Por Eileen Molina Fernández
Holguín, 25 nov (AIN) La presencia de peces ciegos endémicos de Cuba en las cuevas inundadas Tanque Azul y El Macío, ubicadas en el municipio de Gibara, de la provincia de Holguín, fue confirmada por especialistas.
El sitio Web de la emisora provincial Radio Angulo publica en su edición de este lunes, que esos animales pertenecen al género Dentatus, uno de los cuatro identificados en el archipiélago cubano y habitan en cavernas profundas donde la claridad es prácticamente imperceptible.
Alejandro Fernández, especialista del Centro de Estudios Ambientales y Tecnológicos, señaló a la AIN que los ejemplares tienen ojos muy pequeños, cubiertos por membranas epiteliales, que repelen la luz solar y carecen de color.
Explicó que una de las particularidades de esta especie es que las crías nacen vivas y la madre solo permite el desarrollo de un embrión, con el propósito de regular el alimento en profundidades superiores a los 50 metros.
Estos exponentes de la fauna acuática cubana, llamados también Lucífugas, se alimentan de crustáceos y utilizan el tacto para aparearse y encontrar la comida, subrayó Fernández.
Los peces ciegos constituyen una de las especies menos estudiadas por la ictiología cubana, por las particularidades de su hábitat natural y fueron descubiertos por el destacado científico Felipe Poey en el siglo XVIII.
En Cuba existen cuatro familias clasificadas la Subterraneus, la Dentatus, la Simile y la Teresinarun, que se localizan fundamentalmente en cuevas profundas de Pinar del Río, Matanzas y otras provincias del occidente del país.
Algunos de los ejemplares colectados en las cuevas de Gibara, precisó el especialista, pertenecen posiblemente a una quinta especie aún sin clasificar.
El sitio Web de la emisora provincial Radio Angulo publica en su edición de este lunes, que esos animales pertenecen al género Dentatus, uno de los cuatro identificados en el archipiélago cubano y habitan en cavernas profundas donde la claridad es prácticamente imperceptible.
Alejandro Fernández, especialista del Centro de Estudios Ambientales y Tecnológicos, señaló a la AIN que los ejemplares tienen ojos muy pequeños, cubiertos por membranas epiteliales, que repelen la luz solar y carecen de color.
Explicó que una de las particularidades de esta especie es que las crías nacen vivas y la madre solo permite el desarrollo de un embrión, con el propósito de regular el alimento en profundidades superiores a los 50 metros.
Estos exponentes de la fauna acuática cubana, llamados también Lucífugas, se alimentan de crustáceos y utilizan el tacto para aparearse y encontrar la comida, subrayó Fernández.
Los peces ciegos constituyen una de las especies menos estudiadas por la ictiología cubana, por las particularidades de su hábitat natural y fueron descubiertos por el destacado científico Felipe Poey en el siglo XVIII.
En Cuba existen cuatro familias clasificadas la Subterraneus, la Dentatus, la Simile y la Teresinarun, que se localizan fundamentalmente en cuevas profundas de Pinar del Río, Matanzas y otras provincias del occidente del país.
Algunos de los ejemplares colectados en las cuevas de Gibara, precisó el especialista, pertenecen posiblemente a una quinta especie aún sin clasificar.
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