios medulares en el sector, porque solucionar el traslado de pasajeros supera a la ecuación de ómnibus disponibles. Organización y disciplina deciden en esta experiencia, que en breve llegará también a Santiago de Cuba, para extenderse después al resto del país
Por VIVIAN BUSTAMANTE MOLINA
Por VIVIAN BUSTAMANTE MOLINA
Bohemia
Llueve a cántaros, pero Santiago Lázaro Padrón Santos no siente el agua que le pega la camisa al dorso, en el corto trayecto entre su carro y la oficina de la administración. Va a cobrar el primer salarioen la cooperativa de transporte constituida hace menos de un mes. Posteriormente nos dice que las expectativas son bienrecompensadas al distribuirse los 23 mil pesos ingresados al colectivo en 17 días laborables.
La solución del transporte público no solo requiere ómnibus,la organización también resulta definitoria. (Foto: RANDY RODRÍGUEZ)
Es uno de los que más aporta y en consonancia gana, regla inviolable en la nueva forma de gestión insertada en las opciones de transportación que agradecen los capitalinos, quienes saben poco del reordenamiento aprobado para el sector en la urbe, y claman por una definitiva mejora del servicio.
Hasta allí se llega sin varita mágica, porque “el transporte público constituye un sistema complejo, imposible de resolver solo con equipos y algunas medidas”, afirma a BOHEMIA Eduardo Rodríguez Dávila, viceministro del ramo.
Sus reflexiones parten de la propuesta aprobada hace varios meses en el Consejo de Ministros, con vistas a la reformulación del sector en La Habana, aunque son aspectos válidos para cualquier territorio. El diagnóstico evidencia, que amén de sus imperfecciones, los estudios realizados sobre el tema en los últimos 30 años fueron llevados a cabo parcialmente.
¿Quién puede negar que la cifra disponible de guaguas sea directamente proporcional a viajeros trasladados? Claro, la organización resulta definitoria. Por eso a mediados de la década de los 80 fue habitual ver a personas colgadas en las puertas de los ómnibus, aunque la provincia llegó a tener dos mil 200 funcionando, más de cuatro veces la cantidad actual.
El panorama continúa complicado, pese a que desde febrero estrenaron 90 Yutones, basificados en las terminales de Alamar, Guanabo y Lawton. “Eso incide en que algunas rutas no estén más críticas”, expresa a esta publicación el ingeniero Luis Ladrón de Guevara Marzal, al frente del área de transportación de pasajeros, en la Dirección Provincial de Transporte (DPT).
De memoria cita números elocuentes. “En el día, con casi 500 ómnibus damos unos seis mil 45 viajes. A la semana trasladamos un promedio de 960 mil personas, muy inferior a las necesidades, debido en primer lugar a la carencia de piezas y de recursos, y disímiles causas subjetivas, entre ellas indisciplinas”, puntualiza.
El directivo espera que esa situación quede revertida con los diferentes procedimientos de administración que irán poniendo en práctica, y la integralidad de la estrategia aprobada para diversas etapas hasta 2030, en las cuales la infraestructura deviene otro factor primordial.
Ajustar la balanza
Disponer de vehículos, choferes, talleres y piezas de repuesto es una parte del conjunto. También son imprescindibles una red vial en buen estado, un marco regulatorio que articule el transporte con el resto de las actividades de la ciudad y cuestiones de carácter social relacionadas, por ejemplo, con la movilidad de las personas.
Hoy la capital dispone de cuatro veces menos guaguas de las que existían a mediados de la década de los años 80.
(Foto: RANDY RODRÍGUEZ)
Qué decir de la necesidad de erradicar indisciplinas sociales como evadir el pago del pasaje y arrojar piedras a los ómnibus, que por varios días pueden salir de servicio debido a la rotura de un cristal.
Del otro lado de la balanza pesan el robo de la recaudación y los factores que inciden en una mala atención, imposible de restringir a la carencia de guaguas o a una frecuencia de circulación inadecuada.
Ha devenido regla la suciedad dentro de los carros y que los choferes paren fuera de parada o vayan a exceso de velocidad. El trío de malas conductas lo completa una abrumadora mayoría, que pone la música de su gusto a niveles intolerables, actitud fuera de control requerida de medidas definitorias y que consideramos salen de la responsabilidad de quien maneja.
