"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

lunes, 22 de septiembre de 2014

Panorama Económico de Cuba

Raúl Menchaca (XINHUA)

Baja tasa de inversión prevalece en Cuba / Cosecha de café disminuirá 33% en Cuba en 2014-2015 / Disminuye la cantidad de agua almacenada en los embalses cubanos.

Baja tasa de inversión prevalece en Cuba
 
Las inversiones disminuyeron en Cuba en 1,8 por ciento en el primer semestre, lo que tuvo una influencia directa en el magro crecimiento de 0,6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de la isla, indicó la estatal Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI).

Un informe recién publicado por la ONEI, ente encargado de las estadísticas oficiales en la isla, señaló que las inversiones de enero a junio de este año fueron de 1.910 millones de dólares, lo que significa el 98,2 por ciento de las ejecutadas en igual período de 2013.

Durante una sesión parlamentaria, en julio último, el presidente Raúl Castro informó que el PIB aumentó solo en 0,6 por ciento en el primer semestre, la tasa más baja de los años recientes.

Ante el Parlamento, Castro aseguró que esos resultados evidencian "una desaceleración del ritmo de crecimiento de este indicador a causa del incumplimiento de los ingresos externos, la incidencia de condiciones climatológicas, así como la persistencia de insuficiencias internas en la gestión económica".

El mandatario señaló que decrecieron "la minería y la producción industrial, esta última por sensibles afectaciones en el financiamiento oportuno y la consiguiente entrada tardía de materias primas importadas".

El informe de la ONEI detalla que las mayores inversiones se realizaron en servicios empresariales y actividad inmobiliaria (437 millones de dólares), construcción (368 millones) y suministro de electricidad, gas y agua (233 millones).

En la agricultura, uno de los renglones más descapitalizados del país, se invirtieron 161 millones de dólares, en minas y canteras 101 millones y en la industria manufacturera 94 millones.

A inicios de año, el ministro de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera (MINCEX), Rodrigo Malmierca, dijo que la isla necesita unos 2.000 millones de inversión extranjera para reactivar su economía.

"Si no crece la economía a niveles de alrededor de 7 por ciento del PIB y si no acumulamos entre 25 y 30 por ciento para hacer inversiones, no nos vamos a poder desarrollar. Para que ello ocurra necesitamos que vengan 2.000 millones, 2.500 millones de dólares en inversiones extranjeras cada año", aseguró Malmierca.

En junio último entró en vigor la nueva Ley de Inversión Extranjera, luego de ser aprobada por el parlamento en sesión extraordinaria, en marzo último, en busca de atraer al capital foráneo hacia la isla, necesitada de una urgente recuperación económica.

El texto legal, publicado por la Gaceta oficial de la República, incluye la exención para los inversores extranjeros del pago de impuestos sobre las utilidades durante ocho años.

"Se eximiría del pago de impuesto sobre utilidades a las empresas mixtas y partes en los contratos de asociación económica, por un período de ocho años a partir de su constitución -y el Consejo de Ministros podrá extender el período-, entre otros beneficios", señaló el diario Juventud Rebelde.

Después que concluya el período de gracia, las empresas pagarán un impuesto del 15 por ciento sobre la utilidad neta imponible, una cifra que constituye la mitad del monto actual, añadió el órgano de la Unión de Jóvenes Comunistas.

No obstante, cuando "concurra la explotación de recursos naturales, renovables o no, puede aumentarse el tipo impositivo sobre utilidades, por decisión del Consejo de Ministros hasta un 50 por ciento", precisó el rotativo.

La legislación "prevé para los inversionistas foráneos un régimen especial de tributación que es realmente ventajoso" y "bonificaciones de hasta el 50 por ciento en varios impuestos", indicó el periódico.

La anteriormente vigente Ley 77, aprobada en septiembre de 1995, fijó un impuesto del 30 por ciento sobre las utilidades, aunque el gobierno se reservó el derecho de eximir del pago total o parcial a las empresas que reinvirtieran sus ganancias en la isla.

Cuba tiene la urgencia de reanimar sectores productivos prácticamente paralizados por la aguda crisis económica de la década de los 90, pero la falta de capitales propios la obliga a recurrir a la inversión foránea.

Cosecha de café disminuirá 33% en Cuba en 2014-2015

La cosecha cafetalera en Cuba que va de septiembre a enero disminuirá unas 342 toneladas, lo que representará una caída de 33 por ciento con respecto a la temporada anterior, pronosticó la funcionaria del ramo Rafaela Díaz.

