Ana Belén Hungría, una de las cinco científicas españolas becada por el programa L'Oréal-UNESCO ha centrado su investigación en sintetizar y caracterizar catalizadores que se usan en diferentes reacciones de interés medioambiental, entre ellas la posibilidad de sustituir petróleo por hidrógeno.
En una entrevista con EFEverde, Hungría ha explicado que “la economía del petróleo no es sostenible, lo primero porque produce mucho dióxido de carbono y lo segundo, porque es un combustible finito”, lo que conduce a que “muchoslaboratorios del mundo busquen una alternativa sostenible” a este tipo de recurso energético. Hungría ha centrado su investigación en sintetizar y caracterizar catalizadores que se usan en diferentes reacciones de interés medioambiental: “Una de ellas es la oxidación del monóxido de carbono, que está presente en los flujos de hidrógeno, para alimentar una pila de combustible y producir energía”. Esta experta ha explicado que hay que eliminar el monóxido de carbono presente en el hidrógeno a partir de catalizadores porque “envenena los electrodos de esa pila de combustible”. Además, trabaja para “variar la formulación de estos catalizadores y su contenido” porque “tradicionalmente contienen metales nobles, que son muy caros y poco disponibles”, que hay que sustituir por “otros más accesibles”.
Hungría ha resumido la labor explicando que “disminuimos la proporción de monóxido de carbono que hay en elhidrógeno de la manera más rápida y a menor temperatura posible, y buscamos el catalizador más barato, más efectivo y más resistente”. “En 40 años no vamos a tener petróleo” Según la investigadora, uno de los problemas de los catalizadores es que “se desactivan”, por lo que la idea es que “la investigación encuentre sistemas que funcionen, que sean más baratos, más ecológicos y más resistentes“.
“Lo que tenemos todos que entender es que el modelo energético que tenemos ahora mismo no es sostenible: de aquí a 40 años no vamos a tener petróleo, por lo que hay que buscar otras alternativas y, ya que las buscamos, intentamos que sean lo menos dañinas para el medio ambiente”.
Cerebros fugados Pese a esto, ha lamentado que cada vez haya menos financiación, lo que desemboca en menos personal, “por lo que es lógico que cada vez haya menos investigación”. Ello, a pesar de que “España en los últimos 10 años había alcanzado un puesto muy alto y podría competir con otros países en igualdad de condiciones”.
Ahora, “lo que estoy viendo es que compañeros de la Universidad de Cádiz, que acabaron su tesis hace cuatro años, llevan todo ese tiempo en el extranjero, han aprendido cosas que serían increíblemente valiosas para nosotros, y no tienen manera de volver”.
Son “cerebros fugados”, expertos que se han visto obligados a marchar fuera del país con intención de volver “pero no pueden hacerlo, personas en las que has invertido tiempo y dinero para su formación y que luego pierdes”.
Financiación y visibilidad Por eso, valora iniciativas como estas becas ya que “te dan un dinero para investigar, que en estos momentos es una cosa que se agradece muchísimo, y dan visibilidad a la ciencia que se hace en España“. Hungría se considera “afortunada, nunca me voy a hacer rica pero tengo un salario digno que me permite vivir, porque tengo estabilidad y ése es el principal problema en España: llega un momento en tu vida en el que o te estabilizas o no puedes ir de contrato en contrato y de país en país”.
Las becas del programa L’ Oréal-UNESCO, que se conceden por noveno año consecutivo a científicas menores de 40 años y que este año se centran en la Ciencia de los Materiales, permiten a las investigadoras continuar con sus estudios con una ayuda económica de 15.000 euros
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