Ellos solo usan el equipo que tienen a su disposición. Hasta ahora bien poco se ha resuelto con disposiciones que orientan sintonizar las reproductoras con una melodía que no agreda a los pasajeros.
¿Realmente alguien puede chequear esto? ¿Es obligatorio comprar los carros con esos aditamentos, que luego no pueden retirar, mientras estén en garantía los ómnibus Yuton, los cuales seguirán adquiriéndose?
Tampoco pueden olvidarse situaciones reconocidas por los propios directivos del sector y que gravan en las terminales: el déficit de personal calificado, sistemas de pago poco estimulantes, ausencias injustificadas de choferes, conductores y trabajadores de operaciones, más la ineficiente cadena de suministros.
Sumemos que a pesar de la prioridad dada por el Gobierno hace algunos años a la recuperación de los viales y en particular a los clasificados de importantes, varios mantienen un mal estado, empeorado por drenajes defectuosos.
Igualmente lastran los estrechamientos en la configuración de calles como la avenida de Rancho Boyeros o el tramo que lleva desde aquella hasta la rotonda de la CUJAE, lo cual obliga en ocasiones, según los expertos, a una velocidad comercial de apenas 14 kilómetros por hora.
La población agradece este nuevo servicio, asegura Santiago Padrón, uno de los choferes más destacados en la cooperativa 2 de taxis ruteros. (Foto: RANDY RODRÍGUEZ)
Deuda por saldar son las zonas de alta concentración de potenciales viajeros, especialmente en horario pico. Basta con acercarse al parque de La Fraternidad, donde confluyen rutas de casi toda la capital y se manifiesta una debilidad también identificada por las autoridades del transporte: ausencia de paradas o falta de condiciones para la espera. Allí se ha resuelto en parte lo que en varias calles principales es reclamo de los electores, el alumbrado público.
Vestirse despacio
Para erradicar en unos casos y ordenar en otros esa amalgama de urgencias hay líneas estratégicas en curso, relacionadas directamente con mover a más personas. El primer vestigio del reordenamiento de la rama en la capital se atisba desde el primero de julio último, con la puesta en marcha experimental, de dos cooperativas en los taxis ruteros, que gozan de gran aceptación.
Así constató este equipo de reporteros en el parque El Curita, de donde salen los autobuses para tres de las ocho rutas aprobadas hasta el momento dada la disponibilidad de equipos: Santiago de las Vegas, Alamar y reparto Náutico.
La última nace en el período vacacional, lo cual Maité, Emilio y Estela “consideran un oasis en esta temporada estival”.
Si alguna queja tenemos, añade Carmen Carmenate, “es la poca cantidad de guaguas, que en dependencia de la rotación hacen más larga la espera y sin tener dónde guarecernos”. Para su tranquilidad conocimos que cada cooperativa tendrá cuatro rutas por los lugares de mayor demanda y más de 40 carros, cuya asignación es gradual, pues provienen de los que pueden irse disponiendo entre los que prestan servicios al turismo.
En 1982 en la capital se transportaban diariamente 3 millones 843 mil 879 pasajeros; hoy lo hacen 860 mil 126 (Cortesía Mitrans)
Autoridades del Ministerio del Transporte (Mitrans) han informado en las últimas semanas acerca de otras acciones inmediatas, entre ellas extender la experiencia de arrendamiento a todos los taxis que cobran en CUC, e iniciar el experimento en los de moneda nacional.
Los estudios abarcan además, aplicar a corto plazo una nueva organización en el ferrocarril urbano, por el cual responde la DPT aun cuando no lo tenga subordinado. Así funcionan los trenes con destino hasta Expocuba, El Rincón, Cotorro, San Antonio de los Baños y el que rinde viaje en playas del Este, pero que beneficia entre otras, a zonas de Guanabacoa, acota el director de transportación en la DPT.
Desde finales de 2012 comenzó un inédito programa de reparación de casi 300 ómnibus en la capital que debe concluir en cuatro años. (Foto: RANDY RODRÍGUEZ)
El desarrollo de esas y otras líneas forma parte de la estrategia del Mitrans de fortalecer el camino sobre rieles también a nivel interprovincial, de ahí que entre otras inversiones a materializarse en 2014, estarán coches motores para enlazar a La Habana con Mayabeque y Artemisa.
