Por Yainier Sánchez González
El cultivo del tejido vegetal constituye una técnica agrícola de avanzada en numerosos países del mundo. Esta incipiente tecnología posibilita la propagación in vitro de plantas madre bajo estrictas condiciones higiénicas que, poseedoras de óptimas características genéticas y multiplicación a bajo costo, permiten a los cultivos mayor adaptación, controlar su sanidad y, sobre todo, manejarlos a gran escala para desarrollar aceleradamente las plantaciones y obtener mayores rendimientos agrícolas.
Expertos aseguran que la estructura por cultivo de estas producciones indica que las variedades de plátano, malanga y papa han sido las más propagadas mediante el cultivo in vitro, mientras que en la rama agroindustrial la caña de azúcar y la palma de aceite ocupan los primeros lugares debido a su alto valor económico con respecto a los cultivos varios.
En medio de la crisis económica global las crecientes demandas de la agricultura, en pos de establecer la seguridad alimentaria, han traído consigo el ascenso de la biotecnología vegetal y, en especial, el impulso y la aplicación de las técnicas de cultivo de tejidos, las cuales significan excelentes alternativas para la proliferación y el perfeccionamiento de la producción, por lo que los sistemas agrícolas se enfocan cada vez más hacia estas opciones que garantizan rendimientos sostenidos y bajos costos.
América Latina es, después del continente africano, la región que menos vitroplantas produce y está llamada a elevar los índices ante la amenaza de la insuficiencia alimentaria.
En Cuba la semilla es lo primero
La Isla estrenó su primera biofábrica vegetal (de primera generación) en el año 1987, y desde entonces ha conjugado investigación y experiencia práctica para que el sector agrotecnológico sea cada vez más avanzado. Tecnología, notorias experiencias por parte de los expertos y voluntad gubernamental han permitido que el trabajo in vitro con las plantas sea una fortaleza técnica aun cuando podría ser más explotada y reconocida por los productores agrícolas.
La biotecnología vegetal brinda a la agricultura valiosas potencialidades para obtener un desarrollo más intenso y eficaz, y en la Perla del Caribe se aprovecha a tono con la actualización del modelo económico cubano y tal como se especifica en el lineamiento 184 de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, la Mayor de las Antillas está abocada a "priorizar, a corto plazo, la sustitución de importaciones de aquellos alimentos que puedan ser producidos eficientemente en el país. Los recursos para potenciarla deberán concentrarse donde existan mejores condiciones para su empleo más efectivo, a fin de elevar los rendimientos y la eficiencia de la producción; asimismo, deberá potenciarse la aplicación de los resultados de la ciencia y la técnica".
Los adelantos del país en materia de biotecnología vegetal, reconocidos internacionalmente, le han permitido mejorar considerablemente la calidad de los cultivos varios y otras especies como la caña de azúcar; y le ha ahorrado por más de dos décadas cerca de 30 000 000 de dólares, según datos oficiales.
María Adela Jiménez Velazco, especialista en biofábricas de la Empresa Productora y Comercializadora de Semillas, perteneciente al Ministerio de la Agricultura (Minag), asegura que "Cuba produce vitroplantas hace más de 20 años, lo cual ha permitido el rejuvenecimiento y la masificación de las especies de semillas; la vitroplanta salida de nuestras biofábricas es un material más sano, libre de hongos y bacterias, con mayor vigor y desarrollo, lo cual significa un mayor potencial productivo".
Con el objetivo de aumentar el rendimiento y mejorar la sustentabilidad del sector agrícola, las biofábricas del Minag laboran en diferentes áreas para la propagación de especies vegetales y son reconocidas como un valioso polo biotecnológico que trabaja en la producción masiva de plantas in vitro mediante tecnologías que permiten su clonación.
Según la Especialista, las vitroplantas que se obtienen en el país son a partir de los cultivos existentes, y las distintas variedades que se potencian, de conjunto con los diferentes institutos de investigación. Cuba cuenta con 11 biofábricas y entre las variedades que se desarrollan están el banano, plátano, malanga, ñame, piña, boniato, yuca, papa, caña de azúcar, plantas ornamentales y "en estos momentos estamos incursionando en la modalidad de forestales, de acuerdo con el programa integral de mantenimiento, conservación y fomento de las plantaciones forestales, tal y como se expresa en los lineamientos del Partido", aseguró.
