Andrés Gómez, director de Areítodigital
Miami.- Son momentos de agitación y confusión en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba provocados por las caprichosas medidas tomadas por la Administración de Trump que desafortunadamente presagian la terminación del proceso de normalización de las relaciones entre ambos gobiernos y pueblos comenzado hace casi tres años, el 17 de diciembre de 2014.
Es por eso precisamente que el IV Encuentro Nacional de Cubanos Residentes en Estados Unidos, a realizarse en la ciudad de Washington el próximo sábado, 28 de octubre, reviste más importancia de la normal para que los sectores más conscientes de la emigración cubana en Estados Unidos demuestren su compromiso con el deber como cubanos de defender el derecho a vivir y desarrollarse en paz del pueblo de Cuba, de los nuestros en Cuba, y de manifestar su repudio a las recientes medidas de la Administración de Trump con respecto a Cuba.
Los enemigos de Cuba en Estados Unidos, especialmente aquellos pertenecientes a la extrema derecha cubanoamericana, representados ahora por el senador Marco Rubio, personaje fantoche e íntimo de terroristas, junto con siniestros personajes más encumbrados que ellos, han precipitado esta indescifrable, aunque para ellos oportuna crisis, producto de la fantasmagoría; me atrevo a afirmar, única en los anales de las relaciones diplomáticas entre dos Estados.
Sabemos que en juego está una oportunidad bienvenida por ambos pueblos de poder dejar atrás, como inservible a los intereses nacionales de los dos países, de poder relacionarse y conocerse de manera mucho más normal que la anterior. Trump y sus secuaces parecen empeñados, más temprano que tarde, dar al traste con esa feliz oportunidad.
Es por eso y, además, para organizarnos mejor parar defender nuestros derechos de viajar a Cuba libremente y sin temores, y de poder relacionarnos con los nuestros en Cuba y la sociedad cubana en general que necesitamos participar en este IV Encuentro Nacional.
El proceso de integración de la emigración cubana en todo el mundo al resto de la nación viene transitando un accidentado camino de décadas cada más fructífero. El gobierno cubano y los sectores más comprometidos con la suerte de la nación cubana en la emigración por largos años se han empeñado en lograr esa integración.
El proceso ha sido complejo debido principalmente a la utilización por parte de los gobiernos de Estados Unidos desde el triunfo de la Revolución Cubana en 1959, de los sectores más reaccionarios de la emigración cubana, principalmente en Estados Unidos, en sus políticas de agresión en contra de los derechos inalienables del pueblo de Cuba a desarrollar su proceso revolucionario a través del cual ha logrado, como es de sobra sabido, su plena independencia, soberanía y demás derechos que emanan de éstas.
Esos sectores antinacionales en la emigración en Estados Unidos actualmente son minoría y han perdido poder y legitimidad en el resto de nuestra emigración en este país. Aunque nunca debemos subestimar sus deseos de destruir la independencia de Cuba, ni sus potencialidades para intentar lograrlo, como ocurre en los momentos actuales.
Por largos años los motivos que deciden a la gran mayoría de aquellos cubanos que desean de manera temporal, o por más largo tiempo, radicarse en el extranjero se deben a diversas causas que actualmente se asemejan a las de cualquier otro proceso migratorio contemporáneo.
Sin lugar a dudas, esta situación es reflejada en las actuales regulaciones del gobierno cubano con respecto a la situación migratoria nacional, y por su decisión de progresivamente hacerlas más flexibles atendiendo a las necesidades de los cubanos que vivimos en el extranjero.
En la medida que Cuba pueda asegurarse su seguridad avanzará más la flexibilización de las medidas que regulan ese proceso de integración nacional. Por eso también como cubanos residiendo en Estados Unidos más, mucho más, tenemos que hacer en este país para lograr el fin permanente de las políticas de agresión contra Cuba, que le brindará a los nuestros su seguridad vital.
Nos reuniremos unidos en estos empeños, como siempre respetando la opinión y el trabajo de cada cual, sin exigir privilegios y cumpliendo nuestros deberes como cubanos debidos al bien común de nuestro pueblo. ///
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