Herederos de la estirpe del Titán de Bronce, el prócer de la independencia Antonio Maceo, fueron los cubanos que dejaron atrás familiares y amigos para marchar en la década del setenta del siglo pasado a Angola, donde junto a los combatientes angoleños cambiaron la historia en el África Austral.
La participación decisiva de los cubanos en la guerra posibilitó que Angola preservara su independencia, Namibia la obtuviera y se pusiera fin al apartheid, con lo que nacía una nueva Sudáfrica.
Como afirmó el entonces Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba, General de Ejército Raúl Castro Ruz, “de Angola solo nos llevamos la entrañable amistad que nos une a esa heroica nación y el agradecimiento de su pueblo y los restos mortales de nuestros queridos hermanos caídos en el cumplimiento del deber.”
Así luego de que especialistas del Instituto cubano de Medicina Legal hicieran una encomiable labor anónima en la identificación de cada osamenta, entre el 27 de noviembre y el 4 de diciembre de 1989 se realizó el traslado hacia Cuba de los restos, lo que dio inicio a la “Operación Tributo“.
El 7 de diciembre de ese año, aniversario 94 de la caída en combate del Titán de Bronce y su ayudante el capitán Panchito Gómez Toro, Día de Duelo Nacional, fue escogido para la ceremonia solemne y el homenaje de todo el pueblo a los 2 085 cubanos caídos en misiones combativas y a los 204 que fallecieron mientras realizaban tareas de carácter civil.
En los 169 municipios del país se pusieron en marcha los cortejos fúnebres para llevar hasta su último destino, el Mausoleo de los Caídos por la Defensa, los restos de los combatientes internacionalistas que perdieron su vida durante los más de 13 años de presencia solidaria cubana en Angola y en otros escenarios de ayuda a pueblos hermanos, como Etiopía y Nicaragua.
En las honras fúnebres de aquel 7 de diciembre el líder histórico de la revolución cubana, Fidel Castro, sentenciaba que dos de los más grandes valores creados por el hombre, el patriotismo y el internacionalismo, se unían para siempre en la historia de Cuba.
Veinticinco años después de aquella memorable jornada, el pueblo sigue honrando a sus héroes que se han multiplicado en la decena de miles de cubanos que han brindado su ayuda solidaria a otros pueblos en la salud, educación y otras esferas, dando su aporte decisivo para hacer posible un mundo mejor.
(Tomado de Radio Habana Cuba)
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