Brasilia, 15 mar (PL) Esperado para hoy, el rumorado nombramiento como ministro del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva lo coloca de lleno en el ojo de la tormenta política que se abate sobre Brasil.
Las versiones sobre el supuesto ingreso de Lula al gabinete ministerial comenzaron a circular la semana pasada, cuando tres fiscales del estado de Sao Paulo solicitaron su prisión preventiva luego de denunciarlo por presuntos delitos de lavado de dinero -en la modalidad de ocultación de patrimonio- y de falsedad documental.
Los rumores ganaron ayer en intensidad y, según el servicio noticioso Brasil247, ya la presidenta Dilma Rousseff habría decidido nombrarlo al frente de la secretaría de Gobierno o de la jefatura de Gabinete (Casa Civil), en lo que anticipó la publicación sería una decisión de alto impacto.
De acuerdo con la propia fuente, Lula viajó a esta capital para encontrarse hoy con la jefa de Estado y comunicarle si aceptaba o no el ofrecimiento.
En el programa oficial de actividades del día, Rousseff solo tiene prevista una reunión en horas de la mañana y será con el ministro-jefe de la Casa Civil de la Presidencia, Jaques Wagner.
De cualquier manera, la oposición -en este caso el sector jurídico de los Demócratas (DEM)- anunció que prepara ya una acción legal que les permita suspender el nombramiento.
La asunción de una cartera ministerial otorgaría al exdignatario fueros privilegiados que lo pondrían fuera del alcance de la Operación Lava Jato, que desde la ciudad de Curitiba dirige el juez federal Sergio Moro, aunque podría ser investigado por el Supremo tribunal Federal.
La víspera, la jueza María Priscilla Ernandes declinó su competencia y puso el pedido de prisión preventiva presentado por fiscales paulistas contra Lula en manos de Moro, una decisión que de inmediato los abogados de la defensa del ex gobernante anunciaron que apelarán ante el Tribunal de Justicia de Sao Paulo.
Los defensores presentarán un recurso con el cual buscarán demostrar que los hechos investigados por el Ministerio Público paulista no guardan ninguna relación con la operación anticorrupción en manos de Moro, cuestionada desde diversos sectores por su carácter selectivo, mediático y el atropellos de garantías individuales.
En una carta abierta difundida el domingo tras las manifestaciones antigubernamentales, el teólogo Leonardo Boff pidió a Lula que se incorporara al aparato gubernamental como ministro, ante el riesgo de que se pierdan las conquistas alcanzadas por las administraciones petistas para los más vulnerables del país.
Con usted en la negociación estaremos seguros de contar con alguien que, con autoridad y poder de convencimiento, ayudará a conducir a una solución política y social que salve a nuestra frágil democracia y garantice la continuidad de las medidas sociales humanizadoras, subrayó.
Por otra parte, y en un extenso análisis de la actual situación en el país, el editor del sitio web Otras Palabras, Antonio Martins, consideró muy poco probable que el presidente se rehúse a asumir un puesto en el Ejecutivo y señaló que al menos desde un ministerio tendrá la posibilidad de luchar.
Advirtió, sin embargo, que para tener alguna posibilidad de éxito Lula deberá convertir su entrada en el Gobierno en una señal que permita avizorar un completo cambio de rumbo, de rescate de los compromisos con las mayorías y de disposición al diálogo.
Una nueva gobernabilidad tendrá que ser conquistada, pero en las calles y no en los traicioneros pasillos del Congreso Nacional, señaló.
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