La otrora villa de Fernandina de Jagua fue fundada por colonos franceses.
CULTURA Redacción IPS Cuba 9 agosto, 2015
El objetivo común es rescatar y desarrollar el Centro Histórico.
La Habana, 9 ago. La conservación del patrimonio, el desarrollo de nuevos espacios socioculturales, el rescate de edificaciones para viviendas y la formación de jóvenes en diversos oficios, son prioridades que se entremezclan en el Centro Histórico de la sureña ciudad de Cienfuegos, a 232 kilómetros de La Habana.
Inspirada, asesorada y gestionada por la Oficina del Conservador, la labor persigue mantener la vida de esta villa, fundada en el siglo XIX cuyo centro ostenta la categoría de Patrimonio Cultural de la Humanidad, como reconocimiento a las ciudades más modernas y que cumplió en abril pasado 196 años.
En declaraciones a la Redacción de IPS Cuba, el arquitecto Irán Millán Cuétara, conservador de la ciudad, dijo que “la oficina gestiona siempre nuevos proyectos, porque sí tenemos que conservar la arquitectura heredada y el patrimonio pero a su vez, debemos insuflarle vida, de modo que Cienfuegos siga desarrollándose a través de su patrimonio cultural”.
Con esta filosofía, apuntó, se reciclan viejos inmuebles para nuevas funciones, acorde a los valores patrimoniales que tienen, lo cual permite prolongar la vida útil de valiosas edificaciones de una manera sostenible.
Se reciclan viejos inmuebles para nuevas funciones, acorde a sus valores patrimoniales.
“Siempre estamos trabajando en la conservación del Centro Histórico, sus espacios principales, su bulevar y Paseo del Prado, pero esa actividad también se ha extendido a la zona de Punta Gorda —al final del Malecón que bordea una parte de la bahía—, donde el Ministerio del Turismo realiza acciones que favorecen la arquitectura moderna, que también forma parte de nuestro patrimonio”, sostuvo.
Entre los proyectos actuales se encuentran el rescate del litoral, por la potencialidad de la llamada Perla del Sur como destino del turismo de cruceros, que permitirá a los pasajeros desplazarse al Centro Histórico y transitar por todos sus espacios.
“Recientemente concluimos el corredor Santa Isabel, convertido en calle peatonal, que vincula espacios públicos muy importantes, el parque José Martí (antigua Plaza de Armas) con el Parque de la Aduana y el Muelle Real, un destino marítimo de gran relevancia”, explicó.
Al quedar rehabilitada la vía, se han insertado trabajadores por cuenta propia (no estatales), artesanos del Fondo Cubano de Bienes Culturales y otros pequeños negocios como restaurantes, cafeterías y galerías que han abierto los vecinos, “algo que ha propiciado dinamizar este corredor, hoy un paso obligado para quienes visitan Cienfuegos”, señaló.
En el contexto de apertura económica que vive Cuba, la Oficina del Conservador ha optado por introducir una modalidad interesante, existente en otras ciudades patrimoniales: rehabilitar establecimientos en desuso o entidades estatales no explotadas adecuadamente, y darlos en arrendamiento a cooperativas no agropecuarias y emprendedores independientes.
“Se trata de espacios en lugares muy valiosos, y que ellos los están remodelando e incorporando su imagen cultural junto con los servicios. Entre ellos está el Café Paulina, dedicado a Paulina Álvarez, la emperatriz del danzonete cubano, en una de las esquinas más importantes del parque José Martí”, ejemplificó.
El parque José Martí, emblemático espacio de la ciudad de Cienfuegos.
Sin embargo, como el 90 por ciento de las edificaciones del Centro Histórico lo constituyen las viviendas, estas no son relegadas en los proyectos de la entidad.
Un programa junto con la Dirección de la Vivienda dirige el presupuesto hacia moradas de la zona declarada Patrimonio de la Humanidad, mediante un plan de erradicación de cuarterías y antiguos hoteles que son rehabilitados para convertirlos en viviendas decorosas. Respetando las regulaciones urbanas, estos inmuebles imprimen el sello del siglo XXI al Centro Histórico, aseguró Millán.
De acuerdo con el Conservador, “no solo se trabaja con las viviendas porque tengan valor patrimonial, sino que existen diferentes programas en inmuebles ubicados en el Centro Histórico que están necesitados de este accionar”.
Por otra parte, junto al Ministerio del Turismo trabajan en el rescate de varios hoteles que estaban ocupados por familias, entre ellos, el Ciervo de Oro, Florida y Bahía, para devolverles su vocación original de alojamiento.
“En estos casos, la población salió beneficiada porque no existe expropiación, ni desalojo, sino convenios y negociaciones con los propietarios para reubicarlos en nuevos destinos”, indicó.
Buena parte de las acciones constructivas las realizan jóvenes egresados de la Escuela de Oficios de la Oficina del Conservador. “Hemos graduado a 92 muchachos en ocho especialidades, luego de capacitarlos durante dos años. Hoy trabajan mayoritariamente en el sector privado o en cooperativas, lo que nos da posibilidad de contratar estos nuevos actores para restaurar inmuebles”, afirmó.
“Son esos los jóvenes que trabajan en la restauración de la Catedral de Cienfuegos, auspiciada por la Iglesia, y asesorada y aprobada por la Oficina, lo que permite se amplíe su radio de acción a todas las áreas de la ciudad”, enfatizó Millán.
Entre las singularidades de la gestión de patrimonio en la llamada Perla del Sur, a diferencia de otras urbes patrimoniales, está que no cuenta con un impuesto sobre las operaciones comerciales para la conservación.
“La Oficina tiene la autoridad necesaria para que todos los actores, con sus presupuestos, se subordinen al plan de manejo para el centro histórico, y son los tenientes estatales de las edificaciones quienes contribuyen al objetivo común de rescatar y desarrollar el Centro Histórico, como resultado de una voluntad política para dar continuidad a esta labor”, explicó. (2015)
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