Por Marco Antonio Moreno
La actual crisis financiera ha llevado a numerosos economistas a pensar en algo que no toma en cuenta la teoría económica de los mercados perfectos: aquellos rincones y, sobre todo, aquellas esquinas oscuras que desconoce la ciencia económica. En la teoría los mercados son perfectos, eficientes y transparentes y tienen capacidad para enfrentar shocks dado que se autorregulan con rapidez. Esto es lo que dice la Teoría de las Expectativas Racionales y La hipótesis de los mercados eficientes, que han recibido sendos Premios Nobel de Economía. Sin embargo, a 6 años del estallido de la crisis se ha comprobado que los mercados no tienen ninguna capacidad para autorregularse!. Y estas palabras, que dan cuenta claramente de que la visión económica de los últimos 40 años ha sido errónea, y que hemos formulado desde hace 6 años en este blog, han sido ahora dichas por el Economista Jefe del FMI, Olivier Blanchard.
En su artículo de Septiembre en el FMI, Where Danger Lurks, Cuando el peligro acecha, revela su preocupación de que la teoría económica no prestó atención a esos rincones oscuros donde la economía funciona "monstruosamente mal", donde no hay para nada competencia y mercados perfectos.
La actual crisis financiera ha llevado a numerosos economistas a pensar en algo que no toma en cuenta la teoría económica de los mercados perfectos: aquellos rincones y, sobre todo, aquellas esquinas oscuras que desconoce la ciencia económica. En la teoría los mercados son perfectos, eficientes y transparentes y tienen capacidad para enfrentar shocks dado que se autorregulan con rapidez. Esto es lo que dice la Teoría de las Expectativas Racionales y La hipótesis de los mercados eficientes, que han recibido sendos Premios Nobel de Economía. Sin embargo, a 6 años del estallido de la crisis se ha comprobado que los mercados no tienen ninguna capacidad para autorregularse!. Y estas palabras, que dan cuenta claramente de que la visión económica de los últimos 40 años ha sido errónea, y que hemos formulado desde hace 6 años en este blog, han sido ahora dichas por el Economista Jefe del FMI, Olivier Blanchard.
En su artículo de Septiembre en el FMI, Where Danger Lurks, Cuando el peligro acecha, revela su preocupación de que la teoría económica no prestó atención a esos rincones oscuros donde la economía funciona "monstruosamente mal", donde no hay para nada competencia y mercados perfectos.
"Hasta la crisis financiera mundial de 2008 -escribe Blanchrd -, los principales macroeconomistas estadounidenses habían tomado una visión cada vez más benigna de las fluctuaciones económicas en la producción y el empleo. La crisis ha dejado en claro que esta visión estaba equivocada y que requiere de una reevaluación profunda".
Blanchard, que un mes antes del estallido de la crisis afirmaba desde el FMI que la Macroeconomía se hallaba en un estado saludable, reconoce ahora los profundos errores que encierra la teoría económica que defendió durante décadas. Para Blanchard, los últimos 40 años y la llamada Gran Moderación fueron una "gran mentira", dado que incubaron las semillas de la crisis que hoy cumple 6 años completos.
Absortos de competencia perfecta
Blanchard reconoce que los economistas no tenían idea de que una crisis como la desatada el año 2008 podía producirse. Estaban absortos en las zonas claras y perfectas de la economía, sin pensar en la importancia de esas zonas oscuras en que los mercados sufren un shock, y menos anticipar sus consecuencias. La economía no prevé nada y los modelos teóricos solo explican la realidad de una situación "normal", es decir, cuando la economía tiene crecimiento y empleo sostenido, cuando se puede afirmar que la macroeconomía se encuentra en un Estado Saludable.
En agosto de 2008, un mes antes de la quiebra de Lehman Brothers, y cuando Estados Unidos ya había salido al rescate de Bear Stearns, Fannie Mae y Freddie Mac, Blanchard se despachó su informe El estado de la Macro extenso trabajo donde presentaba el estado y las perspectivas de la macroeconomía y concluía que "el estado de la macro es saludable", 30 días antes de la quiebra general del sistema. Para Blanchard las batallas ideológicas del pasado habían terminado y "se había llegado a una amplia convergencia de visiones", en la cual los problemas económicos estaban bajo control y "los problemas centrales para la prevención de las depresiones económicas habían sido resueltos".
