Por Marco Antonio Moreno
China tiene los mayores yacimientos de gas de esquisto en el mundo y ahora se anima a extraerlos por la vía del fracking. El gigante asiático se enfrenta a los retos económicos y ambientales para desarrollar la factura hidráulica en una geología compleja y de alto costo. Pero esta opción le permitiría abandonar el carbón, recurso por el cual se culpa a China de ser el mayor contaminador del planeta. China es el principal consumidor mundial de carbón y por tanto la mayor fuente contaminante de dióxido de carbono. Por eso se piensa que la extracción del gas de esquisto podría dar un vuelco en el cambio climático y frenar el deterioro ambiental, como sugiere Scientifican American. China quiere negociar el gas en yuanes, a costa de amenazar el arma principal de Estados Unidos.
El tema no termina aquí. De los 7.300 billones de pies cúbicos de gas de esquisto reconocidos por la EIA, el 15,5 por ciento (1.130 billones de pies cúbicos) descansa en China (ver imagen); 802 billones de pies cúbicos en Argentina (razón por la cual George Soros duplicó su inversión en YPF); 707 billones de pies cúbicos en Argelia, mientras Estados Unidos se engancha en el cuarto lugar con unas reservas de 650 billones de pies cúbicos.
Un plan para abandonar el carbón
China quiere impulsar la producción de gas de esquisto en el país y entrar en el desarrollo del fracking y la exportación de gas de esquisto. Sin embargo, ha declarado que negociará el gas directamente en yuanes. De esta manera, el dólar de Estados Unidos comienza a sufrir la amenaza de ser reemplazado como la moneda de intercambio en el comercio mundial de energía. El golpe va directamente a los petrodólares y China ya está pagando el petróleo procedente de Rusia e Irán en yuanes. Esto significa que cerca de 2 billones de barriles diarios, de los 20 billones de barriles que se emplean al día, están siendo liquidados en yuanes.
Países como Angola, Sudán o Venezuela se preparan a seguir el ejemplo de China y abandonar el dólar en las transacciones de petróleo, con lo que China sigue adelante en la internacionalización de su moneda. Como apuntamos una parte cada vez mayor del comercio mundial se realiza en yuanes, y la emisión de instrumentos financieros en yuanes aumenta. En los centros financieros de Luxemburgo, Londres, París y Frankfurt se están emitiendo instrumentos financieros en yuanes y la tendencia va en aumento. El fracking, responsable del auge económico de Estados Unidos en los últimos años puede también ser responsable de la derrota financiera de Estados Unidos, al hacer en sus transacciones un olímpico abandono del billete verde, la divisa que ha servido como medio de pago de los recursos energéticos en los últimos 70 años.
China tiene los mayores yacimientos de gas de esquisto en el mundo y ahora se anima a extraerlos por la vía del fracking. El gigante asiático se enfrenta a los retos económicos y ambientales para desarrollar la factura hidráulica en una geología compleja y de alto costo. Pero esta opción le permitiría abandonar el carbón, recurso por el cual se culpa a China de ser el mayor contaminador del planeta. China es el principal consumidor mundial de carbón y por tanto la mayor fuente contaminante de dióxido de carbono. Por eso se piensa que la extracción del gas de esquisto podría dar un vuelco en el cambio climático y frenar el deterioro ambiental, como sugiere Scientifican American. China quiere negociar el gas en yuanes, a costa de amenazar el arma principal de Estados Unidos.
El costo de un milagro energéticoEl gas de esquisto se ha transformado en la nueva fuente energética de Estados Unidos y en esto tiene mucho que ver la guerra de Irak del año 2003. Hasta antes de ese conflicto, el barril de petróleo se cotizaba en 20 dólares. Desde entonces, el barril de petroleo no ha dejado de subir y hoy se cotiza a 100 dólares tras esos precios récord de julio de 2008 cuando llegó a 147 dólares el barril. ¿Qué llevó al petróleo a subir 400 por ciento en menos de una década? Nada menos que la financiación del fracking, una tecnología altamente costosa y riesgosa para la salud y el medio ambiente.
Pese a los riesgos, el gas de esquisto se ha transformado en un sistema de energia central de Estados Unidos, generando un auge económico en plena crisis financiera. ¿Cuánto durará este fenómeno? Nadie lo sabe. Como tampoco nadie sabe los riesgos reales que implica la extracción del recurso a 3 mil (o más) metros de profundidad que requiere el uso de elementos altamente tóxicos y cancerígenos y la inevitable contaminación de las napas subterráneas. En cuanto a la contaminación se trata, podemos estar perfectamente cayendo del sartén a las brasas.
El tema no termina aquí. De los 7.300 billones de pies cúbicos de gas de esquisto reconocidos por la EIA, el 15,5 por ciento (1.130 billones de pies cúbicos) descansa en China (ver imagen); 802 billones de pies cúbicos en Argentina (razón por la cual George Soros duplicó su inversión en YPF); 707 billones de pies cúbicos en Argelia, mientras Estados Unidos se engancha en el cuarto lugar con unas reservas de 650 billones de pies cúbicos.
Un plan para abandonar el carbón
China produce y consume tanto carbón como el resto del mundo combinado, como muestra esta imagen con datos de EIA. Desde 1980, China basó en el carbón el 70 por ciento de su consumo energético, siendo este elemento la principal fuente detrás de su sólido proceso de expansión de las últimas tres décadas. Desde el año 2007, ha dado impulso al gas y el consumo de gas ha crecido a tasa del 10 por ciento, y los planes para los próximos años del presidente Ji Xinping buscan expandir aún mas el consumo del gas para disminuir el uso del carbón... y la contaminación del planeta.
China quiere impulsar la producción de gas de esquisto en el país y entrar en el desarrollo del fracking y la exportación de gas de esquisto. Sin embargo, ha declarado que negociará el gas directamente en yuanes. De esta manera, el dólar de Estados Unidos comienza a sufrir la amenaza de ser reemplazado como la moneda de intercambio en el comercio mundial de energía. El golpe va directamente a los petrodólares y China ya está pagando el petróleo procedente de Rusia e Irán en yuanes. Esto significa que cerca de 2 billones de barriles diarios, de los 20 billones de barriles que se emplean al día, están siendo liquidados en yuanes.
Países como Angola, Sudán o Venezuela se preparan a seguir el ejemplo de China y abandonar el dólar en las transacciones de petróleo, con lo que China sigue adelante en la internacionalización de su moneda. Como apuntamos una parte cada vez mayor del comercio mundial se realiza en yuanes, y la emisión de instrumentos financieros en yuanes aumenta. En los centros financieros de Luxemburgo, Londres, París y Frankfurt se están emitiendo instrumentos financieros en yuanes y la tendencia va en aumento. El fracking, responsable del auge económico de Estados Unidos en los últimos años puede también ser responsable de la derrota financiera de Estados Unidos, al hacer en sus transacciones un olímpico abandono del billete verde, la divisa que ha servido como medio de pago de los recursos energéticos en los últimos 70 años.
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