Traducido del más allá por Max Lesnik
El mundo está a la expectativa con la elección de Donald Trump como Presidente de Estados Unidos. El candidato Republicano había ganado los comicios superando todos los obstáculos y predicciones que decían imposible su victoria. Pero Trump ganó y va a tomar posesión de la Casa Blanca el 20 de enero del año entrante. Es sin discusión alguna el nuevo Presidente norteamericano a pesar de las protestas en las calles de ciudades y pueblos y que el mundo lo vea con justificada desconfianza.
México tiembla. En el resto de América Latina los gobiernos en espera de lo peor, incluyendo a Cuba, mientras Europa se estremece, en Asia los chinos se mantienen a la expectativa, en tanto en el Medio Oriente sigue la guerra de nunca acabar, a la vez que los movimientos nacionalistas en todo el planeta toman vuelo alentados por el triunfo del “Trumpismo” en los Estados Unidos.
Donde único hay cautelosa complacencia es en Rusia donde Vladimir Putin espera una mejor relación con Washington puesto que Donald Trump ha dicho que es de su interés revertir la política de confrontación con Moscú que viene siguiendo el Presidente Obama y que de haber ganado Hillary Clinton la presidencia, hubiera sido peor.
Hay quienes opinan que la victoria de Trump es la vuelta a los años treinta del pasado siglo XX donde los nacionalismos se disputaban la hegemonía mundial- la Rusia Soviética bajo Stalin también era en cierto modo nacionalista- con la diferencia de que el fascismo racista de hoy se pudiera llamar “Democracia”.
Sin duda que esta es una visión muy pesimista del mundo que nos toca vivir de ahora en adelante. Pero yo quisiera ser optimista y decir -como consuelo de tonto me dirán algunos- que no hay mal que por bien no venga. Después del caos viene la luz.
Y hasta mañana jueves amigos de El Duende que con mi gallo me voy cantando a mi tumba fría. Bambarambay.
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