Posted on julio 31, 2018 by INTERNACIONAL
Los servicios de inteligencia de EEUU informaron de que habían encontrado indicios de que Corea del Norte continúa presuntamente el desarrollo de misiles balísticos pese a los acuerdos alcanzados en la cumbre Trump-Kim que tuvo lugar el pasado 12 de junio.
El director de programas coreanos del Instituto de Economía de la Academia de Ciencia de Rusia, Gueorgui Toloraya, explicó a Sputnik qué se esconde tras estas acusaciones.
“Existe un plan conspirativo en una parte de la Administración estadounidense que se opone a la política de acercamiento con Pyongyang y a la solución del problema norcoreano auspiciada por Donald Trump. Con el fin de impedir dicho proceso, hacen filtraciones de noticias falsas donde deslizan que Pyongyang sigue con sus proyectos nucleares y los programas misiles”, apuntó el entrevistado.
Cuando se analiza el asunto en profundidad, se observa que no es más que una actividad normal que empezó incluso antes de las negociaciones entre ambos líderes. De manera que no hay ninguna violación por parte de Corea del Norte.
“Todavía no existe acuerdo vinculante alguno. De ahí que Pyongyang tenga derecho a no dar ningún paso. Aun así, Corea del Norte sí está dando ciertos pasos. En concreto ha empezado a demoler su estación de lanzamiento Sohae y ha suspendido ciertas actividades militares”, añadió Toloraya.
Este es el “caso clásico de una guerra informática y de una trampa que tiene como meta paralizar el proceso de normalización de las relaciones entre Estados Unidos y Corea del Norte”, enfatizó.
La demolición de la base espacial Sohae es un paso real en el camino hacia la mejora de las relaciones con Washington, lo que demuestra que el país asiático es fiel a los compromisos alcanzados en la cumbre.
“Es un paso ilustrativo que, por una parte, se debe a las declaraciones de Kim Jong-un, que afirma que ya no existe necesidad de un programa como este, que ya está cerrado. El líder norcoreano asevera que el país ya dispone de todas las tecnologías necesarias, de ahí que no le haga falta realizar pruebas”, señaló.
Este hecho es algo anómalo, dado que las tecnologías norcoreanas de lanzamiento de satélites podrían ser un producto competitivo en el mercado internacional de servicios.
Corea del Norte goza de una ubicación geográfica muy provechosa y, al mismo tiempo, posee una experiencia grande en este campo, por lo cual podría competir en el mercado internacional de lanzamientos espaciales, precisó Toloraya.
“No estaría mal si después de la resolución de la crisis en la península coreana Pyongyang empezara a cooperar con Rusia en el marco de una corporación unida. Esta es la razón exacta por la que lamento profundamente que los norcoreanos tomaran la decisión de demoler el cosmódromo”, subrayó.
En las condiciones actuales, es temprano hablar de la desnuclearización completa de Corea del Norte.
“Es como si un padre coaccionara a un posible novio de su hija exigiendo que se casara con ella. Pues el joven diría: ‘Me caso con su hija una vez que me pague un millón’. Imaginemos que el padre no tiene tanto dinero. Pues el joven no se casa y el padre no le da el dinero. ¿Sería esta una violación de las obligaciones? No lo creo”, ironizó el experto.
Toloraya indicó que una situación parecida se desarrolla entre los norcoreanos y los estadounidenses.
Pyongyang solicitó en su momento que Washington le presentara garantías sólidas de seguridad.
Sin embargo, es poco probable que EEUU sea capaz de dárselas, ya que justo en el momento en que otro equipo acceda a la Casa Blanca, cualquier garantía presentada por la Administración actual “será arrojada a la basura”.
Los norcoreanos estaban dispuestos a hacer ciertas concesiones, pero entienden que la resolución está lejos, de ahí que hayan preferido tomar una actitud cautelosa, es decir, la normalización de las relaciones y la reducción gradual del arsenal nuclear.
Nadie puede vaticinar cuánto durará este proceso, agregó Toloraya.
Corea del Norte da pasos reales encaminados a la solución de la crisis. Lo hace recurriendo al ejemplo del regreso de los restos de los soldados estadounidenses caídos en la Guerra de Corea (1950-1953).
Este gesto es muy importante para la parte estadounidense y se lo agradece enormemente a la parte norcoreana, insiste Toloraya.
“Si la normalización va de acuerdo al plan establecido, no se excluye que en el futuro los líderes de Estados Unidos y Corea del Norte vuelvan a reunirse. Hay que recordar que la probabilidad de su primer encuentro oscilaba entre el 30% y el 50%, y aun así sucedió”, concluyó.
Sputnik
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