Jiménez Velazco destacó que la capacidad instalada de las biofábricas es de una producción sostenida de hasta 31 millones de vitroplantas anuales, aunque por diversas causas que atentan contra los procesos productivos solo se están produciendo alrededor de cinco millones. "Estamos enfrascados en la rehabilitación de nuestras instalaciones, debido al abrupto retroceso tecnológico que causó el período especial y para avanzar hacia nuevas tecnologías, acorde con las utilizadas en el primer mundo, que nos permitirán aumentar genéticamente la calidad de nuestras semillas", puntualizó.
A decir de los expertos, la producción de vitroplantas facilita introducir clones de forma más rápida que los cultivos en el campo, basada en la capacidad de los vegetales para que de cualquier segmento de tejido vegetal, ya sea de la yema de un tallo o de una hoja, generar o regenerar una planta completa; tal es así que de una semilla se pueden obtener, en seis meses, alrededor de 6 000 posturas.
El trabajo de los especialistas en esas instalaciones se realiza estrechamente vinculado con el Instituto de Sanidad Vegetal y otros centros de investigación como el Instituto de Investigaciones de Viandas Tropicales (INIVIT) y el Instituto de Biotecnología de las Plantas (IBP), entre otros, que posibilitan un estricto control sanitario para entregarle al productor una vitroplanta más resistente, libre de plagas y enfermedades, que posibilita a las plantaciones su cultivo y cosecha uniforme, 30 % más productivos.
Aunque se han realizado algunos convenios en el exterior, como con Panamá, para la exportación a ese país de vitroplantas, los principales mercados de estas producciones verdes están concentrados en el territorio nacional: las empresas de cultivos varios, las Cooperativas de Créditos y Servicios (CCS), las de Producción Agropecuaria (CPA) y los productores individuales, quienes continúan con el proceso de producción en el campo hasta su fructificación.
La especialista puntualizó que hoy "las biofábricas producen lo que pide cada productor, o sea, un plan según lo que nos solicita el agricultor: trabajamos en función de la demanda". Asimismo, resalta que el interés de la empresa es buscar también mercados en el extranjero para lo cual existe la posibilidad de brindarle al solicitante no solo la producción terminada, sino el asesoramiento técnico requerido para adaptar la planta a las condiciones genotípicas y fenotípicas de cualquier país.
La Experta ponderó que para este año se estima un incremento de la producción de vitroplantas en alrededor de un millón y medio de especímenes con respecto al año anterior, durante el cual se obtuvieron 3,5 millones. "El objetivo es avanzar hacia la diversificación de las producciones para cumplir el plan de contratación que asciende a cinco millones de plántulas y hacerle ver al productor las ventajas de esta técnica, en cuanto a calidad genética, índices productivos y minimización de los costos", enfatizó.
Desarrollar una agricultura próspera que garantice el abastecimiento y la soberanía alimentaria, constituyen uno de los principales temas en la agenda del Gobierno cubano, y ello puede lograrse vinculando también ciencia y tecnología en los polos productivos, para fortalecer la respuesta en términos de eficiencia y competitividad, maximizar el aprovechamiento de las tierras y diversificar la producción de alimentos.
El desarrollo de la biotecnología vegetal ha transitado por diferentes etapas desde la creación del primer laboratorio comercial de plantas en 1965. Ya en 1994 la producción mundial de vitroplantas se estimó en 500 millones de unidades en más de 550 laboratorios, concentrados mayoritariamente en Europa Occidental, Norteamérica, Israel y los denominados países de Europa del Este. Y, tal ha sido su acogida por los países en vías de desarrollo, que en la actualidad organismos internacionales relacionados con la sanidad vegetal han informado que la proyección del mercado mundial de estas producciones verdes se estiman en más de 6 000 millones de USD, concentrándose fundamentalmente en vitroplantas de especies ornamentales y flores.
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