"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

viernes, 16 de enero de 2015

¿Vendrán más norteamericanos a Cuba en 2015? Un examen sobre el alcance de las medidas recientes


Economista. Profesor de la Facultad de Turismo de la Universidad de La Habana.

Los acuerdos entre los gobiernos de Cuba y los Estados Unidos anunciados por los presidentes de ambos países el pasado 17 de diciembre crean condiciones favorables para un incremento significativo de las visitas de norteamericanos a Cuba. El presente artículo pretende estimar la perspectiva de esos incrementos.

Desde hace cinco años, después de la flexibilización de los viajes aplicada por el actual presidente norteamericano, ya los Estados Unidos ocupan el segundo lugar en visitantes extranjeros, solo superado por Canadá. La mayoría son cubanos residentes allí, cantidad que oscila alrededor de los trescientos mil en los últimos tres años, así como noventa mil norteamericanos clasificados en varias categorías de viajes autorizados, y un grupo menor que viene evadiendo las restricciones de viajes, por la vía de terceros países, no de los vuelos directos que hoy operan desde el sur de la Florida a seis ciudades cubanas.[1]

Viejas y nuevas regulaciones

No todo está dicho por ambas partes sobre los factores que inciden directamente en los viajes entre los dos países. Las categorías de viajes autorizadas en el anuncio del 15 de enero de 2015 serán en lo adelante cubiertas por licencias generales. Esta categoría significa la plena autorización para viajar y realizar transacciones por el motivo definido en cada una, lo que implica no tener que pedir permiso específico para hacerlo, ni rendir informes a la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, Departamento del Tesoro) sobre sus viajes, sobre la base de que cada viajero está seguro de cumplir con sus requisitos.

La categoría People to People (P2P), aunque permaneció como Licencia Específica, ha sido obtenida por organizaciones culturales, educacionales, sociales y sobre todo por turoperadores especializados, para realizar programas de grupos, con la condición de relacionarse todo lo posible con el pueblo cubano. Estas Licencias les son concedidas por un año, con la opción de renovarlas indefinidamente por el mismo período cada vez.

Doce categorías de viajes con Licencia General aparecen en el documento “Fact Sheet: Charting a New Course on Cuba” publicado por la Oficina del Secretario de Prensa de la Casa Blanca[2] y el Departamento del Tesoro el 15 de enero.[3]

Entre estas, se mantienen:[4]
  1. Visitas familiares.
  2. Viajes oficiales para funcionarios del gobierno norteamericano y gobiernos de otros países, así como de organizaciones internacionales, radicadas en los Estados Unidos.
  3. Periodistas.
  4. Investigadores profesionales y asistencia a eventos de este carácter. Esta es una modificación de importancia, pues hasta ahora solo podían asistir a los convocados y financiados por organizaciones internacionales, no por instituciones cubanas.
  5. Viajes educacionales. Estos se restringen a personal académico, profesores y estudiantes de pre y post grado.
  6. Actividades religiosas (que analizaremos más adelante).
  7. Viajes de negocios relacionados con la exportación e importación, o la trasmisión de información o de materiales de información, así como otras transacciones de exportación autorizadas en las actuales regulaciones.
Las nuevas categorías de Licencias Generales son:
  1. Actividades educacionales. Estas corresponden a la categoría P2P, cuyo importante significado examinaremos enseguida.
  2. Actividades de fundaciones privadas, así como de institutos de investigación o educacionales.
  3. Actuaciones públicas, clínicas, talleres, eventos deportivos y otras competiciones y exhibiciones.
  4. Apoyo al pueblo cubano.
  5. Proyectos humanitarios.
  6. Licencia General para viajes P2P
La nueva política sobre viajes que el gobierno norteamericano implementará, según lo publicado en el citado “Fact Sheet…”, subraya que se mantiene la legislación del bloqueo en relación con el turismo, y que se trata solo de “una expansión de los viajes bajo licencias generales para las doce categorías de viajes a Cuba autorizadas por ley”.

Aunque el presidente Obama está flexibilizando los viajes dentro de este marco legal, no siempre una Licencia General para una determinada categoría implica un incremento sustancial de viajes. Por ejemplo, en los últimos cinco años, la Licencia General a los viajes religiosos, no ha conllevado ningún crecimiento significativo de visitas, pues los religiosos tienen que concentrar su programa en actividades de esa índole que las iglesias deben garantizar, y estas instituciones se han cuidado de no salirse de ese marco, pues no son especialistas en viajes ni en asuntos legales, y temen ser acusadas de violar la ley.

