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Matthew Price
BBC, Oslo
Matthew Price
BBC, Oslo
Bajo los hermosos paisajes noruegos hay una gran riqueza en petróleo y gas natural.
Mientras la mayoría de países de Europa procuran reducir sus gastos, Noruega no tiene que preocuparse. El país ha invertido tan sabiamente sus ingresos de sus reservas de petróleo y gas, que amasó el que muchos consideran el fondo soberano más grande del mundo. Se calcula que en el año 2020 alcanzará el millón de millones de dólares. ¿No será demasiado grande?
En el mercado bursátil, no se apresuran. Cuando Facebook anunció que iba a registrarse en la bolsa de valores, los analistas noruegos se pusieron a trabajar. Evaluaron los pros y contras, el valor probable de la compañía, la posibilidad de una gran pérdida y de una gran ganancia.
Entonces compraron acciones de Facebook. Como todo el mundo, perdieron dinero casi inmediatamente. Sin embargo, a diferencia de muchos otros, no se apresuraron a venderlas.
"En tiempos de turbulencia tenemos la posibilidad de sentarnos a esperar que pase", le dice a la BBC Yngve Slyngstad, presidente ejecutivo del Fondo de Pensiones de Noruega.
Cada semana, mil millones de dólares pasan por la oficina del fondo en el edificio del Banco Central de Noruega en Oslo.
Mientras la mayoría de países de Europa procuran reducir sus gastos, Noruega no tiene que preocuparse. El país ha invertido tan sabiamente sus ingresos de sus reservas de petróleo y gas, que amasó el que muchos consideran el fondo soberano más grande del mundo. Se calcula que en el año 2020 alcanzará el millón de millones de dólares. ¿No será demasiado grande?
En el mercado bursátil, no se apresuran. Cuando Facebook anunció que iba a registrarse en la bolsa de valores, los analistas noruegos se pusieron a trabajar. Evaluaron los pros y contras, el valor probable de la compañía, la posibilidad de una gran pérdida y de una gran ganancia.
Entonces compraron acciones de Facebook. Como todo el mundo, perdieron dinero casi inmediatamente. Sin embargo, a diferencia de muchos otros, no se apresuraron a venderlas.
"En tiempos de turbulencia tenemos la posibilidad de sentarnos a esperar que pase", le dice a la BBC Yngve Slyngstad, presidente ejecutivo del Fondo de Pensiones de Noruega.
Cada semana, mil millones de dólares pasan por la oficina del fondo en el edificio del Banco Central de Noruega en Oslo.
"Tuvimos el privilegio de no sólo sentarnos en nuestros activos, sino acumular más"
Yngve Slyngstad, presidente ejecutivo del Fondo de Pensiones de Noruega
Más de 200 personas trabajan aquí. Otras 100 en sus oficinas en Nueva York, Londres, Shanghai y Singapur.
Su bolsa de valores es calmada, considerada, incluso ligeramente académica. No es Wall Street. No hay ventas de valores por pánico mientras los mercados desploman.
Su misión, por mandato gubernamental, es edificar riqueza lenta y cuidadosamente para ayudar a financiar a este país cuando se hayan agotado sus reservas de petróleo y gas.
"Eso fue lo que ocurrió en el periodo 2008-2009", prosigue Slyngstad. "Muchos otros inversionistas se vieron forzados a vender. Nosotros tuvimos el privilegio de no sólo sentarnos en nuestros activos, sino de acumular más".
"Trabajando con la razón"
En el caso de Noruega, el dinero produce dinero. Las ganancias y los impuestos de la industria del petróleo y el gas le dan al gobierno US$1.000 millones semanales.
El fondo mantiene un promedio de 1% de las acciones del mundo. En Europa, es dueña de más de 2% de todas las compañías listadas.
Esto es gracias tanto a los hidrocarburos, como al hecho de que gobiernos consecutivos se han adherido al consenso político de que las ganancias de la industria petrolera se deben invertir en el fondo.
Valhall es un yacimiento petrolero en el sector noruego del Mar del Norte.
El mandato gubernamental para el fondo especifica que debe ser transparente y abierto. También tiene el propósito de influir sobre la manera en que se comportan las compañías en las cuales invierte.
Ha establecido un conjunto de principios que guían sus estrategias de inversión, y que intenta que otros adopten.
"Como propietarios a largo plazo", señala Slyngstad, "necesitamos asegurarnos de que las compañías sean rentables a largo plazo, y no sólo buenas para los inversores y los accionistas, sino para la sociedad entera".
"Trabajamos con la razón y no con la fuerza".
Pero ¿hay alguna diferencia? El fondo cree que sí. Por ejemplo, en el área de los derechos de los niños, creen que su posición ha animado a compañías que usan trabajo infantil a lidiar con el asunto.
"Por supuesto que es una labor a muy largo plazo, donde los resultados no se miden en años, sino en décadas", agrega.
¿Fondos múltiples?
Más allá de su belleza natural, la riqueza de Noruega se debe al buen manejo de sus recursos.
Noruega es uno de los países más ricos per cápita. La crisis de la deuda en Europa se siente muy, muy lejos en este próspero rincón del continente.
Sin embargo, en la Escuela de Negocios de Noruega, en Oslo, el profesor de gestión de activos, Bruno Gerard, cree que el fondo debe ser modificado.
"Va a ser imposible mantener la administración de este inmenso flujo de dinero dentro de una organización", opina, en entrevista con la BBC.
"Todo está muy bien manejado, pero... un pequeño error en un fondo grande puede tener consecuencias enormes. El daño sería mucho menor si tuviéramos varios fondos más pequeños".
Eso es algo que el recién elegido partido Conservador noruego -que encabezará la próxima coalición gubernamental- dice que podría considerar.
