Mi amigo Varela, el bloguero, recibió presiones de unos millonarios de Miami y decidió cerrar su blog por un tiempo.
No se sabe cuánto le pagaron, pero el número, según un comentario que dejaron en mi blog, es de seis cifras. El negocio, aparte del dinero, incluyó un yate y una casa de dos plantas con 8 habitaciones y 6 baños en un islote del sur de la Florida.
Se habla también de una inversión en el sur de Cuba de una casa de recreo con helipuerto, patio con gallinas y cerdos, y dos parqueos para unos seis autos. Cuenta también con Internet y el paquete semanal en vivo. Es la misma en la cual nos hospedamos los dos durante su visita a la Isla para ir de pesca submarina. Quizás por contar que andábamos juntos en Cuba le dieron aquella paliza.
Ahora que el Coco Fariñas entra en campaña electoral y Yoani está desaparecida en viajes, el panorama de los blogueros amigos de Miami va cambiando. Se retiró Edmundo y ahora Varela.
Por si las moscas, ya yo llamé a mis primos en Las Tunas, para que le tiren un par de pencas de guano al techo del rancho viejo, no sea que me tenga que tomar unas vacaciones.
Además, ¡quién coño va a competir con el NYT!
Yohandry Fontana
La Habana
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