Tras la explosión de los años 70 ha habido una gran convergencia. Si bien durante un tiempo muy largo el terreno se pareció a un campo de batalla, en el cual los investigadores se abrieron en diferentes direcciones y muchos se ignoraron mutuamente... se ha llegado a un enfoque compartido y este enfoque ha surgido de la destrucción de cierto conocimiento erróneo. El estado de la macro es bueno".
Sin respuestas a la crisis
No deja de ser curioso que a 6 años de la crisis Olivier Blanchard tenga hoy una visión tan diferente. Porque Blanchsrd reconoce que la teoría actual no tiene ninguna respuesta concreta frente a la crisis y hace falta reconsiderar el "conocimiento erróneo" que fue olímpicamente desechado por Robert Lucas cuando arrancó del mapa temas como las rigidices nominales, la información imperfecta, el dinero, la curva de Phillips y el problema del empleo. Esta teoría también consideró irrelevante preocuparse de los temas financieros dado que en competencia perfecta y con mercados perfectos el dinero cumple un rol totalmente neutral en la economía. Esto confirma la quiebra, ideológica también, del conjunto de ideas que encauzaron la dinámica capitalista de las últimas cuatro décadas. Hubo en ellas más fanatismo que análisis objetivo por encarar los problemas económicos. Todo se le dejó al mercado y así fue como la participación financiera pasó del 9 por ciento del PIB en 1980, al 40 por ciento del PIB en 2007. Tal como ocurre hoy, la burbuja financiera alcanzó dimensiones colosales. Y eso es lo que aún bate el delirante frenesí de los mercados.
Si en el reporte de agosto de 2008, Blanchard no escatimaba elogios a la Teoria de las Expectivas Racionales, de Robert Lucas, ahora indica que este modelo fue totalmente incapaz de advertir la inminencia de una crisis financiera. Las técnicas matemáticas solo tenían sentido bajo una visión en la que las fluctuaciones económicas eran suaves y regulares y permitían que las empresas y las personas miraran el pasado para crear sus expectativas de futuro. Estos modelos eran muy básicos y consideraban shocks muy pequeños para medir su impacto en la actividad económica. Como además eran modelos lineales, si el shock era el doble de grande se deducía que el impacto en la actididad económica también sería el doble. No consideraban que en la economía existen funciones exponenciales a las que un modelo lineal nunca dará solución.
La actual crisis fue engendrada precisamente por esos malos supuestos económicos que hacían ver saludable lo que era una cáscara vacía. La Gran Moderación pudo ser cosa de suerte, como dice Blanchard, pero la economia tuvo un cuarto de siglo de visión benigna, una visión que abría paso al libre mercado por su promesa de convergencia al equilibrio pleno. Esto era estar dentro del campo de una función lineal, donde los shocks y las pequeñas fluctuaciones pueden ser rápidamente corregidas. Es también estar en el centro del tablero, lejos de las zonas oscuras donde no se cumplen los supuestos de la competencia perfecta. El chiste de esto es que los economistas siempre buscan las respuestas en las zonas iluminadas, por eso se paralizan en las zonas oscuras.
Blanchard no se cansa de repetir, ahora, que la economía llegó a una zona muy muy oscura, y que aún está atrapada en la oscuridad. Más aún, confirma que todos los informes anti-crisis han fracasado porque esta vez la crisis es la mayor de todas. Desde la implantación del actual modelo económico, en 1979, ha habido tres crisis financieras importantes: América Latina en los años 80; México en 1994 y Asia en 1997. Se pensaba que estas crisis eran un problema exclusivo de las economías emergentes, y que eran imposibles en los mercados avanzados. La crisis que hoy cumple 6 años estalló en el corazón de los países avanzados, y hoy Europa, Estados Unidos y Japón, atraviesan por su peor momento en décadas. Blanchard reconoce que no existe aún una teoría que resuelva la crisis, y si bien por el momento, "los lazos diabólicos han retrocedido", "cuando el peligro acecha hay que alejarse de las zonas oscuras".
El gran problema es que estamos en una zona de gran oscuridad, donde la teoría económica tradicional no es capaz de ver nada.
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