Vincenzo Basile - blog Desde mi Ínsula / Cubainformación
Días atrás, un enfurecido operativo de mujeres cubanas, integrantes de las Damas de Blanco y bajo el liderazgo de Berta Soler, rodearon su propia sede, la residencia personal de la fallecida Laura Pollán, para repudiar la supuesta traición de Alejandrina García, miembro fundador del grupo opositor, y exigir su expulsión de la organización.
A golpes de “Que se vaya” y “Abajo los traidores”, el rabioso, violento e incontrolabile mitin de repudio deicidió irrumpir en la casa donde, en busca de protección, se había asilado Alejandrina García. Entre gritos e insultos, la pacífica mujer trató de defenderse de todas las acusaciones. Todo fue inútil. La fuerza de la intolerancia y el ofuscamiento de la ira fueron los protagonistas indiscutibles de este enésimo día de fanatismo antillano y aplastaron cualquier intento de diálogo.
Aunque el episodio de por si es ya lamentable, lo es aún más cuando son las Damas de Blanco uno de los grupos que en varias ocasiones se ha manifestado en contra de los actos de repudio, muchos de ellos realizados contra ellas. Martin Luther King Jr. dijo una vez: “Devolver odio por odio sólo multiplica el odio“. Al parecer, el odio convirtió a las Damas de Blanco en lo que más odiaban.
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