Y para que nada quede en el tintero, se habla de reordenar las paradas, a fin de que la población tenga condiciones mínimas durante la espera del ómnibus; y de definir carriles exclusivos para aquellos en al menos dos corredores principales, algo de suma ventaja porque mejoraría el flujo vehicular.
Piense y encontrará una vivencia cercana de que dos o tres guaguas de la misma ruta lleguen pegaditas a una parada. Incriminamos enseguida a los expedidores de la terminal, porque es cierto que ocurren deficiente planificación en la frecuencia de salidas. Sin embargo, funcionarios del sector aseguran que el atraso obedece con demasiada frecuencia al mal estado de la vía y a la confluencia con otros medios como los almendrones.
Por idéntico carril
Las variantes en la transportación de pasajeros no significan que el Gobierno se exime de la responsabilidad en el tema. Al contrario, fortalece su gestión a partir de una visión holística y la actuación consecuente.
Así lo atestigua el propio plan para modernizar y reconstruir guaguas en La Habana, pactado hasta 2016 e iniciado a finales del pasado año, cuando se computaban 285 vehículos necesitados de dichos trabajos, de las marcas Yutong, LIAZ, MAZ, Busscar y Daewoo.
Los carros diagnosticados para rehabilitación total pueden estar en activo, y cuando corresponde van al taller, expone el ingeniero Ladrón de Guevara.
Por la misión responden diversos talleres de la capital y la fábrica de ómnibus Evelio Prieto, de Guanajay. Parece que todo es cuestión de tiempo y esfuerzo de los obreros y técnicos, pues durante las visitas de BOHEMIA manifestaron que a diferencia de otros tiempos, cuentan con los recursos.
Un reordenamiento integral en varias etapas es la solución puesta en marcha en la capital, para revertir carencias y deficiencias en el transporte público.
(Foto: RANDY RODRÍGUEZ)
En Arroyo Naranjo estuvimos en la unidad básica Motor Centro Yutong, de la empresa de igual nombre del Mitrans. Solo pudimos tomar fotos debido a una descoordinación administrativa, pero en el recorrido conocimos que por primera vez cada guagua llega con un lote de piezas para su reparación y la falta de alguna es resuelta sin demora.
A decenas de kilómetros de allí, en la planta de Guanajay, se batalla día a día para restar complejidad al programa. El afán recae en los carros con su estructura deteriorada, así como en la chapistería ligera, pintura y elementos de carrocería de otros. Se incluye la sustitución, por planchas de acero corrugadas, de los pisos de madera y linóleo que poseen los comprados en 2007.
Es una labor también meticulosa, que salvando distancias se asemeja al dictamen médico, porque cada equipo tiene problemas diferentes. La decisión más acertada fue especializar a un grupo de hombres, señala Enrique Martínez Hernández, director general de la fábrica.
En la planta de Guanajay conformaron un grupo especializado para la reparación de ómnibus urbanos de la capital. (Foto: AIXA LÓPEZ)
Las guaguas llegan muy estropeadas. Por efecto de los baches y la sobrexplotación hay fractura de las estructuras, ello implica desarmar muchos elementos interiores y de mecánica, “y esforzarse bastante, gracias a ese ahínco estamos por delante de lo pedido este año”, amplía.
Sin exagerar, la labor es titánica para el colectivo, diezmado por el éxodo de fuerza calificada y que ha asumido además, el renacer de la industria automotriz cubana, con la producción de ómnibus para la zona interurbana, que en más de un centenar ya ruedan por varias provincias.
Esta cadena de reparación consta de cuatro etapas y por la final responde el colectivo de la Reconstructora Ikarus, de la DPT. Su objeto social se potencia con un programa sin precedentes.
Cual un panal, chapistas y pintores cumplen su faena, y si existe necesidad, del mismo modo los primeros montan cristales, a fin de mantener el flujo productivo, que para cada carro debe demorar entre 21 y 25 días, en dependencia de sus características (rígido o articulado).
