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IPS Cuba
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La producción local de materiales de la construcción en Cuba contribuirá al incremento de la edificación y reparación de viviendas.
El modelo cubano de la vivienda apunta hacia la descentralización al municipio, donde las fuerzas estatales tienen poco o nulo protagonismo, indicó a la Redacción de IPS Cuba José Fernando Martirena, director del Centro de Investigación y Desarrollo de Estructuras y Materiales (Cidem).
El jefe de la institución adscrita a la Universidad Central Marta Abreu, a 268 kilómetros al este de La Habana, observó contradicciones entre “la voluntad política de introducir el modelo no estatal” y el hecho de que todavía hoy no se le crean a este sector “las condiciones adecuadas para que pueda entrar y competir en el mercado”.
Además, propuso tres factores “para que este sistema funcione de forma estable y no genere contradicciones peores a las que le dieron lugar".
A su juicio, resulta necesario “que la voluntad de apoyo al sector no estatal se materialice en acciones concretas, como la posibilidad de acceder (comprar, rentar, prestar, etc.) a maquinaria para la producción de materiales que garantice productividad y eficiencia en el uso de recursos, y de esta forma ofrecer productos a precios competitivos en el mercado”.
Vinculado a ello, el también académico mencionó la importancia de facilitarles créditos a cooperativas y privados dedicados a la construcción.
“Podría incluso pensarse en algún momento en pequeños subsidios. En muchos de los talleres estatales montados por el proyecto Hábitat (realizado por el Cidem) la capacidad de producción es utilizada a menos de un tercio, producto de una serie de deficiencias de ese sector”, explicó.
Asimismo valoró que “las máquinas, e incluso los locales, podrían ser rentados a productores no estatales, sean individuales o cooperativas, quienes con seguridad harán un mejor aprovechamiento de la capacidad instalada”.
En tal sentido, existe una experiencia con las cooperativas de reciclaje en las provincias Artemisa y Mayabeque, que comenzaron a operar el pasado primero de julio. Estos colectivos pueden arrendar los locales de casas de compra y los medios de transporte para realizar la recuperación, según expuso en la televisión estatal Marilyn Ramos, vicedirectora general de la Unión de Empresas de Recuperación de Materias Primas.
Otra de las condiciones a crear, mencionada por Martirena, fue “la existencia del largamente demandado mercado mayorista”, donde los productores puedan adquirir de forma segura las materias primas con precios preferenciales y cuenten con la logística para la recepción y traslado de estas.
Las leyes actuales permiten que trabajadores por cuenta propia compren directamente materias primas a empresas estatales, y estas últimas pueden vender sus excedentes de producción de forma relativamente libre. “Entonces, ¿por qué no lo hacen?”, cuestionó el experto.
Por otra parte, se refirió a la realización de contratos con el sistema de ventas establecido por el Ministerio de Comercio Interior y el estudio del mecanismo de establecimiento de precios, “que puede diferenciarse del puesto a empresas estatales (donde se les carga un impuesto superior al 70 por ciento del costo, que va a la caja de donde se sacan los fondos de subsidios de vivienda a la población)”.
“Incorporar al sector no estatal al programa de ventas de la cartera de comercio interior incrementaría significativamente las ventas de materiales y podría ayudar a resolver el problema de la pobre oferta de materiales, en dependencia de la localidad”, estimó.
Amplió que “esto se convertiría, además, en un estímulo de crecimiento del sector de producción de materiales (no estatal) y a su incorporación gradual como un sector emergente de la economía formal.
“El país avanza en esta dirección, pero el proceso de implementación de los Lineamientos (documento programático de la reforma económica y social que vive Cuba) no deja de ser contradictorio. Aun así, hoy el sistema de la vivienda funciona mucho mejor que hace cinco años”, concluyó.
En las conferencias magistrales sobre la producción local de materiales y su impacto en la innovación, ofrecidas durante la XXX Feria Internacional de La Habana, el pasado año, Martirena enfatizó en el alto potencial que existe en el país para generar más materiales de construcción desde las localidades.
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