Si a un burócrata cubano le dieran la tarea de recoger caracoles seguro que estos se le escaparían antes de que termine de redactar las resoluciones y circulares que regulan ese tipo de caza. Será por eso que la ciudadanía siempre va por delante de la burocracia.
En 1993 Fidel Castro anunció que se legalizaría el uso del dólar y el acceso de los cubanos a las tiendas diplomáticas. Sin esperar a que el parlamento cambiara las leyes la gente se lanzó a comprar, venciendo por la fuerza la resistencia de los custodios que pretendían impedirlo.
Gran parte de los trabajadores por cuenta propia ya ejercían sus profesiones antes de que el gobierno se los autorizara. La reforma lo único que hizo fue legalizar el estatus de decenas de miles de chapistas, carpinteros, peluqueros, mecánicos o vendedores de alimentos.
En muchas zonas de La Habana hay zonas WIFI improvisadas por personas que roban la señal a empresas e instituciones.
Ahora la compañía telefónica ETECSA anuncia que este año se crearán zonasWIFI en Cuba. Parecería que no saben que estas ya existen y las aprovechan miles de personas, en su mayoría jóvenes, de forma clandestina desde hace ya bastante tiempo.
En La Habana es fácil ver como se concentran los internautas alrededor de cualquier oficina, hotel o institución con WIFI. Sacan sus computadoras, teléfonos móviles o tabletas y navegan con toda tranquilidad sentados en la acera o tomándose algo en la cafetería cercana.
Uno de ellos creó incluso una especie de antena casera para lograr una mejor recepción y la instala cada día frente al hotel donde se nutre de Internet. Ninguno se esconde para chupar señal por lo que esta modalidad de WIFI parece bastante tolerada.
La compañía ETECSA cobra U$D 4,50 la hora de conexión en los cibercafés pero en la zonas WIFI debería cobrar menos dado que no utiliza local ni computadoras.
De todas formas el asunto resulta incontrolable porque los hackers cubanos utilizan un programa para conocer las contraseñas de cada lugar y se lo pasan unos a otros. Los precios y limitaciones de ETECSA han despertado la unión popular contra la empresa. Es una solidaridad que se extiende hasta los trabajadores de las instituciones con WIFI, quienes le pasan la clave a un par de amigos que a su vez se los dan a otros y así crece el número de “chupadores” hasta el infinito, sin que los cambios de contraseñas sirvan para nada.
Es una batalla que las autoridades difícilmente podrían ganar, en el tema de Internet tienen a toda la población en contra, incluidos a los mismos informáticos encargados de implementar medidas de seguridad para evitar el acceso a las redes de personas no autorizadas.
El enfado de la población parece bastante lógico, durante mucho tiempo le dijeron que no había internet para todos por culpa del bloqueo de EEUU pero cuando se tendió un cable submarino con Venezuela, ETECSA dijo que no existe una adecuada infraestructura interna.
Abrieron algunos cibercafés en todo el país para el público y pusieron un precio disparatado, U$D 4,50 la hora. Equivale al salario de una semana trabajando para el Estado, paradójicamente el mismo Estado que es propietario de la empresa telefónica.
Aseguran que los precios son tan altos porque necesitan capital para mejorar las redes internas del país pero no explican cómo lo logran hacer las demás empresas de comunicaciones en el resto del mundo cobrando por el servicio una cuarta parte de lo que se cobra en Cuba.
A lo mejor nos enteramos pronto como lo hacen AT&T o AOL porque Obama hizo especial hincapié en “facilitar las inversiones que permitan mejorar las comunicaciones de los cubanos”. La ineficiencia de ETECSA puede convertirse en un problema de seguridad nacional.
Gracias a Dios la empresa telefónica cubana tendrá pocos gastos y rompederos de cabeza para organizar las zonas WIFI, bastará con importar algunos cartelitos que las anuncien y colocarlos en cualquier lugar donde se vea un grupo de cubanos “navegando” en medio de la calle.
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