Trabajan para acortar el proceso. Tienen un doble incentivo, cobrar por los resultados y que estos se vean pronto, con la puesta en servicio del vehículo.
Por presente y futuro
A pesar de los apremios del presente, las autoridades están conscientes de que, con vistas a resolver los problemas del transporte, es imprescindible tener como documento de cabecera a las directrices marcadas para el sector en el ordenamiento territorial a corto, mediano y largo plazos.
Quizás por ello, hoy más que nunca los planes vinculados con llevar y traer pasajeros en esta capital, responden a su proyección urbana, lo cual justifica el quehacer mancomunado con la Dirección Provincial de Planificación Física (DPPF).
De esa asociación pudiera salir la respuesta a un sueño de los especialistas: que la Calzada de 10 de Octubre sea exclusiva para las guaguas.
Se estudia habilitar carriles exclusivos para los ómnibus en
algunas arterias complicadas de la ciudad. (AIXA LÓPEZ)
Esta última idea, que tiene antecedentes en 1985, cuando se lograron -porque faltó consenso entre los expertos- vías solo para ómnibus, como Neptuno, y carriles derechos en Monserrate, Zulueta, calle 23 y Línea; recuerda el ingeniero Néstor Alonso Rodríguez, especialista principal de la DPT.
La disposición provino del primer programa estratégico del sector, que entre sus metas concebía la construcción del metro, sumamente costoso a tenor de la realidad actual, cuando están en el tintero otras novedades más factibles, según opinan ese técnico y su colega Guadalupe Rodríguez, subdirectora de desarrollo de la citada empresa.
Tres décadas en la rama les hacen confiar en otra de las soluciones previstas para la movilidad de pasajeros en La Habana, el bus rapid transit, conocido por las siglas BRT, “el grito del momento en Latinoamérica”, afirman.
Es como un metrobús. Varios de los entrevistados explican que forma parte de la segunda etapa del reordenamiento del transporte en esta urbe.
Ilustran su plática con imágenes de esa solución en algunas ciudades sudamericanas y mapas de lo que se prevé para la capital cubana, a la vez que precisan algunas características como la de que circula por un carril priorizado, tiene pocos asientos y cubre largas rutas con pocas paradas. Además, resulta una de las variantes para erradicar la manipulación de dinero, pues el boleto de pasaje se compra en la terminal.
Con la explicación hacemos el recorrido imaginario, que finaliza en estaciones nodales, en las cuales convergen rutas y trenes según el caso, lo cual permitirá, por ejemplo, que ómnibus de Artemisa concluyan su trayecto en el apeadero de la periferia, con el consiguiente ahorro de combustible.
Acerca de lo que sin duda será un suceso indagamos en la DPPF. Allí se encuentran avanzados los estudios acerca de las vías que admitirían la circulación del BRT y dónde pudieran ser ubicadas las terminales. Esto dista de una ejecución inmediata y total, porque todo transita por la disponibilidad de financiamiento.
Los terrenos serán preservados hasta entonces, y empleados en diferentes fines, tal cual ocurre con otros destinos del suelo, en cuya adecuada utilización tienen suma responsabilidad urbanistas y planificadores; hombres y mujeres que acarician el futuro con los pies en la tierra.
Nota:
Un total de 15 mil 800 ómnibus para el servicio público disponía la Isla hace algo más de dos décadas. Este parque fue deteriorándose al desaparecer el campo socialista y acrecentarse el bloqueo económico y financiero de los Estados Unidos contra la Isla, al punto de que la cifra de esos vehículos bajó hasta menos de mil 500, según datos suministrados a BOHEMIA por el Ministerio del Transporte.
A ello se sumó la desarticulación de la red de servicios y el éxodo masivo del personal calificado, lo cual profundizó la brecha entre la calidad y cantidad de la oferta con la demanda. En aras de ir equipárandolas, en los últimos años el organismo ha adquirido y entregado a las empresas provinciales del sector casi dos mil guaguas, y desde 2007 adopta medidas para utilizar de forma más eficiente todos sus servicios de transportación, incluido el de taxis.