Sin embargo, las organizaciones que participan en los programas P2P sí se dedican al negocio de los viajes. Muchas son turoperadores con experiencia y sobre todo mercado, que solo han tenido que incluir el destino Cuba y adaptar sus programas para incluir actividades que respondan a lo regulado para la los viajes P2P por OFAC. Han sido las responsables del aumento experimentado en los últimos años en los viajes de norteamericanos, cercano a los cien mil al año. A partir del 15 de enero, cualquier turoperador especializado puede trabajar el destino Cuba mediante programas que se atengan a lo estipulado en los viajes P2P, con una facilidad más: no tendrán que utilizar un intermediario con licencia de TSP como hasta ahora. Esto tiene implicaciones que no resulta fácil valorar ahora mismo, aunque vamos a intentarlo.

En cualquier caso, las nuevas regulaciones mantienen la categoría P2P confinada a viajes en grupos, con programas prediseñados, que incluyen actividades de intercambio “pueblo a pueblo”, y excluyen las que puedan considerarse “turísticas”. Se prohíben expresamente los que estén basados en la iniciativa del viajero durante su visita a Cuba. En este aspecto, resulta más de lo mismo.[5]

Política y capacidad del receptor. Monto potencial de visitantes

El papel de Cuba es tan decisivo como el de los Estados Unidos. Cuba eliminó desde enero de 2013 toda restricción de viajes para todo destino mundial, incluidos los Estados Unidos. De manera que la responsabilidad de la normalización de los viajes entre ambos países cae en buena medida del lado norteamericano.

Cuba mantiene políticas migratorias hacia los visitantes más flexibles que las de muchos países, entre ellos los Estados Unidos. Nuestro país otorga visa turística prácticamente al 100% de los que nos visitan con ese propósito; en contraste con el arduo proceso para solicitar y obtener visa turística del país norteño. La política cubana para las visas de turismo permitiría un flujo importante de norte a sur que los Estados Unidos bloquean.

En cuanto a las categorías y temas de las Licencias Generales, Cuba no promueve lo que algunos definen como “turismo religioso”. Para venir al país y visitar la iglesia de El Cobre basta una visa turística, que simplemente se compra; para venir a oficiar en templos y demás actividades religiosas sí se requiere una visa particular, cuya obtención requiere un trámite específico y un determinado tiempo.

En cuanto a las visitas amparadas en la Licencia General P2P, hasta hoy Cuba ha concedido también la visa turística. Sin embargo, los programas para estos grupos son revisados y aprobados por el gobierno, pues involucran a sistemas y organizaciones no dedicados al turismo, como la salud pública, la educación, la agricultura y prácticamente todas las esferas de la vida del país.

La intención del gobierno norteamericano con este intercambio a nivel de pueblo en todas las esferas es influir sobre nuestra forma de gobierno y sociedad. Mi experiencia durante más de quince años de dedicación profesional a esta modalidad me ha confirmado que es la más hermosa de todas, pues se basa en promover el entendimiento entre los pueblos. Hace poco, Robert F. Kennedy Jr., hijo de Bobby y sobrino del presidente Kennedy, afirmó: “Tenemos tanto que aprender de Cuba”, al reconocer los logros y también los problemas de la sociedad cubana.[6]

Este intercambio necesario no debe desarrollarse de manera descontrolada, pero sí intensa y educativa para ambas partes. Se trata de una oportunidad para ofrecer una visión alternativa a la cadena FOX y demás emporios de la información sobre nuestra realidad. Mi trabajo en la empresa de turismo receptivo cubano que maneja estos grupos, Havanatur Celimar, me dio esta convicción a partir del contacto con cada grupo de norteamericanos que arriba a nuestro país, con objetivos, formación, intereses e ideas preconcebidas sobre nuestra sociedad. Al margen de propósitos políticos y electorales que analistas de todas las avenidas consideran detrás de este cambio de política hacia Cuba, estos últimos años de intercambio pueblo a pueblo han aportado su granito de arena en la posición política de los norteamericanos hacia nuestro país.

Por otra parte, Cuba tiene límites objetivos para estos intercambios P2P. No puede dedicar todas sus instituciones y organizaciones sociales a atender extranjeros. Aunque encontrar estos límites no es tarea sencilla, lo ha venido haciendo por muchos años, no solo con visitantes de los Estados Unidos, sino de todo el mundo, y ya tiene una experiencia rica al respecto, que debe perfeccionar y hacer más eficiente aún, pero que la coloca en mejores condiciones para asumir el nuevo escenario.

