Publicado: 7 jul 2015 21:53 GMT
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Muchas de las decisiones fallidas de Adolf Hitler tuvieron relación directa con la enfermedad de Parkinson, que pudo influir negativamente en su capacidad para tomar decisiones importantes y que le costó la derrota en la Segunda Guerra Mundial, según un nuevo estudio.
Hacia el final de sus días, Hitler comenzó a manifestar un leve, pero perceptible, temblor en su mano izquierda, hecho que con el tiempo se ha vinculado con la enfermedad de Parkinson. Además de la incapacidad progresiva en el movimiento, la dolencia también ha sido asociada con alteraciones en la función cognitiva y la expresión de las emociones, señala una investigación publicada en la revista 'World Neurosurgery'.
Según el estudio, ya en 1933 Hitler presentaba indicios de la presencia de párkinson, y sus efectos fueron en aumento hasta su muerte en 1945. Los autores del trabajo señalan que, la enfermedad pudo influir en el 'Führer' a tomar decisiones impulsivas, violentas y temerarias, llevándolo por ejemplo a atacar a la Unión Soviética prematuramente a pesar de no tener refuerzos, sin finalizar la guerra contra el Reino Unido y sin considerar lo amplio del territorio soviético.
Asimismo, el estudio detalla otras decisiones erradas, como la negativa a retirar las tropas de Stalingrado sin tomar en cuenta las numerosas bajas en las tropas nazis, o no defender de forma adecuada las playas de Normandía en 1944.
La investigación también afirma que el "temperamento volátil" de Hitler aumentó con la enfermedad, aunque no las vincula directamente con los asesinatos de judíos. No obstante, el párkinson habría influido "exagerando" su carácter desprovisto de empatía y remordimiento.
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