Hoy, para el traslado de pasajeros a nivel nacional se cuenta con unos siete mil 840 equipos, de más de 40 marcas y modelos, con la complejidad que eso implica para su reparación y mantenimiento. Desde 2012 está aprobado un plan para importar anualmente 100 ómnibus Yutong, destinados a La Habana y Santiago de Cuba.
Llueve a cántaros, pero Santiago Lázaro Padrón Santos no siente el agua que le pega la camisa al dorso, en el corto trayecto entre su carro y la oficina de la administración. Va a cobrar el primer salarioen la cooperativa de transporte constituida hace menos de un mes. Posteriormente nos dice que las expectativas son bienrecompensadas al distribuirse los 23 mil pesos ingresados al colectivo en 17 días laborables.
La solución del transporte público no solo requiere ómnibus,la organización también resulta definitoria. (Foto: RANDY RODRÍGUEZ)
Es uno de los que más aporta y en consonancia gana, regla inviolable en la nueva forma de gestión insertada en las opciones de transportación que agradecen los capitalinos, quienes saben poco del reordenamiento aprobado para el sector en la urbe, y claman por una definitiva mejora del servicio.
Hasta allí se llega sin varita mágica, porque “el transporte público constituye un sistema complejo, imposible de resolver solo con equipos y algunas medidas”, afirma a BOHEMIA Eduardo Rodríguez Dávila, viceministro del ramo.
Sus reflexiones parten de la propuesta aprobada hace varios meses en el Consejo de Ministros, con vistas a la reformulación del sector en La Habana, aunque son aspectos válidos para cualquier territorio. El diagnóstico evidencia, que amén de sus imperfecciones, los estudios realizados sobre el tema en los últimos 30 años fueron llevados a cabo parcialmente.
¿Quién puede negar que la cifra disponible de guaguas sea directamente proporcional a viajeros trasladados? Claro, la organización resulta definitoria. Por eso a mediados de la década de los 80 fue habitual ver a personas colgadas en las puertas de los ómnibus, aunque la provincia llegó a tener dos mil 200 funcionando, más de cuatro veces la cantidad actual.
El panorama continúa complicado, pese a que desde febrero estrenaron 90 Yutones, basificados en las terminales de Alamar, Guanabo y Lawton. “Eso incide en que algunas rutas no estén más críticas”, expresa a esta publicación el ingeniero Luis Ladrón de Guevara Marzal, al frente del área de transportación de pasajeros, en la Dirección Provincial de Transporte (DPT).
De memoria cita números elocuentes. “En el día, con casi 500 ómnibus damos unos seis mil 45 viajes. A la semana trasladamos un promedio de 960 mil personas, muy inferior a las necesidades, debido en primer lugar a la carencia de piezas y de recursos, y disímiles causas subjetivas, entre ellas indisciplinas”, puntualiza.
El directivo espera que esa situación quede revertida con los diferentes procedimientos de administración que irán poniendo en práctica, y la integralidad de la estrategia aprobada para diversas etapas hasta 2030, en las cuales la infraestructura deviene otro factor primordial.
Ajustar la balanza
Disponer de vehículos, choferes, talleres y piezas de repuesto es una parte del conjunto. También son imprescindibles una red vial en buen estado, un marco regulatorio que articule el transporte con el resto de las actividades de la ciudad y cuestiones de carácter social relacionadas, por ejemplo, con la movilidad de las personas.
Hoy la capital dispone de cuatro veces menos guaguas de las que existían a mediados de la década de los años 80.
(Foto: RANDY RODRÍGUEZ)
Qué decir de la necesidad de erradicar indisciplinas sociales como evadir el pago del pasaje y arrojar piedras a los ómnibus, que por varios días pueden salir de servicio debido a la rotura de un cristal.
Del otro lado de la balanza pesan el robo de la recaudación y los factores que inciden en una mala atención, imposible de restringir a la carencia de guaguas o a una frecuencia de circulación inadecuada.
Ha devenido regla la suciedad dentro de los carros y que los choferes paren fuera de parada o vayan a exceso de velocidad. El trío de malas conductas lo completa una abrumadora mayoría, que pone la música de su gusto a niveles intolerables, actitud fuera de control requerida de medidas definitorias y que consideramos salen de la responsabilidad de quien maneja.
