EL DUENDE / RADIO-MIAMI -La política es un asunto muy complejo donde el que patina se cae, para decirlo en lenguaje popular. Y donde lo real es lo que no se ve. Digo esto porque aunque las elecciones presidenciales de Estados Unidos están todavía muy lejos en el almanaque- noviembre del año 2016- sin embargo ya los aspirantes presidenciales de ambos Partidos, el Republicano y el Demócrata, están organizando sus respectivas maquinarias electorales con vista al enfrentamiento final en el que decidirá quién será el nuevo inquilino de la Casa Blanca.
En cuanto a los Demócratas todo parece indicar hasta ahora que la candidata del Partido será la ex Primera Dama Hillary Clinton, a menos a que le salga al ruedo algún retador aunque con pocas probabilidades de ganarle la postulación.
En los Republicanos la cosa es bien diferente porque hay candidatos donde escoger, si bien todos están a la derecha del espectro político, incluyendo a Jeb Bush a quien se le hace muy difícil moverse al centro, que es la única posición que le permitiría darle una buena batalla en las urnas a Hillary Clinton.
El más grave problema de cualquier candidato Republicano es moverse al centro y a la vez retener el apoyo de la derecha representada por el llamado “Tea Party”, algo tan difícil como sacar un conejo de una chistera. Hay que ser un Mandrake el Mago, algo que ninguno de ellos lo es.
Otro tema es el de Cuba que ha puesto sobre el tapete el Presidente Obama con su decisión de reanudar relaciones diplomáticas con La Habana y anunciar su posición abierta contra la Ley del Embargo a la isla algo que hasta ahora han rechazado candidatos Republicanos como Marco Rubio, Ted Cruz y Jeb Bush, en un intento por congraciarse con la extrema derecha cubana de Miami de donde pueden recibir más dinero que votos, porque en cuanto a votos se refiere, las encuestas demuestran que la gran mayoría de los cubanos que viven en Estados Unidos se han mostrado partidarios de la nueva política de Obama con respecto a la pequeña y vecina isla del Caribe.
Marco Rubio ha dicho que si es electo Presidente de Estados Unidos lo primero que haría desde la Casa Blanca sería volver atrás y romper relaciones con Cuba. Tanto a Jeb Bush como a los otros candidatos Republicanos no les queda otro remedio que seguir esa misma línea con tal de conseguir el voto y el dinero de los extremistas cubanos de Miami.
Los Republicanos están atrapados por un ancla que los ata al pasado. Ninguno de sus aspirantes a la nominación presidencial ha tenido el valor político de romper con esas ataduras a una política obsoleta con respecto a Cuba que es rechazada tanto por la opinión pública norteamericana como por el propio pueblo cubano.
No hay que ser adivinador o brujo para predecir como votará el pueblo de Estados Unidos- incluidos los hispanos y los cubano-americanos en las urnas de noviembre del año 2016, con respecto a las relaciones con Cuba.
Los Republicanos serán sepultados por una avalancha de votos en las urnas entre otras cosas, por el tema de Cuba. Es que cuando el odio se une a la torpeza política de eso no se saca otra cosa, que amargas derrotas.
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