Por Jose Luis Rodriguez
La persistencia de la crisis económica internacional que estalló en 2008 ha venido incidiendo en una notable inestabilidad en la evolución de los principales indicadores de la economía internacional durante los últimos años, lo que -al mantenerse- introduce un gran riesgo en cualquier pronóstico en torno a su impacto sobre la economía nacional en el futuro próximo.
La variabilidad del desempeño de la economía mundial ha sido una constante de los últimos años. Luego de una abrupta caída en el PIB durante 2009, el año siguiente pareció que se iniciaba una fuerte recuperación al crecer 5,4% el PIB global. Sin embargo, en 2011 se inició una desaceleración con un incremento de solo 4,1%, que llegó a 2,5% en 2013 y a 2,6% el pasado año.
Esta situación ha sido más notable aun en América Latina y el Caribe, al descender el crecimiento de 6% en 2011 a solo 1,3% tres años después. Incluso, en el caso de los BRICS, salvo la India, se presenta una nueva crisis potencial en Brasil con un crecimiento menor de 1% el pasado año, mientras que Rusia se estima incrementó el PIB en solo 0,3% y China desaceleró su avance con una tasa de 7,3%, después del 10,4% obtenido en 2010.
Por último, un nuevo factor de cambio surgió en el segundo semestre de 2014, cuando se produjo una violenta caída en el precio del petróleo, de alrededor del 45%.
Esta caída se explica por un conjunto de factores que incluyen la tendencia al estancamiento de la economía en los países más desarrollados y la desaceleración de las llamadas economías emergentes; la sobreoferta petrolera a partir de la producción de fuentes no convencionales como el petróleo de esquistos, que llevó a un grado cercano a la autosuficiencia petrolera a países como Estados Unidos; los riesgos geopolíticos presentes en diferentes regiones, y el cambio de política de la OPEP, dispuesta a no reducir la producción ante la caída de precios y la apreciación del dólar.
La mayoría de los pronósticos coinciden en afirmar que esta tendencia en los precios del combustible se sostendrá, y que estos solo subirían de 53 a 73 dólares por barril en los próximos cinco años.
Ello hace que se manifieste a corto plazo su impacto en la reducción del costo en la producción de alimentos, fertilizantes y productos químicos, entre otros productos básicos. También esta reducción incide en la caída de la rentabilidad de la producción de petróleo por vías no convencionales, tales como el petróleo de esquisto y las explotaciones off shore. Igualmente, afecta las nuevas inversiones para producir energía con recursos renovables, las que tienden a reducirse por sus elevados montos.
Este panorama ha influido en la evolución económica de Cuba en los últimos años, en tanto que su nivel de apertura (peso del comercio exterior en el PIB) ha venido elevándose hasta 47,8% en 2013. A ello se añade que para lograr un crecimiento del 1% en la economía se requiere de un incremento de entre 2 y 3% en las importaciones.
Otros rasgos que elevan la vulnerabilidad económica del país ante cambios en el entorno exterior son la alta concentración del comercio con un reducido número de países, ya que en 2013 el 67% de las exportaciones se agrupaba en cuatro países, mientras que el 51% de las importaciones se asociaba a tres.
En relación con la composición de las exportaciones, las mismas se concentran en un 35% en cuatro productos, mientras que las exportaciones de servicios representaban el 70% del total y los bienes el 30%.
El precio de las exportaciones de bienes cubanos de mayor peso se ha deteriorado en los dos últimos años. De este modo, la libra de azúcar, que se cotizaba a 19.23 centavos al cierre de 2013, bajó a 14.61 en diciembre de 2014, lo que indica un descenso de 24%, en tanto que el níquel se redujo en 15%, de 17 585 dólares por TM a 14 965.
En el caso de los servicios, el ingreso bruto por turista pasó de 1 098 dólares en 2000 a 1 000 en 2008 y descendió a 921 en 2013, mostrando una tendencia a la disminución del gasto por turista día, en parte alentada por la crisis internacional.
En este sentido vale la pena apuntar el impacto en la revaluación del dólar en los últimos años, ya que la cotización de USD por euro pasó de 1.33 al cierre de 2012 a 1.13 en 2014, para una devaluación de 15%, mientras que el dólar de Canadá -país que cubre el 41% de los turistas que visitan Cuba- se devaluó 22%, lo que en ambos casos afectó el poder de compra de los visitantes.- See more at: http://www.cubacontemporanea.com/noticias/12232-tendencias-del-mercado-internacional-y-su-impacto-en-la-economia-cubana-i#sthash.FZrU8kMO.dpuf
La persistencia de la crisis económica internacional que estalló en 2008 ha venido incidiendo en una notable inestabilidad en la evolución de los principales indicadores de la economía internacional durante los últimos años, lo que -al mantenerse- introduce un gran riesgo en cualquier pronóstico en torno a su impacto sobre la economía nacional en el futuro próximo.