El aumento de los viajes, sea en grupos o individualmente, será significativo, aunque paulatino, pues no resulta tan sencillo diseñar programas P2P a Cuba y ponerlos a la venta, incluso para los turoperadores que disponen de un mercado importante. Este factor puede duplicar los viajes por este concepto en menos de un año, lo que para 2015 debiera significar unos cincuenta mil más, de manera que el total se aproxime a los ciento cincuenta mil este año.

Otro factor limitante es la situación de la infraestructura de alojamiento y otros servicios para visitantes de ciudad que hoy tiene el país. El producto hotelero cubano se ha desbalanceado considerable y sostenidamente hacia un producto de “playa con todo incluido”, destinado sobre todo al turista canadiense que evade el crudo invierno donde vive.[7] Esto ya representa hoy un cuello de botella para alojar a los visitantes de todos los mercados que demandan nuestros destinos de ciudad, en particular La Habana, Trinidad, Cienfuegos y otros. Un paliativo importante son las casas particulares, que crecen sobre todo en estos lugares fuertemente demandados, pero no son suficientes ni siempre con el nivel de calidad que se requiere para algunos segmentos de visitantes norteamericanos, en especial de la categoría P2P. De no resolverse este déficit a corto plazo, comenzando por la recuperación del alto porciento de habitaciones fuera de servicio que hoy existe, las cifras mencionadas serán inalcanzables.

Los tres receptivos cubanos autorizados a recibir visitantes de los Estados Unidos (Havanatur Celimar, San Cristóbal y Amistur) no abarcan ni 50% de los norteamericanos que nos visitan, pues se concentran principalmente en los grupos organizados (P2P, académicos, religiosos y otros, obligados a tramitar su viaje con estos receptivos). No ocurre así con los visitantes individuales, que viajan por su cuenta, no siempre reservan hotel u otro servicio previo al viaje, y por tanto no requieren de servicios de estas empresas.

De estos tres operadores solo uno, Havanatur, es de grandes dimensiones, preparado para manejar grandes volúmenes de pasajeros, por lo que, en dependencia del crecimiento real de las visitas, se plantearía la cuestión de ampliar las regulaciones cubanas para atenderlas. A mi juicio, mientras el bloqueo persista, la tendencia lógica será a mantener lo más reducido posible el número de actores del lado cubano.[8]

Este lado tendrá que identificar bien la demanda real de pasajeros, y separarla de la presión, en buena medida artificial, como veremos, que las nuevas regulaciones establecen, al permitir a cualquier empresa de viajes (agencias, turoperadores y líneas aéreas), participar en la organización de viajes a Cuba. La cantidad de operadores con quien tratar y la de pasajeros que estos podrán traer son dos variables distintas.

Las nuevas regulaciones no indican nada sobre la posibilidad de reservar y pagar por Internet los servicios de viajes, práctica prohibida hasta ahora. Si se eliminara esta prohibición, se podrían usar desde los Estados Unidos tarjetas de crédito o débito para obtener servicios directamente de proveedores cubanos (hoteleros, renta de autos), y el servicio de los receptivos operadores de viajes autorizados en Cuba. OFAC deberá hacer aclaraciones sobre este y otros temas pendientes.



Grupo de exgraduados de la Universidad de Harvard participa en un debate sobre Guantánamo, en el espacio Último Jueves, de Temas. (Foto: Daniel Salas. Temas)

Los actores que han venido operando estos viajes

Entre los protagonistas de esta actividad se encuentran los llamados Carrier Service Providers (CSP), operadores de vuelos charters (rentados) que manejan, con licencia de OFAC, los vuelos directos, junto a Havanatur Celimar, el receptivo y operador aéreo cubano que tiene la franquicia para operarlos. En segundo lugar, están los llamados Travel Service Providers (TSP), que son agencias de viajes o turoperadores medios o pequeños, también con licencia de OFAC, para ofrecer sus servicios.

Estos dos protagonistas pueden asumir todas las categorías de viajes con Licencia General o Específica, menos la de P2P. Para esta se requería un tercer actor, hasta hoy también con licencia específica de OFAC, que ofreciera programas a esta categoría de pasajeros, quienes debían venir en grupos, no individualmente.

