Ahora los corredores de permutas y compraventas de casas dejarán de ser ilegales, pasarán a llamarse agentes inmobiliarios y entrarán al glorioso ejército de trabajadores por cuenta propia, del sector no-estatal, o como quiera que le llaméis en todo el territorio insular… Lo que antes se hacía subrepticia y misteriosamente, en silencio como aconsejó el Maestro, ahora es legal y si quieres puedes pregonar a todo pulmón “vaya, coge tu gaveto aquí…”
La Gaceta Oficial de Cuba publicó la aprobación de esta y otras 17 actividades, para hacer un total de 201 oficios autorizados para la iniciativa privada. Como con los oficios anteriores, ahora no se hizo más que legalizar algo que hace rato existía, con sus reglas propias y grandes ganancias.
En particular el trabajo de corredor había ganado adeptos tras la liberalización hace casi dos años de la compraventa de casas en Cuba. Y como no iba a ganarlos, si cada corredor suele cobrar un 10 por ciento del monto de la transacción, en algunos casos cifras superiores a los miles de dólares. El servicio incluye la búsqueda de domicilios, gestiones burocráticas y algún que otro soborno, las temidas “multas” inevitables en este sector tan precario en Cuba.
Una tímida idea de lo que puede llegar a ser un truque de viviendas en Cuba la filmó magistralmente Juan Carlos Tabío hace 30 años, en “Se Permuta”: si aquello era así en tiempos del CAME, imagínense cómo fue tras caer el socialismo en Europa oriental.
En los últimos años proliferaron además las Web con clasificados de permuta y compraventas de casas, algo que antaño solo se encontraba en las páginas de la revista Opina, los programas de facilitación social de las radioemisoras provinciales, o los sábados en Prado esquina Colón, donde se gestionaba lo uno y lo múltiple.
Pero esta ampliación legaliza además al vendedor mayorista de productos agrícolas y al agente de servicios y equipos de telecomunicaciones. También fueron autorizados los oficios de agente postal (cartero), fundidor, gestor de alojamiento por alquiler de casas y reparador de instrumentos de medición, entre otros, chapistero, elaborador-vendedor de jabón, betún, tintas, artículos de mármol, y de servicios de construcción, reparación y mantenimiento de inmuebles.
Ahora son parte de las 436 mil personas que se calcula vivan del “cuentapropismo” en Cuba. Muchos de ellos trabajan en cooperativas derivadas de antiguas empresas estatales, principalmente de construcción, transporte, comercio, gastronomía y servicios de reciclaje y recuperación de materias primas, casi todas ineficientes antaño.
Además, las nuevas disposiciones del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social son más precisas respecto al alcance de algunas licencias, para evitar “deformaciones” como las ocurridas con la actividad de “modista o sastre”, el recurso que amparaba a los vendedores de ropa, calzado, cosméticos y otros artículos traídos en pacas. Ahora ya nadie podrá vender nada importado, aunque igual antes estaba prohibido y se hacía.
Por lo pronto, Cuba otorgará en octubre próximo nuevas licencias para trabajar por cuenta propia, como alternativas de empleo para los trabajadores disponibles en la gran reducción de la inflada plantilla del sector estatal. Inflada y malpagada, agregaría yo…
(Foto: EFE)
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