La directora del Centro de Gestión del Grupo Empresarial de Agricultura de Montaña en la oriental provincia de Guantánamo del Ministerio de la Agricultura (Minagri), expresó que esta menor producción en plantaciones exige recoger el grano con mayor eficacia.

"Los campesinos y trabajadores agrícolas de los ocho municipios cafetaleros de la provincia de Guantánamo están inmersos en la cosecha 2014-2015, cuyos volúmenes disminuirán de manera apreciable respecto a la zafra anterior", dijo Díaz a la prensa local.

Guantánamo, en el extremo oriente de la isla, es la segunda región productora de café después de Santiago de Cuba, grano que en más del 85 por ciento se cultiva en la zona Este del país.

Durante la cosecha 2013-2014, la producción llegó a las 6.105 toneladas, lo que significó alcanzar el 98 por ciento de la meta, aunque estuvo lejos de las 24.000 toneladas necesarias para cubrir la demanda interna anual.

De acuerdo con el semanario económico Opciones, alrededor de 89 por ciento de los poco más de 11 millones de cubanos consume este producto de una u otra forma, con una media de consumo nacional superior al 42 por ciento en comparación con el promedio mundial.

Por su parte, el director nacional de Café y Cacao del Minagri, Elexis Legrá, expuso que la cifra de producción del fruto aún está "distante de los volúmenes requeridos para satisfacer la demanda de consumo nacional".

En la actualidad, los cafetaleros cubanos tratan de reducir de manera gradual las 8.000 toneladas de café que la isla importa cada año con la finalidad de completar el consumo nacional.

Este objetivo significa aumentar las áreas cultivables actuales en más del 90 por ciento.

Los productores nacionales esperan cosechar 23.160 toneladas de café en 2020 y así poder cubrir el consumo interno e incrementar las exportaciones.
El país espera duplicar para 2016 la baja producción de café y alcanzar las 12.000 toneladas.

La producción de cada tonelada de café tipo "Robusta" le cuesta a Cuba alrededor de 2.300 dólares, mientras que en el caso de la variedad "Arábiga" el costo por tonelada sobrepasa los 4.560 dólares, que es de mayor calidad y mundialmente comercializado.

Con vista a elevar la producción cafetalera, hoy en día también se trabaja en recuperar las plantaciones existentes en zonas llanas de la isla con variedades más productivas y resistentes a las condiciones climáticas.

Los cafetales llegaron a la isla en el siglo XVIII traídos por colonos franceses que huían de la Revolución en Haití y desde entonces han proliferado en las serranías, casi siempre a partir de 500 y hasta los 800 metros sobre el nivel del mar.

La especie más cultivada en la isla es "Arábiga", con cerca de 12 variedades, las cuales se comercializan en el mercado interno y el exterior bajo las marcas Turquino, Cristal Mountain, Serrano, Cubita y Caracolillo, entre otras.

Unos 35.000 agricultores venden todo el café cosechado al Estado, a cambio de lo cual reciben créditos con bajos intereses y algunos suministros subvencionados.

En los últimos años, el Estado también ha arrendado cafetales abandonados a cientos de personas interesadas en producirlo y casi ha triplicado el precio que paga por el fruto.

El presidente cubano, Raúl Castro, señaló hace dos años ante la Asamblea Nacional (poder Legislativo unicameral) que la isla no podía seguir erogando sumas millonarias cada año en la importación del grano para cubrir el consumo local, como sucedió en 2010 y 2011.

Esos años, Cuba tuvo que comprar en el exterior 18.000 toneladas de café para satisfacer su consumo interno.

En los años 60 del siglo pasado, la nación produjo y comercializó más de 62.000 toneladas de café.

Cada año habilitaba para la siembra del producto 194.000 hectáreas, pero el derrumbe del socialismo en los países de Europa del Este significó un abrupto retroceso para el sector agrícola cubano.

Con la desaparición de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en 1991 y de sus socios europeos, los cafetaleros cubanos dejaron de recibir casi en su totalidad las semillas certificadas, los insumos y el paquete tecnológico que acompañaban los cultivos.

Disminuye la cantidad de agua almacenada en los embalses cubanos

A pesar de un ligero repunte de las lluvias en agosto, sigue disminuyendo la cantidad de agua acumulada en los embalses cubanos, que hoy contienen el 54 por ciento de su capacidad.