Operadores aéreos (CSP)

El acápite 515.572 de las recién publicadas regulaciones de OFAC relacionadas con proveedores de vuelos entre Cuba y los Estados Unidos elimina la condición de que estos vuelos sean charters, como ha sido hasta ahora. Estos se programan puntualmente o por temporadas determinadas, y se deben establecer, al menos, por todo un año de operación y publicarlos como tales, pueden ser cancelados o modificados a discreción y no constituyen por tanto una ruta aérea de transporte público. Las condiciones del bloqueo norteamericano contra Cuba y las relaciones bilaterales le ha permitido a cada presidente modificar el régimen de estos vuelos, reducir la cantidad de pasajeros que legalmente pueden abordarlos (como hizo George W. Bush al llevarlos casi a su extinción en junio del 2004), o definir desde qué aeropuertos de ese país pueden volar a algún destino en Cuba.

La nueva letra de estas regulaciones no excluye los vuelos regulares, como los que existen entre todos los países con relaciones normales. Aunque esto no significa que las aerolíneas de ambos países se propongan establecer vuelos regulares de inmediato. Un elemento importante a definir es si se mantiene la restricción existente hasta hoy de que los vuelos directos a Cuba desde los Estados Unidos no pueden tener una parada intermedia dentro de ese país antes de arribar al nuestro.

El presidente Obama ya había tomado una medida muy positiva en relación con los vuelos entre ambos países cuando flexibilizó los viajes familiares y las otras licencias generales en 2010, y autorizó a 19 de los principales aeropuertos norteamericanos a realizar vuelos directos a Cuba. Pero esta medida, en vigor desde hace cuatro años, solo se tradujo en la incorporación de un par de aeropuertos más con vuelos directos, ambos ubicados en la Florida: Tampa y Fort Lauderdale. La causa fue la falta de mercado. Estas primeras flexibilizaciones solo aumentaron considerablemente los pasajeros cubanos residentes en los Estados Unidos y sus familiares cercanos, la mayoría concentrados en este estado sureño.[9]

Por estas razones, hasta ahora, las principales líneas aéreas norteamericanas no pueden ir a Cuba con sus vuelos regulares; solo algunas, como American Airlines, han rentado sus aviones a los CSP con licencia para operar vuelos. Tanto American Airlines, como Delta y United, han obtenido la licencia como CSP que les hubiera permitido operar vuelos a nuestro país, pero no las han utilizado, probablemente porque un análisis costo-beneficio les ha aconsejado esperar a que el volumen de pasajeros haga esta relación favorable a operar como CSP. Si las nuevas medidas llevan el volumen de pasajeros entre ambos países hasta este nivel crítico, alguna de estas pudiera dar el salto, lo que daría impulso al aumento de viajeros, por la dialéctica oferta-demanda.

La cuestión de los vuelos regulares requiere, además, un acuerdo bilateral que establezca, por ejemplo, definir las compañía aéreas que participarían y en qué magnitudes (vuelos, destinos, rutas), incluyendo a Cubana de Aviación. Del lado norteamericano, las principales líneas aéreas comienzan a dejar sentados sus intereses y cartas de triunfo para obtener un pedazo del negocio.[10]

Un factor a favor de la facilitación para los operadores aéreos que se mantengan o se incorporen ahora, además de no tener que solicitar licencia para operar, es que solo tendrían que garantizar la declaración jurada a sus pasajeros y conservar los datos de estos por cinco años, así como reportar a OFAC cuando esta lo determine.

Agencias de viajes (TSP)

Para el caso de los TSP, la situación es bien distinta. Estos son hoy poco más de trescientas agencias de viajes con licencia de OFAC, la mayoría concentradas en el sur de la Florida, donde vive más de 70% de los cubanos residentes en los Estados Unidos, y que representan más de 70% del total de viajeros a Cuba. Son escasas las agencias de viajes y turoperadores de otros estados que han obtenido la licencia por simples razones de mercado, pues poco más de cien mil norteamericanos no representa ni 1% de los que viajan fuera del país.

Como vimos al abordar la categoría de viajes P2P, hay un importante número de turoperadores especializados en viajes educacionales que incluyen actividades P2P incorporados a los viajes a Cuba, pero no como tales turoperadores con licencia TSP, sino con licencia P2P. Estos no son meras organizaciones culturales o educacionales, sino poderosas empresas de viajes, que han decidido participar en este negocio, donde ya tienen una operación considerable y resultados económicos nada despreciables, que las motivan a penetrar más el destino Cuba.

