Escrito por YF
LA HABANA, 31 (ANSA)- La idea de Brian Hall, un "yanqui" que busca restablecer una ruta de barcos ferrys de Estados Unidos a La Habana, despertó la curiosidad de los cubanos, uno de ellos con la edad para recordar un servicio similar hace 60 años.
"Nadie se acuerda de eso, solo los viejos. Creo que la gente está exagerando", dijo a ANSA Rogerio Pérez, de 81 años de edad, quien aseguró que "ese servicio se acabó para no volver".
Entonces, los servicios diarios de ferrys Estados Unidos-Cuba "solo eran suspendidos por el mal tiempo", recordó. "Eran relativamente baratos pero no tanto para que fueran de uso masivo", aseguró.
En Estados Unidos, del otro lado del Estrecho de la Florida, Hall, un empresario de Jacksonville, dice estar preparado para poner a navegar ferrys otra vez sobre la franja marítima de 90 millas que separa ambos países.
Según explicó a la publicación Jacksonville Bussiness Journal en su página digital (www.bizjournals.com), su plan es "cubrir" la distancia en menos de tres horas con barcos con capacidad para 28 automóviles a unos 300 dólares el pasaje, frente a los casi 500 que cobran las aerolíneas.
"Ciencia ficción. O mejor política-ficción. Primero Estados Unidos tiene que quitar el bloqueo y después aceptar que sus ciudadanos vengan a cualquier hora para acá. También nuestras autoridades probablemente tengan algo que decir y regular al respecto. Habría un montón de problemas que resolver", expuso, Pérez.
Belkis, una joven de 25 años de edad de La Habana, no sabe nada del proyecto, pero dijo que "descubrió" la existencia alguna vez de un servicio de ferrys entre los dos países mediante "películas viejas". Citó un filme protagonizado por Robert Redford en 1990, titulado Havana, en el cual el actor es un jugador de póker que llega a la capital cubana con su auto en uno de esos barcos poco antes de ganar la revolución cubana el 1 de enero de 1959.
La chica, una aficionada al cine junto a su novio, citó también la segunda parte de El Padrino, en la cual Michael Corleone, protagonizado por Al Pacino, hace una referencia a ese servicio, afirmó.
"Existen muchos problemas que resolver antes entre los dos países", insistió Pérez, pero reconoció que los estadounidenses comunes "parecen desesperados" por venir de vacaciones. El turismo es una de las muy pocas ramas económicas en las que quizá se note el "deshielo" entre las dos naciones. El presidente Barack Obama hizo un par de "agujeros" en el cuerpo legal del embargo al abrir una modesta puerta legal para que a los estadounidenses les sea más fácil viajar a la isla, siempre y cuando estén en 12 categorías de personas autorizadas.
Las autoridades cubanas, por su parte, siempre han tenido las puertas abiertas para recibir turistas estadounidenses, que ya vienen anualmente en un número entre 60.000 y 100.000, según estadísticas no oficiales.
El entusiasta Hall y su "CubaKat", tal como nombra a su nueva empresa, tienen incluso antecesores. Ya en marzo de 2011, cuando nadie imaginaba que habría "pronto" negociaciones entre La Habana y Washington, divulgadas en diciembre pasado, otro empresario de la Florida proyecto un servicio de ferrys desde Tampa a La Habana. Pero el esfuerzo quedó anulado por los grandes obstáculos, la gran mayoría de los cuales aún persisten.
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