El volumen de agua almacenada en las más de 900 represas que posee Cuba descendió al cierre de agosto a 4.947 millones de metros cúbicos, equivalente al 54 por ciento de la capacidad total de llenado, informó el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH) de la isla.

Esa cifra representa un descenso de 126 millones de metros cúbicos en comparación con la cantidad del líquido que acumulaban en julio pasado, y se encuentra por debajo del promedio histórico de la época en alrededor de 400 millones de metros cúbicos, de acuerdo con medios oficiales.

De las 100 cuencas hidrográficas que tiene la isla caribeña, aportadoras de agua potable, más del 50 por ciento se encuentran en estado desfavorable o rumbo a estarlo, indicó el Instituto estatal.

No obstante, en agosto fueron registrados mayores volúmenes de lluvia en el país que en julio, señalaron autoridades del INRH, pero aún así han llamado a extremar las medidas de ahorro de agua.

El promedio nacional de 143,9 milímetros de precipitaciones durante el octavo mes del año significó el 89 por ciento de la media histórica mensual, de acuerdo con datos de la dirección de Uso Racional del Agua del INRH.

Otra vez el occidente de la isla ha sido la zona donde menos llueve en lo que va del 2014, al reportar el 74 por ciento de los volúmenes de agua que normalmente caen en agosto, mientras que en el centro y oriente del país se produjo un incremento del promedio histórico de las precipitaciones.

En zonas como Guantánamo se reporta menos del 60 por ciento del promedio de lluvias previsto para lo que va de año, lo que coloca a ese oriental territorio al borde de una sequía meteorológica, susceptible de agudizarse de persistir las bajas precipitaciones, dijeron hoy expertos.

"La situación se torna preocupante porque tiene lugar durante el penúltimo mes del denominado período húmedo", que va de mayo a octubre, dijo el meteorólogo Rolando Baza, citado por la prensa local.

No obstante, Baza aclaró que la situación dista de ser tan comprometedora como entre los años 2003 y 2005, cuando descendió hasta el llamado volumen muerto el embalse La Yaya, el mayor de la provincia, encargado de irrigar las áreas agrícolas del municipio de Niceto Pérez y garantizar el líquido a la población de La Yaya, el poblado cabecera.

La sequía se manifiesta en tres variantes: agrícola, hidrológica y meteorológica.
La primera obedece a la insuficiencia de agua en el suelo para satisfacer las necesidades de los cultivos; la segunda, a la merma del agua superficial y subterránea, y la tercera a una ausencia prolongada o pobre distribución de la precipitación pluvial.

El agua es un recurso natural renovable, pero finito, limitado y frágil, y las autoridades aseguran que aún existen incomprensiones e insuficiente reconocimiento sobre su carácter de indicador económico, tanto global como ramal.

La isla cuenta con una infraestructura hidráulica que incluye 242 presas, decenas de micropresas, cerca de 2.420 acueductos, más de 22.000 kilómetros de redes, casi 70 plantas potabilizadoras y 5.316 kilómetros de alcantarillado, entre otras facilidades, a las cuales se suman derivadoras, canales magistrales, estaciones de bombeo y diques.

Cuba posee una capacidad máxima de recursos hidráulicos disponibles de alrededor de 13.600 millones de metros cúbicos, considerando las aguas superficiales y las subterráneas, volúmenes que superan las demandas actuales de la economía, la sociedad y la protección del medio ambiente.

El gobierno ejecuta ahora diversos programas para hacer un uso adecuado y racional del agua mediante la utilización eficiente de esas instalaciones y una conciencia de ahorro en la población y las empresas, teniendo en cuenta la baja disponibilidad de ese recurso.

También desarrolla proyectos dirigidos también a enfrentar los problemas de la sequía, las inundaciones por intensas lluvias, así como a elevar la calidad del vital líquido y su distribución, además de reducir las pérdidas.

Otra prioridad ya en ejecución es el metraje del consumo hidráulico tanto para los centros estatales como el sector residencial, y se trabaja en la reparación o sustitución de estaciones de bombeo, el sistema de saneamiento y en un programa destinado a la producción de herrajes hidrosanitarios, con énfasis en la calidad y el estudio de precios asequibles para su comercialización.

El gobierno aplica una Política Nacional del Agua que abarca desde las fuentes de abastecimiento hasta la que llega a cada usuario, y se fundamenta en el uso racional y productivo de las cantidades disponibles, la explotación eficiente de la infraestructura construida, la gestión asociada a la calidad del líquido y los riesgos vinculados a eventos climáticos extremos.

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