Ellos solo usan el equipo que tienen a su disposición. Hasta ahora bien poco se ha resuelto con disposiciones que orientan sintonizar las reproductoras con una melodía que no agreda a los pasajeros.
¿Realmente alguien puede chequear esto? ¿Es obligatorio comprar los carros con esos aditamentos, que luego no pueden retirar, mientras estén en garantía los ómnibus Yuton, los cuales seguirán adquiriéndose?
Tampoco pueden olvidarse situaciones reconocidas por los propios directivos del sector y que gravan en las terminales: el déficit de personal calificado, sistemas de pago poco estimulantes, ausencias injustificadas de choferes, conductores y trabajadores de operaciones, más la ineficiente cadena de suministros.
Sumemos que a pesar de la prioridad dada por el Gobierno hace algunos años a la recuperación de los viales y en particular a los clasificados de importantes, varios mantienen un mal estado, empeorado por drenajes defectuosos.
Igualmente lastran los estrechamientos en la configuración de calles como la avenida de Rancho Boyeros o el tramo que lleva desde aquella hasta la rotonda de la CUJAE, lo cual obliga en ocasiones, según los expertos, a una velocidad comercial de apenas 14 kilómetros por hora.
La población agradece este nuevo servicio, asegura Santiago Padrón, uno de los choferes más destacados en la cooperativa 2 de taxis ruteros. (Foto: RANDY RODRÍGUEZ)
Deuda por saldar son las zonas de alta concentración de potenciales viajeros, especialmente en horario pico. Basta con acercarse al parque de La Fraternidad, donde confluyen rutas de casi toda la capital y se manifiesta una debilidad también identificada por las autoridades del transporte: ausencia de paradas o falta de condiciones para la espera. Allí se ha resuelto en parte lo que en varias calles principales es reclamo de los electores, el alumbrado público.
Vestirse despacio
Para erradicar en unos casos y ordenar en otros esa amalgama de urgencias hay líneas estratégicas en curso, relacionadas directamente con mover a más personas. El primer vestigio del reordenamiento de la rama en la capital se atisba desde el primero de julio último, con la puesta en marcha experimental, de dos cooperativas en los taxis ruteros, que gozan de gran aceptación.
Así constató este equipo de reporteros en el parque El Curita, de donde salen los autobuses para tres de las ocho rutas aprobadas hasta el momento dada la disponibilidad de equipos: Santiago de las Vegas, Alamar y reparto Náutico.
La última nace en el período vacacional, lo cual Maité, Emilio y Estela “consideran un oasis en esta temporada estival”.
Si alguna queja tenemos, añade Carmen Carmenate, “es la poca cantidad de guaguas, que en dependencia de la rotación hacen más larga la espera y sin tener dónde guarecernos”. Para su tranquilidad conocimos que cada cooperativa tendrá cuatro rutas por los lugares de mayor demanda y más de 40 carros, cuya asignación es gradual, pues provienen de los que pueden irse disponiendo entre los que prestan servicios al turismo.
En 1982 en la capital se transportaban diariamente 3 millones 843 mil 879 pasajeros; hoy lo hacen 860 mil 126 (Cortesía Mitrans)
Autoridades del Ministerio del Transporte (Mitrans) han informado en las últimas semanas acerca de otras acciones inmediatas, entre ellas extender la experiencia de arrendamiento a todos los taxis que cobran en CUC, e iniciar el experimento en los de moneda nacional.
Los estudios abarcan además, aplicar a corto plazo una nueva organización en el ferrocarril urbano, por el cual responde la DPT aun cuando no lo tenga subordinado. Así funcionan los trenes con destino hasta Expocuba, El Rincón, Cotorro, San Antonio de los Baños y el que rinde viaje en playas del Este, pero que beneficia entre otras, a zonas de Guanabacoa, acota el director de transportación en la DPT.
Desde finales de 2012 comenzó un inédito programa de reparación de casi 300 ómnibus en la capital que debe concluir en cuatro años. (Foto: RANDY RODRÍGUEZ)
El desarrollo de esas y otras líneas forma parte de la estrategia del Mitrans de fortalecer el camino sobre rieles también a nivel interprovincial, de ahí que entre otras inversiones a materializarse en 2014, estarán coches motores para enlazar a La Habana con Mayabeque y Artemisa.