Estos turoperadores, sin llegar a tener licencia como TSP (agencia de viajes), ya están en el mercado y con intenciones de crecer, pues se trata de un destino atractivo. Las nuevas regulaciones eliminan la restricción vigente hasta ahora de que una organización no puede ostentar a la vez licencia como TSP y como P2P. A partir del 15 de enero, cualquier empresa de viajes puede concurrir a este mercado, lo que supondría un crecimiento importante, al menos por la reducción de precios que supone eliminar un intermediario comercialmente innecesario, que hasta ahora cumplía un rol más de gendarme que comercial.

Una pregunta que se hacen varios de estos proveedores de servicios de viajes es si se mantendrá la función de control que la OFAC les ha asignado, como extensión eficiente de la función que esta Oficina del Departamento del Tesoro tiene que realizar. Esto les permitiría modificar su papel hacia uno más dedicado a brindar servicios y ampliarlos, en lugar de guardianes del bloqueo. Lo contenido en las nuevas regulaciones indica que los viajeros solo tendrán que presentar una declaración jurada y los organizadores de viajes deberán continuar reportando a OFAC sobre la identidad de estos y lo que declaran. Habrá que ver cómo funcionará esta regulación en la práctica.

Sobre las restantes nuevas Licencias Generales

La segunda nueva Licencia General, para “Actividades de fundaciones privadas así como institutos de investigación o educacionales” no parece que tendrá mucho impacto en los viajes. Se trata de organizaciones más centradas en temas particulares, al margen de la organización de grupos de viajeros.

La siguiente Licencia General aprobada, “Actuaciones públicas, clínicas, talleres, eventos deportivos y otras competiciones y exhibiciones” constituye un cambio sustancial sobre el tema que hasta ahora estaba limitado exclusivamente a eventos realizados en Cuba por organizaciones internacionales. Esta ampliación de motivos de viajes significará un aumento más cualitativo (para los eventos que se organizan en nuestro país), que cuantitativo, aunque no despreciable en lo absoluto.

Del lado cubano, la baja prioridad que se le concede a esta modalidad de viajes profesionales en los últimos años y la desarticulación del Buró de Eventos y Convenciones de Cuba han conllevado el decrecimiento sostenido de los visitantes por este motivo. El estado negativo de la infraestructura de alojamiento de ciudad, apuntado antes, es otra limitación objetiva. Se debería trabajar para lograr que los eventos se convirtieran en una compensación a la fuerte estacionalidad del turismo en la Isla, concentrado de noviembre a abril y de julio a agosto, con muy baja ocupación hotelera en el resto de los meses, período en que deberían ubicarse la mayoría de los eventos en nuestro país. Este esfuerzo no solo debe referirse a participantes en los eventos desde los Estados Unidos, que pueden ser decenas de miles, sino al efecto sinérgico que tendría, al potenciar la participación de visitantes de otros países.

Por último, dos nuevas Licencias Generales se formulan como “Apoyo al pueblo cubano” y “Proyectos humanitarios”. Esta última incluye temas de particular interés, como los de salud, educación, vocacionales y comunitarios. Estas categorías parecen bien enfiladas a propósitos de influencia política en nuestra sociedad. Por esta razón, no deben constituir factor de aumento apreciable de los viajes, salvo para proyectos aceptados de mutuo acuerdo entre ambos países, que ojalá representen la tendencia predominante. Como no todas las instituciones en ese país tienen intenciones genuinas de ayuda al exterior, la parte cubana tendrá que escoger lo más conveniente al país, tarea nada fácil, pero posible y necesaria. Tenemos cosas que aprender de los Estados Unidos y debemos estar abiertos a ello, en el espíritu presente en las ideas de Robert F. Kennedy, Jr.

Consideraciones finales. El factor político

Las nuevas políticas del presidente Obama hacia Cuba tienen enemigos importantes dentro de su país, que todos conocemos. La derecha cubanoamericana ya empezó a lanzar amenazas dirigidas a limitar el alcance de las medidas que favorecen los viajes. Aunque el Presidente parece haber decidido el camino tomado, incluyendo las relaciones diplomáticas, lo que no tendría vuelta atrás, deberá ser cuidadoso en la aplicación de las medidas, para evitar contrataques legales, que puedan paralizarlas o dañar su presidencia. Esto se muestra fehacientemente en las nuevas regulaciones publicadas por el Departamento del Tesoro.