"¿Deberían ser dos o tres fondos en vez de uno?", pregunta Erna Solberg, la líder del partido.
Habrá una discusión, indica.
"Por supuesto que como conservadores también creemos que si uno tiene un régimen con un poco más de competencia, se pueden lograr mejores resultados".
Gerard está convencido de que es el camino por el que irá el debate. "No se trata de si dividiremos el fondo, sino de cuándo lo dividiremos".
Con petróleo o sin él
Erna Solberg describió su reciente victoria electoral como "histórica".
Cualquier cambio en el modo en que se manejen las cosas en el fondo no tendría efecto en los mercados globales, pero sería crucial para el futuro de Noruega.
Algunos dicen que el fondo posee demasiadas acciones y argumentan que por lo menos algunas de las ganancias serán mejor invertidas en infraestructura o investigación y desarrollo en Noruega.
Pero gastar demasiado dentro del país implica arriesgarse a sobrecalentar la economía.
Slyngstad considera el asunto con una sonrisa irónica. "Como punto de partida es mejor tener un fondo grande que un fondo pequeño", dice.
Pero sea lo que fuere que decidan, mientras la mayor parte de Europa lucha por ahorrar, Noruega está muy por delante.
Está enfocada en asegurarse de que incluso cuando el flujo de petróleo se seque, el de dinero continúe.
Yngve Slyngstad, presidente ejecutivo del Fondo de Pensiones de Noruega
Más de 200 personas trabajan aquí. Otras 100 en sus oficinas en Nueva York, Londres, Shanghai y Singapur.
Su bolsa de valores es calmada, considerada, incluso ligeramente académica. No es Wall Street. No hay ventas de valores por pánico mientras los mercados desploman.
Su misión, por mandato gubernamental, es edificar riqueza lenta y cuidadosamente para ayudar a financiar a este país cuando se hayan agotado sus reservas de petróleo y gas.
"Eso fue lo que ocurrió en el periodo 2008-2009", prosigue Slyngstad. "Muchos otros inversionistas se vieron forzados a vender. Nosotros tuvimos el privilegio de no sólo sentarnos en nuestros activos, sino de acumular más".
"Trabajando con la razón"
En el caso de Noruega, el dinero produce dinero. Las ganancias y los impuestos de la industria del petróleo y el gas le dan al gobierno US$1.000 millones semanales.
El fondo mantiene un promedio de 1% de las acciones del mundo. En Europa, es dueña de más de 2% de todas las compañías listadas.
Esto es gracias tanto a los hidrocarburos, como al hecho de que gobiernos consecutivos se han adherido al consenso político de que las ganancias de la industria petrolera se deben invertir en el fondo.
Valhall es un yacimiento petrolero en el sector noruego del Mar del Norte.
El mandato gubernamental para el fondo especifica que debe ser transparente y abierto. También tiene el propósito de influir sobre la manera en que se comportan las compañías en las cuales invierte.
Ha establecido un conjunto de principios que guían sus estrategias de inversión, y que intenta que otros adopten.
"Como propietarios a largo plazo", señala Slyngstad, "necesitamos asegurarnos de que las compañías sean rentables a largo plazo, y no sólo buenas para los inversores y los accionistas, sino para la sociedad entera".
"Trabajamos con la razón y no con la fuerza".
Pero ¿hay alguna diferencia? El fondo cree que sí. Por ejemplo, en el área de los derechos de los niños, creen que su posición ha animado a compañías que usan trabajo infantil a lidiar con el asunto.
"Por supuesto que es una labor a muy largo plazo, donde los resultados no se miden en años, sino en décadas", agrega.
¿Fondos múltiples?
Más allá de su belleza natural, la riqueza de Noruega se debe al buen manejo de sus recursos.
Noruega es uno de los países más ricos per cápita. La crisis de la deuda en Europa se siente muy, muy lejos en este próspero rincón del continente.
Sin embargo, en la Escuela de Negocios de Noruega, en Oslo, el profesor de gestión de activos, Bruno Gerard, cree que el fondo debe ser modificado.
"Va a ser imposible mantener la administración de este inmenso flujo de dinero dentro de una organización", opina, en entrevista con la BBC.
"Todo está muy bien manejado, pero... un pequeño error en un fondo grande puede tener consecuencias enormes. El daño sería mucho menor si tuviéramos varios fondos más pequeños".
Eso es algo que el recién elegido partido Conservador noruego -que encabezará la próxima coalición gubernamental- dice que podría considerar.
"¿Deberían ser dos o tres fondos en vez de uno?", pregunta Erna Solberg, la líder del partido.
Habrá una discusión, indica.
"Por supuesto que como conservadores también creemos que si uno tiene un régimen con un poco más de competencia, se pueden lograr mejores resultados".
Gerard está convencido de que es el camino por el que irá el debate. "No se trata de si dividiremos el fondo, sino de cuándo lo dividiremos".
Con petróleo o sin él
Erna Solberg describió su reciente victoria electoral como "histórica".
Cualquier cambio en el modo en que se manejen las cosas en el fondo no tendría efecto en los mercados globales, pero sería crucial para el futuro de Noruega.
Algunos dicen que el fondo posee demasiadas acciones y argumentan que por lo menos algunas de las ganancias serán mejor invertidas en infraestructura o investigación y desarrollo en Noruega.
Pero gastar demasiado dentro del país implica arriesgarse a sobrecalentar la economía.
Slyngstad considera el asunto con una sonrisa irónica. "Como punto de partida es mejor tener un fondo grande que un fondo pequeño", dice.
Pero sea lo que fuere que decidan, mientras la mayor parte de Europa lucha por ahorrar, Noruega está muy por delante.
Está enfocada en asegurarse de que incluso cuando el flujo de petróleo se seque, el de dinero continúe.
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