Por Dave Kansas
Durante la recesión, mucha gente redescubrió el poder del ahorro. Ahora, comen afuera menos, posponen la compra de ropa nueva y se concentran en reestablecer un colchón de efectivo. En suma, el ahorro y la eliminación de deuda son los fundamentos de las nuevas reglas de las finanzas personales.
A continuación, cinco ideas para ser fiel a sus propósitos de ahorro en el nuevo año:
1. Fíjese un presupuesto
Aquí la clave es no complicarse. No deje que minucias lo desalienten y le impidan trazar un presupuesto a grandes rasgos. Tiene su ingreso (salario u otro ingreso, después de impuestos), y tiene sus gastos (vivienda, comida, transporte, etc.).
Lo ideal es que la diferencia entre los dos sea positiva. Si no lo es, entonces está perdiendo dinero en gastos básicos, y ¡aún no llegamos a cosas divertidas como películas, viajes o ropa nueva!
Varios sitios web, como Quicken.com, brindan ayuda con los presupuestos. SmartMoney.com (parte de la familia de The Wall Street Journal) también tiene una cantidad de hojas de cálculo relacionadas con presupuestos que lo pueden ayudar a empezar a ajustar números.
2. Elimine la deuda de tarjetas de crédito
Una vez que se ajuste a un presupuesto, lo primero que debe hacer es eliminar su deuda de tarjetas de crédito. ¿Por qué? Porque es casi con seguridad la deuda más costosa que tiene. No podrá aprovechar grandes oportunidades de inversión si no se deshace primero de esa deuda.
Este consejo puede sonar muy obvio, pero una cantidad sorprendente de gente intenta alimentar una cuenta de ahorros o de inversión mientras mantienen balances relativamente altos en sus tarjetas de crédito.
Esto, por supuesto, no tiene mucho sentido. Las tasas de interés de las tarjetas se ubican fácilmente en cerca de 15%. Las tasas de ahorro son de casi 0% en muchos casos, y las cuentas de inversión en promedio rinden de 6% a 9% a largo plazo.
En pocas palabras, pague primero sus deudas y luego invierta y ahorre.
3. Reduzca el costo de algo común
Una vez que tenga un presupuesto, busque algo que hace a menudo que podría hacer con menos dinero. Por ejemplo, yo planeo ir al trabajo en bicicleta cuando empiece a subir la temperatura. Una amiga mía quiere empezar a caminar al café en vez de conducir. Estas pequeñas acciones ahorran dinero en boletos de metro o en combustible. No parece mucho, pero suma.
La clave es encontrar algo que sea parte de su rutina y hacerlo de forma más económica, lo que creará ahorros recurrentes.
También puede ahorrar en costos de energía. Establezca un presupuesto para los meses pico del invierno y del verano. Cuando los costos bajen en los meses más moderados, ahorre la diferencia en lugar de gastarla en algo frívolo.
4. Posponga la gratificación
Es bueno permitirse una linda cena o un viaje. Pero no lo puede hacer todos los días. Cuando retrasa la gratificación, desarrolla disciplina y controla su vida financiera.
Supongamos que, por ejemplo, quiere comprar un televisor de pantalla plana. Hay varias formas de conseguirlo. Una es comprarlo a crédito y preocuparse luego por el pago. Esa sería una actitud despreocupada más acorde con la era de la pre-crisis.
Segundo, podría hacer la compra en un momento en el que espera tener más ingresos, como un aumento de sueldo o bonificación. Algo más disciplinado.
Tercero, podría establecer una meta de ahorro. Si, por ejemplo, quiere ahorrar $5,000 en los próximos 12 meses, por cada dólar que deposite, destine 20 centavos específicamente al televisor. Cuando alcance su meta, tendrá una cantidad para comprarlo.
5. Aplique una estrategia de responsabilidad
Cuando se compromete a algo —hacer más ejercicio o ahorrar— cumplirlo es un reto.
Una táctica eficiente es compartir sus metas con alguien con quien pueda ser sincero y con quien pueda reunirse periódicamente para analizar su progreso. Ese alguien puede ser su cónyuge, un buen amigo o su asesor financiero. Es más difícil confesarle a alguien más que no cumplimos.