En resumen, se mantiene el bloqueo económico, comercial y financiero, aunque con algunas flexibilizaciones en cuanto a productos agrícolas, médicos, tecnológicos, de transmisión de datos y comunicaciones. Un aspecto muy importante para los viajes es la posibilidad de tener cuentas bancarias en Cuba, incluyendo a agencias de viajes, turoperadores y operadores aéreos, universidades y organizaciones de varios tipos que participan en esta industria; además de utilizar tarjetas de crédito y débito en Cuba por los visitantes norteamericanos. Ambas decisiones hacen mucho más sencillos los trámites y deben incluso abaratarlos, lo que facilita considerablemente los pagos por servicios recibidos.

La publicación inmediata de las nuevas regulaciones indica una preparación detallada y la intención del lado norteamericano de poner la bola en terreno cubano. El juego se ha intensificado, aunque bajo la restricción que significa el mantenimiento del bloqueo. La eliminación de esta restricción tendrá que ser el principal objetivo de ambas partes.

No todas las Licencias Generales significarán automáticamente aumento de los viajes a Cuba. Solo la definida como P2P, y la relacionada con eventos, pueden tener un efecto inmediato, con crecimientos de decenas de miles de visitantes, que pudieran alcanzar ciento cincuenta mil este año, y doscientos mil en 2016. La incertidumbre sobre la nueva administración en 2017 impide aventurarse más allá. Se trata de cifras estimadas sin rigor estadístico, por lo que puede asumirse un rango de error de 20%. Esta estimación supone que la infraestructura hotelera de nuestras ciudades y los servicios complementarios a los viajes, incluidos la renta de autos, así lo permitan. Esperemos que sí.


[1] Tabla de entradas a Cuba. Los datos sobre cubanos procedentes de los Estados Unidos son de elaboración propia y han sido estimados en alrededor de 80% del total de cubanos residentes en el exterior que entraron cada año a Cuba. Los datos sobre norteamericanos fueron tomados de José Luis Perelló, “Resumen de llegadas del turismo en Cuba 2013”, Documento de trabajo, Facultad de Turismo, Universidad de La Habana.

[2] “Fact Sheet: Charting a New Course on Cuba”, Oficina del Secretario de Prensa de la Casa Blanca, 15 de enero de 2015. Disponible en http://www.whitehouse.gov/the-press-office/2014/12/17/fact-sheet-charting-new-course-cuba.

[3] “Fact Sheet: Treasury and Commerce Announce Regulatory Amendments to the Cuba Sanctions”, Departamento del Tesoro, 15 de enero de 2015. Disponible en www.treasury.gov/press-center/press-releases/Pages/jl9740.aspx.

[4] “Comprehensive Guidelines For License Applications to Engage In Travel-Related Transactions Involving Cuba¨, OFAC, Departamento del Tesoro, 10 de mayo de 2012. Disponible enhttp://www.treasury.gov/resource-center/sanctions/Programs/Documents/cuba_tr_app.pdf.

[5] “31 CFR Part 515, Cuban Assets Control Regulations”, OFAC, Departamento del Tesoro, 15 de enero de 2015. Disponible enhttp://www.treasury.gov/resource-center/sanctions/Programs/Documents/31cfr515_new.pdf y www.cubadebate.cu/wp-content/uploads/2015/01/31cfr515_new.pdf

[6] Robert F. Kennedy Jr., “El bloqueo a Cuba es un fracaso monumental”, IPS, 30 de diciembre de 2014.

[7] Miguel Alejandro Figueras, “Dinámica, estancamiento y caída de los ingresos por turista en Cuba”, Documento de trabajo, Facultad de Turismo, Universidad de La Habana, 2013.

[8] Antonio Díaz Medina, “Las nuevas regulaciones de los Estados Unidos para los viajes a Cuba y como abordarlas por nuestro país”, Documento de trabajo, Facultad de Turismo, Universidad de La Habana, 9 de mayo de 2011.

[9] “Aproved U.S. Ports of Entry for flights to and from Cuba”, U.S. Customs and Border Protection, disponible enwww.cbp.gov/newsroom/news/spotlights/poe-cuba.

[10] Barbara Peterson, “Flying to Cuba: How Long Will It Take U.S. Airlines to Rev Up Flights?”, 20 de diciembre de 2014,http://www.cntraveler.com/stories/2014-12-20/flying-to-cuba-how-long-will-it-take-u-s-airlines-to-rev-up-flights.

1 comentario:

Gracias por opinar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...