(AIN) Lograr generalizar los logros de la ciencia y la técnica en la economía cubana, fundamentalmente en el sector agrícola, es reto constante para alcanzar la soberanía alimentaria.
Para ello es necesario dinamizar el proceso de transferencia de tecnologías hacia quienes laboran la tierra, con vistas a elevar las producciones de alimentos.
Esa tarea requiere la mayor comprensión y atención de todos los que contribuyen a la implementación de los avances de la ciencia y la técnica en la base productiva.
A los campesinos hay que escucharlos y aprender de sus experiencias, muchas de las cuales luego se convierten en guía para la programación y ejecución de futuros trabajos investigativos.
Es importante que las innovaciones se introduzcan y lleven a la práctica de forma paulatina, siempre con la aceptación de los productores, a los cuales se deben preparar y orientar para que sea más efectiva y eficiente su aplicación.
En esa dirección la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) lleva adelante un programa de trabajo con más de 30 instituciones científicas y universidades vinculadas a la producción de alimentos.
Esa iniciativa propició la realización de talleres de capacitación en las propias fincas de los productores sobre el uso de las nuevas tecnologías que se introducen en la agricultura.
Para el presente año el propósito está encaminado a fortalecer las acciones de superación en temas referidos a la conservación de los suelos, la producción y uso de bio fertilizantes, humus de lombriz, compost, proyectos de colaboración y salud ambiental, entre otros.
Félix González, el presidente de la ANAP, ha señalado en reiteradas ocasiones que no podrá existir riqueza donde no se logren introducir los adelantos de la ciencia y la técnica y considera que aún falta mucho por hacer para despojar al sistema agrícola de Cuba de sus ineficiencias.
Para ello es necesario dinamizar el proceso de transferencia de tecnologías hacia quienes laboran la tierra, con vistas a elevar las producciones de alimentos.
Esa tarea requiere la mayor comprensión y atención de todos los que contribuyen a la implementación de los avances de la ciencia y la técnica en la base productiva.
A los campesinos hay que escucharlos y aprender de sus experiencias, muchas de las cuales luego se convierten en guía para la programación y ejecución de futuros trabajos investigativos.
Es importante que las innovaciones se introduzcan y lleven a la práctica de forma paulatina, siempre con la aceptación de los productores, a los cuales se deben preparar y orientar para que sea más efectiva y eficiente su aplicación.
En esa dirección la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) lleva adelante un programa de trabajo con más de 30 instituciones científicas y universidades vinculadas a la producción de alimentos.
Esa iniciativa propició la realización de talleres de capacitación en las propias fincas de los productores sobre el uso de las nuevas tecnologías que se introducen en la agricultura.
Para el presente año el propósito está encaminado a fortalecer las acciones de superación en temas referidos a la conservación de los suelos, la producción y uso de bio fertilizantes, humus de lombriz, compost, proyectos de colaboración y salud ambiental, entre otros.
Félix González, el presidente de la ANAP, ha señalado en reiteradas ocasiones que no podrá existir riqueza donde no se logren introducir los adelantos de la ciencia y la técnica y considera que aún falta mucho por hacer para despojar al sistema agrícola de Cuba de sus ineficiencias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por opinar