Baracoa, 9 feb (AIN) A los mil 175 metros de la cumbre mayor de la Altiplanicie del Toldo, en el nororiente cubano, ascendió parte del equipo científico de la expedición Río Toa, promovida por la Fundación Antonio Núñez Jiménez (FANJ).
Espeleólogos, geógrafos, biólogos y guardabosques llegaron este sábado a esa meseta, ubicada en la localidad La Melba, perteneciente al Parque Nacional Alejandro de Humboldt, Sitio de Patrimonio Mundial de la Naturaleza, y núcleo de biodiversidad y endemismo del Caribe Insular.
Allí, a su altura intermontana, entre los ríos Moa –al Oeste- y Jaguaní –al Este- escaló el grupo multidisciplinario para evaluar el nivel de conservación de sus ecosistemas y la labor recuperadora en suelos y bosques de su porción central, afectada por antiguos estudios para la explotación minera.
En predios otrora pertenecientes a la holguinera Empresa Moa Nickel S.A, el colectivo constató el avance de la rehabilitación de estos paisajes, emprendida por especialistas del “Parque Humboldt”, quienes aspiran a restaurar una veintena de hectáreas en cuatro años, a través de la reforestación y técnicas protectoras del suelo.
Uno de los integrantes de la expedición científica, Enrique Dalmau, ambientalista del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, explicó a la AIN que el periplo pretende hacer un estudio comparativo de los resultados de visitas anteriores.
Por su parte, Reinaldo Estrada, de la FANJ, y el geógrafo Bárbaro Zavala, de la guantanamera Unidad de Servicios Ambientales, se refirieron a la motivación de encontrar nuevos reportes para la ciencia en estos parajes de selvas tropicales, al pie de la cuenca del Río Piloto, principal habitat natural del Almiquí.
La tropa ecologista partió a esas serranías el pasado 28 de enero, recorrió las márgenes del Río Jaguaní –aguas arriba- y tras llegar a la Altiplanicie del Toldo se encaminó a la ruta ecoturística Ojito de Agua-Baracoa, para ascender otra meseta, la conocida como Salto de Iberia.
En tanto, los otros dos grupos de la expedición se internaron en los virginales bosques de la cuenca del Toa, y llegaron a las zonas de Quibiján y El Naranjo, en Baracoa, donde unos realizaron inventarios biológicos, y otros acometieron la exploración de la cascada Salto Fino, mayor caída libre de agua de la Isla.
Este domingo concluirá el itinerario, que reedita el protagonizado en 1996 por el eminente espeleólogo cubano Antonio Núñez Jiménez, y le rinde tributo en su natalicio 90, al evocar su ferviente labor por la salvaguarda de estos parajes nororientales, a los que calificó de maravilla de la naturaleza.
Espeleólogos, geógrafos, biólogos y guardabosques llegaron este sábado a esa meseta, ubicada en la localidad La Melba, perteneciente al Parque Nacional Alejandro de Humboldt, Sitio de Patrimonio Mundial de la Naturaleza, y núcleo de biodiversidad y endemismo del Caribe Insular.
Allí, a su altura intermontana, entre los ríos Moa –al Oeste- y Jaguaní –al Este- escaló el grupo multidisciplinario para evaluar el nivel de conservación de sus ecosistemas y la labor recuperadora en suelos y bosques de su porción central, afectada por antiguos estudios para la explotación minera.
En predios otrora pertenecientes a la holguinera Empresa Moa Nickel S.A, el colectivo constató el avance de la rehabilitación de estos paisajes, emprendida por especialistas del “Parque Humboldt”, quienes aspiran a restaurar una veintena de hectáreas en cuatro años, a través de la reforestación y técnicas protectoras del suelo.
Uno de los integrantes de la expedición científica, Enrique Dalmau, ambientalista del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, explicó a la AIN que el periplo pretende hacer un estudio comparativo de los resultados de visitas anteriores.
Por su parte, Reinaldo Estrada, de la FANJ, y el geógrafo Bárbaro Zavala, de la guantanamera Unidad de Servicios Ambientales, se refirieron a la motivación de encontrar nuevos reportes para la ciencia en estos parajes de selvas tropicales, al pie de la cuenca del Río Piloto, principal habitat natural del Almiquí.
La tropa ecologista partió a esas serranías el pasado 28 de enero, recorrió las márgenes del Río Jaguaní –aguas arriba- y tras llegar a la Altiplanicie del Toldo se encaminó a la ruta ecoturística Ojito de Agua-Baracoa, para ascender otra meseta, la conocida como Salto de Iberia.
En tanto, los otros dos grupos de la expedición se internaron en los virginales bosques de la cuenca del Toa, y llegaron a las zonas de Quibiján y El Naranjo, en Baracoa, donde unos realizaron inventarios biológicos, y otros acometieron la exploración de la cascada Salto Fino, mayor caída libre de agua de la Isla.
Este domingo concluirá el itinerario, que reedita el protagonizado en 1996 por el eminente espeleólogo cubano Antonio Núñez Jiménez, y le rinde tributo en su natalicio 90, al evocar su ferviente labor por la salvaguarda de estos parajes nororientales, a los que calificó de maravilla de la naturaleza.
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