Y para que nada quede en el tintero, se habla de reordenar las paradas, a fin de que la población tenga condiciones mínimas durante la espera del ómnibus; y de definir carriles exclusivos para aquellos en al menos dos corredores principales, algo de suma ventaja porque mejoraría el flujo vehicular.
Piense y encontrará una vivencia cercana de que dos o tres guaguas de la misma ruta lleguen pegaditas a una parada. Incriminamos enseguida a los expedidores de la terminal, porque es cierto que ocurren deficiente planificación en la frecuencia de salidas. Sin embargo, funcionarios del sector aseguran que el atraso obedece con demasiada frecuencia al mal estado de la vía y a la confluencia con otros medios como los almendrones.
Por idéntico carril
Las variantes en la transportación de pasajeros no significan que el Gobierno se exime de la responsabilidad en el tema. Al contrario, fortalece su gestión a partir de una visión holística y la actuación consecuente.
Así lo atestigua el propio plan para modernizar y reconstruir guaguas en La Habana, pactado hasta 2016 e iniciado a finales del pasado año, cuando se computaban 285 vehículos necesitados de dichos trabajos, de las marcas Yutong, LIAZ, MAZ, Busscar y Daewoo.
Los carros diagnosticados para rehabilitación total pueden estar en activo, y cuando corresponde van al taller, expone el ingeniero Ladrón de Guevara.
Por la misión responden diversos talleres de la capital y la fábrica de ómnibus Evelio Prieto, de Guanajay. Parece que todo es cuestión de tiempo y esfuerzo de los obreros y técnicos, pues durante las visitas de BOHEMIA manifestaron que a diferencia de otros tiempos, cuentan con los recursos.
Un reordenamiento integral en varias etapas es la solución puesta en marcha en la capital, para revertir carencias y deficiencias en el transporte público.
(Foto: RANDY RODRÍGUEZ)
En Arroyo Naranjo estuvimos en la unidad básica Motor Centro Yutong, de la empresa de igual nombre del Mitrans. Solo pudimos tomar fotos debido a una descoordinación administrativa, pero en el recorrido conocimos que por primera vez cada guagua llega con un lote de piezas para su reparación y la falta de alguna es resuelta sin demora.
A decenas de kilómetros de allí, en la planta de Guanajay, se batalla día a día para restar complejidad al programa. El afán recae en los carros con su estructura deteriorada, así como en la chapistería ligera, pintura y elementos de carrocería de otros. Se incluye la sustitución, por planchas de acero corrugadas, de los pisos de madera y linóleo que poseen los comprados en 2007.
Es una labor también meticulosa, que salvando distancias se asemeja al dictamen médico, porque cada equipo tiene problemas diferentes. La decisión más acertada fue especializar a un grupo de hombres, señala Enrique Martínez Hernández, director general de la fábrica.
En la planta de Guanajay conformaron un grupo especializado para la reparación de ómnibus urbanos de la capital. (Foto: AIXA LÓPEZ)
Las guaguas llegan muy estropeadas. Por efecto de los baches y la sobrexplotación hay fractura de las estructuras, ello implica desarmar muchos elementos interiores y de mecánica, “y esforzarse bastante, gracias a ese ahínco estamos por delante de lo pedido este año”, amplía.
Sin exagerar, la labor es titánica para el colectivo, diezmado por el éxodo de fuerza calificada y que ha asumido además, el renacer de la industria automotriz cubana, con la producción de ómnibus para la zona interurbana, que en más de un centenar ya ruedan por varias provincias.
Esta cadena de reparación consta de cuatro etapas y por la final responde el colectivo de la Reconstructora Ikarus, de la DPT. Su objeto social se potencia con un programa sin precedentes.
Cual un panal, chapistas y pintores cumplen su faena, y si existe necesidad, del mismo modo los primeros montan cristales, a fin de mantener el flujo productivo, que para cada carro debe demorar entre 21 y 25 días, en dependencia de sus características (rígido o articulado).
Trabajan para acortar el proceso. Tienen un doble incentivo, cobrar por los resultados y que estos se vean pronto, con la puesta en servicio del vehículo.
