"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

miércoles, 2 de abril de 2014

CUBA: APUESTA DECISIVA

Jorge Gómez Barata 
 
Del Palacio de Convenciones de la Habana brotó humo blanco anunciando que Cuba tenía una nueva Ley de Inversión Extranjera. Ahora solo falta encontrar a los inversionistas foráneos, realizar otros ajustes y obrar algunos milagros.

La disposición para pactar con el capital extranjero y atraerlo a los espacios nacionales, no sólo es la más importante decisión económica al amparo de las reformas impulsadas por el presidente Raúl Castro, sino una acción política de gran calado y un paso en los esfuerzos por insertar a Cuba en los contextos globales, sintonizar al país con los estándares vigentes y abandonar cualquier ilusión de excepcionalidad; excepto la muy desagradable de ser el único país bloqueado.

En las condiciones de la economía, las finanzas y el comercio global, ningún estado, ni siquiera las grandes potencias como China, Japón, Alemania, Rusia e incluso los propios Estados Unidos y por supuesto tampoco los países emergentes pueden desempeñarse con éxito sin el concurso de otros. Los intentos de autarquía, el proteccionismo y el aislacionismo, son elementos del nacionalismo de primera generación hoy rebasado.

China, Japón, Alemania, Brasil, Rusia, Argentina, Sudáfrica, México y otros no podrían sobrevivir sin los gigantescos mercados hacia donde exportan sus productos industriales y sin los mega proveedores que les garantizan la energía, los alimentos y las materias primas. A su vez los productores de comida, petróleo y minerales diversos necesitan de los consumidores occidentales y asiáticos, así como de la alta tecnología para colocar materias primas que como el uranio, el coltán, el litio y las tierras raras solo pueden ser procesados por la industria de los países más desarrollados.

Las tendencias que favorecen las asociaciones y los mecanismos de concertación económicos internacionales, los tratados de libre comercio y protección de inversiones, las asociaciones al estilo de la OPEP, BRICS, MERCOSUR, Grupo de Shanghái, Foro Asia-Pacifico, ALBA, PETROCARIBE y otros obedecen a necesidades emanadas del perfil global que han adquirido las relaciones económicas internacionales de lo cual ningún país pude mantenerse al margen.

Para algunos se trata de una novedad aunque lo cierto es que la economía cubana nunca dejó de relacionarse con el capital foráneo solo que en los treinta años de relación con la Unión Soviética y el extinto campo socialista (1960-1990) ese fenómeno se asentó sobre bases políticas y geopolíticas, asumiendo la forma de colaboración, asistencia para el desarrollo, créditos gubernamentales, intercambio comercial equitativo y otras fórmulas diferentes a la inversión privada directa que hoy se promueve.

El éxito de esta medida estará condicionado por la capacidad del servicio exterior cubano, extraordinariamente hábil para captar aliados políticos y no tan diestro para conseguir socios y de las políticas complementarias que deberán generar inventivos que, a pesar del bloqueo norteamericano hagan atractivas las inversiones en Cuba. En cualquier caso con la ley no basta y la apuesta es decisiva: Luego les cuento. Allá nos vemos.


La Habana, 02 de abril de 2014

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