La variabilidad del desempeño de la economía mundial ha sido una constante de los últimos años. Luego de una abrupta caída en el PIB durante 2009, el año siguiente pareció que se iniciaba una fuerte recuperación al crecer 5,4% el PIB global. Sin embargo, en 2011 se inició una desaceleración con un incremento de solo 4,1%, que llegó a 2,5% en 2013 y a 2,6% el pasado año.
Esta situación ha sido más notable aun en América Latina y el Caribe, al descender el crecimiento de 6% en 2011 a solo 1,3% tres años después. Incluso, en el caso de los BRICS, salvo la India, se presenta una nueva crisis potencial en Brasil con un crecimiento menor de 1% el pasado año, mientras que Rusia se estima incrementó el PIB en solo 0,3% y China desaceleró su avance con una tasa de 7,3%, después del 10,4% obtenido en 2010.
Por último, un nuevo factor de cambio surgió en el segundo semestre de 2014, cuando se produjo una violenta caída en el precio del petróleo, de alrededor del 45%.
Esta caída se explica por un conjunto de factores que incluyen la tendencia al estancamiento de la economía en los países más desarrollados y la desaceleración de las llamadas economías emergentes; la sobreoferta petrolera a partir de la producción de fuentes no convencionales como el petróleo de esquistos, que llevó a un grado cercano a la autosuficiencia petrolera a países como Estados Unidos; los riesgos geopolíticos presentes en diferentes regiones, y el cambio de política de la OPEP, dispuesta a no reducir la producción ante la caída de precios y la apreciación del dólar.
La mayoría de los pronósticos coinciden en afirmar que esta tendencia en los precios del combustible se sostendrá, y que estos solo subirían de 53 a 73 dólares por barril en los próximos cinco años.
Ello hace que se manifieste a corto plazo su impacto en la reducción del costo en la producción de alimentos, fertilizantes y productos químicos, entre otros productos básicos. También esta reducción incide en la caída de la rentabilidad de la producción de petróleo por vías no convencionales, tales como el petróleo de esquisto y las explotaciones off shore. Igualmente, afecta las nuevas inversiones para producir energía con recursos renovables, las que tienden a reducirse por sus elevados montos.
Este panorama ha influido en la evolución económica de Cuba en los últimos años, en tanto que su nivel de apertura (peso del comercio exterior en el PIB) ha venido elevándose hasta 47,8% en 2013. A ello se añade que para lograr un crecimiento del 1% en la economía se requiere de un incremento de entre 2 y 3% en las importaciones.
Otros rasgos que elevan la vulnerabilidad económica del país ante cambios en el entorno exterior son la alta concentración del comercio con un reducido número de países, ya que en 2013 el 67% de las exportaciones se agrupaba en cuatro países, mientras que el 51% de las importaciones se asociaba a tres.
En relación con la composición de las exportaciones, las mismas se concentran en un 35% en cuatro productos, mientras que las exportaciones de servicios representaban el 70% del total y los bienes el 30%.
El precio de las exportaciones de bienes cubanos de mayor peso se ha deteriorado en los dos últimos años. De este modo, la libra de azúcar, que se cotizaba a 19.23 centavos al cierre de 2013, bajó a 14.61 en diciembre de 2014, lo que indica un descenso de 24%, en tanto que el níquel se redujo en 15%, de 17 585 dólares por TM a 14 965.
En el caso de los servicios, el ingreso bruto por turista pasó de 1 098 dólares en 2000 a 1 000 en 2008 y descendió a 921 en 2013, mostrando una tendencia a la disminución del gasto por turista día, en parte alentada por la crisis internacional.
En este sentido vale la pena apuntar el impacto en la revaluación del dólar en los últimos años, ya que la cotización de USD por euro pasó de 1.33 al cierre de 2012 a 1.13 en 2014, para una devaluación de 15%, mientras que el dólar de Canadá -país que cubre el 41% de los turistas que visitan Cuba- se devaluó 22%, lo que en ambos casos afectó el poder de compra de los visitantes.- See more at: http://www.cubacontemporanea.com/noticias/12232-tendencias-del-mercado-internacional-y-su-impacto-en-la-economia-cubana-i#sthash.FZrU8kMO.dpuf
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