Por presente y futuro
A pesar de los apremios del presente, las autoridades están conscientes de que, con vistas a resolver los problemas del transporte, es imprescindible tener como documento de cabecera a las directrices marcadas para el sector en el ordenamiento territorial a corto, mediano y largo plazos.
Quizás por ello, hoy más que nunca los planes vinculados con llevar y traer pasajeros en esta capital, responden a su proyección urbana, lo cual justifica el quehacer mancomunado con la Dirección Provincial de Planificación Física (DPPF).
De esa asociación pudiera salir la respuesta a un sueño de los especialistas: que la Calzada de 10 de Octubre sea exclusiva para las guaguas.
Se estudia habilitar carriles exclusivos para los ómnibus en
algunas arterias complicadas de la ciudad. (AIXA LÓPEZ)
Esta última idea, que tiene antecedentes en 1985, cuando se lograron -porque faltó consenso entre los expertos- vías solo para ómnibus, como Neptuno, y carriles derechos en Monserrate, Zulueta, calle 23 y Línea; recuerda el ingeniero Néstor Alonso Rodríguez, especialista principal de la DPT.
La disposición provino del primer programa estratégico del sector, que entre sus metas concebía la construcción del metro, sumamente costoso a tenor de la realidad actual, cuando están en el tintero otras novedades más factibles, según opinan ese técnico y su colega Guadalupe Rodríguez, subdirectora de desarrollo de la citada empresa.
Tres décadas en la rama les hacen confiar en otra de las soluciones previstas para la movilidad de pasajeros en La Habana, el bus rapid transit, conocido por las siglas BRT, “el grito del momento en Latinoamérica”, afirman.
Es como un metrobús. Varios de los entrevistados explican que forma parte de la segunda etapa del reordenamiento del transporte en esta urbe.
Ilustran su plática con imágenes de esa solución en algunas ciudades sudamericanas y mapas de lo que se prevé para la capital cubana, a la vez que precisan algunas características como la de que circula por un carril priorizado, tiene pocos asientos y cubre largas rutas con pocas paradas. Además, resulta una de las variantes para erradicar la manipulación de dinero, pues el boleto de pasaje se compra en la terminal.
Con la explicación hacemos el recorrido imaginario, que finaliza en estaciones nodales, en las cuales convergen rutas y trenes según el caso, lo cual permitirá, por ejemplo, que ómnibus de Artemisa concluyan su trayecto en el apeadero de la periferia, con el consiguiente ahorro de combustible.
Acerca de lo que sin duda será un suceso indagamos en la DPPF. Allí se encuentran avanzados los estudios acerca de las vías que admitirían la circulación del BRT y dónde pudieran ser ubicadas las terminales. Esto dista de una ejecución inmediata y total, porque todo transita por la disponibilidad de financiamiento.
Los terrenos serán preservados hasta entonces, y empleados en diferentes fines, tal cual ocurre con otros destinos del suelo, en cuya adecuada utilización tienen suma responsabilidad urbanistas y planificadores; hombres y mujeres que acarician el futuro con los pies en la tierra.
Nota:
Un total de 15 mil 800 ómnibus para el servicio público disponía la Isla hace algo más de dos décadas. Este parque fue deteriorándose al desaparecer el campo socialista y acrecentarse el bloqueo económico y financiero de los Estados Unidos contra la Isla, al punto de que la cifra de esos vehículos bajó hasta menos de mil 500, según datos suministrados a BOHEMIA por el Ministerio del Transporte.
A ello se sumó la desarticulación de la red de servicios y el éxodo masivo del personal calificado, lo cual profundizó la brecha entre la calidad y cantidad de la oferta con la demanda. En aras de ir equipárandolas, en los últimos años el organismo ha adquirido y entregado a las empresas provinciales del sector casi dos mil guaguas, y desde 2007 adopta medidas para utilizar de forma más eficiente todos sus servicios de transportación, incluido el de taxis.
Hoy, para el traslado de pasajeros a nivel nacional se cuenta con unos siete mil 840 equipos, de más de 40 marcas y modelos, con la complejidad que eso implica para su reparación y mantenimiento. Desde 2012 está aprobado un plan para importar anualmente 100 ómnibus Yutong, destinados a La Habana y Santiago de Cuba.
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