"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

domingo, 19 de octubre de 2014

La Atenas de Cuba y sus inicios

Por Wilfredo Alayón *

Matanzas, Cuba (PL) La ciudad de Matanzas, conocida desde el siglo XIX como la Atenas de Cuba y situada en la costa norte, fue fundada el 12 de octubre de 1693 pero sus inicios se remontan a 1509.

Ubicada alrededor de una privilegiada bahía, a 100 kilómetros al este de la Habana, desde épocas tempranas la zona se utilizó por comerciantes contrabandistas y como recalo de buques en recorrido entre América y la metrópoli.

La importancia geográfica de la rada aparece en mapas del siglo XVI, y según especialistas los aborígenes que la habitaban nombraban al asentamiento Yucayo y al futuro importante puerto Guanima.

El primero en adueñarse de propiedades del territorio fue el Adelantado Diego Velásquez, quién también entregó entre 1514 y 1518 partidas de nativos a Juan de Rojas, nombrado el primer encomendero de Matanzas y fundador del pueblo Caneymar.

Arnaldo Jiménez de la Cal, prestigioso historiador local, señala que esa locación tuvo efímera vida al parecer por los abusos brutales de los españoles, la falta de alimentos y las rebeldías de los esclavizados.

A ello se unieron -abunda- epidemias de viruela por los años 1519 y 1530, enfermedad contra la cual los primitivos moradores carecían de defensa.

Las bondades geográficas de la bahía motivaron la presencia de colonizadores procedentes de asentamientos habaneros y de la comunidad de Trinidad, en la actual provincia de Sancti Spíritus (centro).

AGRICULTURA, GANADERIA Y CORSARIOS 

La ausencia de metales preciosos en la comarca llevó a los primeros colonizadores a dedicarse a la producción agrícola de alimentos y en los terrenos que bordean el fondeadero prosperaron los sembrados de yuca o mandioca.

De las raíces comestibles de esta planta se extrae un producto, que una vez procesado de acuerdo con los procedimientos aborígenes, se extrae el duradero cazabe, sustituto del pan de harina de trigo.

Jiménez de la Cal indica que desde mediados del siglo XVI, de las estancias matanceras se enviaban importantes cantidades de reses para abastecer a la capital de la mayor de las Antillas.

"Más o menos en esos años también comenzó en la zona la conjunción azúcar-esclavos africanos y aparecen reportes de desembarcos de cautivos en 1585", explica.

"En 1598 Juan de Maldonado, gobernador de la isla en el período 1594-1602, informa a la Corona Española la existencia de cañaverales en este territorio desde hacía 40 años", expresa.

Y añade: "por lo tanto no es descabellado pensar que los negros africanos desembarcados se emplearan en la producción de azúcar, idea que se corrobora al existir indicios del trapiche San Sebastián en 1602".

A pesar de estos destellos productivos y de condiciones naturales como tierras fértiles y abundancia de agua, durante los siglos XVI y XVII el territorio solo logró una economía exclusiva de subsistencia.

Jiménez de la Cal destaca que las limitadas producciones, el aislamiento de la zona con un relativo despoblamiento, la poca presencia de productos europeos, la falta de comercio interior y ausencia de autoridades, hicieron florecer el contrabando.

Los pobladores tenían para ofrecer azúcar, mieles, cera, carne salada, sal y otros artículos y recibían, a cambio, importantes productos europeos, de manera que a la bahía llegaban corsarios y piratas, franceses, ingleses y holandeses.

Investigadores señalan que famosos depredadores del mar como Francis Drake, Jacques de Sore y Cornelis Cornelisioom, entre otros, utilizaron el estuario para su comercio "el cual no siempre fue pacífico".

"Quizás el hecho más connotado fue el asalto y destrucción de la Flota de la Plata por el corsario holandés Piet Heyn en septiembre de 1628, hecho que comenzó en alta mar y culminó en aguas matanceras", comenta Jiménez de la Cal.

A juicio del experto, todos esos acontecimientos apuntaban a una intención de ocupar Matanzas por naciones europeas enemigas de España y emplearla como punta de lanza contra La Habana.

"Se crearía entonces una situación peligrosa a la estabilidad de la colonia cubana por lo que llevó a pensar a los gobernadores coloniales, en la organización cívico-militar de estos parajes", reflexiona.

Apuntes históricos indican que la importancia del golfo de Guanima tuvo sus primeros esbozos desde 1532, ratificada 30 años después, en tanto para 1567 el rey solicitó ampliar estas consideraciones.

El propio soberano ordenaría en 1621 levantar el plano de una fortaleza en la bahía de Matanzas, mientras en 1653 Francisco Gedler, Gobernador de la ínsula, solicitó al monarca poblar y fortificar ese puerto.

Esta demanda fue reiterada en 1680 y 1681 hasta que el monarca español, mediante Real Cédula, aprobó el presupuesto y destinó inicialmente 30 mil pesos para la construcción de un fuerte o castillo.

Además, determinó el envío de 30 familias provenientes de Islas Canarias, las cuales viajarían a costa del erario del Reino hasta Cuba para habitar el área terrestre a la vera de la bahía.

La primera remesa de 20 mil pesos llegó en 1683, pero la máxima autoridad española en Cuba alegó carecer de los 80 soldados requeridos para proteger las obras y, a su vez, formar la futura infantería de la fortaleza.

El 25 de septiembre de 1690, Carlos II estampó su firma en Real Cédula donde ordenaba levantar una ciudad al fondo de la bahía de Matanzas, mandato que reforzado con otros edictos surtió efectos en la lenta maquinaria burocrática española.

Tres años después, el 25 de enero de 1693, el Gobernador Interino de Cuba, Severino de Manzaneda, visitó Matanzas, junto con escribanos, ingenieros militares y otro personal, acorde con fuentes documentales.

Tenían -apunta Jiménez de la Cal- la misión de efectuar las primeras mediciones para la fundación de la ciudad y durante la estancia de 11 días planificaron la urbe, la fortaleza y los solares que ocuparían los canarios.

De su visita Manzaneda expresó la siguiente opinión: "el lugar de la fundación no pudiera venir mejor, ni queriendo con lo marcado en las Leyes de las Indias, respecto a sus aguas, temperamento y terreno".

Así todo quedó preparado para la fundación de la futura ciudad de Matanzas, hecho que ocurriría el 12 octubre de 1693, y que próximamente cumplirá 321 años.

*Corresponsal de Prensa Latina en la provincia de Matanzas

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