Durante la recesión, mucha gente redescubrió el poder del ahorro. Ahora, comen afuera menos, posponen la compra de ropa nueva y se concentran en reestablecer un colchón de efectivo. En suma, el ahorro y la eliminación de deuda son los fundamentos de las nuevas reglas de las finanzas personales.
A continuación, cinco ideas para ser fiel a sus propósitos de ahorro en el nuevo año:
1. Fíjese un presupuesto
Aquí la clave es no complicarse. No deje que minucias lo desalienten y le impidan trazar un presupuesto a grandes rasgos. Tiene su ingreso (salario u otro ingreso, después de impuestos), y tiene sus gastos (vivienda, comida, transporte, etc.).
Lo ideal es que la diferencia entre los dos sea positiva. Si no lo es, entonces está perdiendo dinero en gastos básicos, y ¡aún no llegamos a cosas divertidas como películas, viajes o ropa nueva!
Varios sitios web, como Quicken.com, brindan ayuda con los presupuestos. SmartMoney.com (parte de la familia de The Wall Street Journal) también tiene una cantidad de hojas de cálculo relacionadas con presupuestos que lo pueden ayudar a empezar a ajustar números.
2. Elimine la deuda de tarjetas de crédito
Una vez que se ajuste a un presupuesto, lo primero que debe hacer es eliminar su deuda de tarjetas de crédito. ¿Por qué? Porque es casi con seguridad la deuda más costosa que tiene. No podrá aprovechar grandes oportunidades de inversión si no se deshace primero de esa deuda.
Este consejo puede sonar muy obvio, pero una cantidad sorprendente de gente intenta alimentar una cuenta de ahorros o de inversión mientras mantienen balances relativamente altos en sus tarjetas de crédito.
Esto, por supuesto, no tiene mucho sentido. Las tasas de interés de las tarjetas se ubican fácilmente en cerca de 15%. Las tasas de ahorro son de casi 0% en muchos casos, y las cuentas de inversión en promedio rinden de 6% a 9% a largo plazo.
En pocas palabras, pague primero sus deudas y luego invierta y ahorre.
3. Reduzca el costo de algo común
Una vez que tenga un presupuesto, busque algo que hace a menudo que podría hacer con menos dinero. Por ejemplo, yo planeo ir al trabajo en bicicleta cuando empiece a subir la temperatura. Una amiga mía quiere empezar a caminar al café en vez de conducir. Estas pequeñas acciones ahorran dinero en boletos de metro o en combustible. No parece mucho, pero suma.
La clave es encontrar algo que sea parte de su rutina y hacerlo de forma más económica, lo que creará ahorros recurrentes.
También puede ahorrar en costos de energía. Establezca un presupuesto para los meses pico del invierno y del verano. Cuando los costos bajen en los meses más moderados, ahorre la diferencia en lugar de gastarla en algo frívolo.
4. Posponga la gratificación
Es bueno permitirse una linda cena o un viaje. Pero no lo puede hacer todos los días. Cuando retrasa la gratificación, desarrolla disciplina y controla su vida financiera.
Supongamos que, por ejemplo, quiere comprar un televisor de pantalla plana. Hay varias formas de conseguirlo. Una es comprarlo a crédito y preocuparse luego por el pago. Esa sería una actitud despreocupada más acorde con la era de la pre-crisis.
Segundo, podría hacer la compra en un momento en el que espera tener más ingresos, como un aumento de sueldo o bonificación. Algo más disciplinado.
Tercero, podría establecer una meta de ahorro. Si, por ejemplo, quiere ahorrar $5,000 en los próximos 12 meses, por cada dólar que deposite, destine 20 centavos específicamente al televisor. Cuando alcance su meta, tendrá una cantidad para comprarlo.
5. Aplique una estrategia de responsabilidad
Cuando se compromete a algo —hacer más ejercicio o ahorrar— cumplirlo es un reto.
Una táctica eficiente es compartir sus metas con alguien con quien pueda ser sincero y con quien pueda reunirse periódicamente para analizar su progreso. Ese alguien puede ser su cónyuge, un buen amigo o su asesor financiero. Es más difícil confesarle a alguien más que no cumplimos.
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