"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

viernes, 3 de junio de 2016

Largometraje cubano transita por circuitos alternativos de proyección

La ópera prima de ficción de la joven directora cubana Jessica Rodríguez recorre otros caminos a la espera de ser proyectada en las salas de estreno de Cuba.

La cinta narra la historia de una mujer ciega y solitaria, cuya vida se altera cuando un fugitivo irrumpe por la fuerza en su casa.
La cinta narra la historia de una mujer ciega y solitaria, cuya vida se altera cuando un fugitivo irrumpe por la fuerza en su casa.
Foto: Tomada de youtube.com
La Habana, 3 jun.- Aunque se estrenó en 2015 durante el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, la película Espejuelos oscuros todavía no se proyecta en los circuitos nacionales cubanos, como es habitual con los largometrajes producidos cada año.
Una exhibición del filme, dirigido por la joven Jessica Rodríguez, tuvo lugar esta semana en el espacio Cine Bajo las Estrellas, que organiza la Embajada de Noruega en Cuba  en su cancha de frontenis los últimos martes y miércoles de cada mes.
Los actores protagónicos de la cinta, Laura de la Uz y Luis Alberto García, contaron en la sede diplomática sus experiencias en el rodaje, intercambiaron con los espectadores y respondieron sus preguntas.
Jessica Rodríguez es una joven cineasta cubana a la que también le apasiona la literatura.
Jessica Rodríguez es una joven cineasta cubana a la que también le apasiona la literatura.
Foto: Tomada de cocalecas.net
“Para Laura y para mí fue una experiencia muy buena. Acabábamos de filmar Vestido de Novia, que dirigió Marilyn Solaya, y nos pareció maravilloso participar de nuevo en otra película a cargo de una mujer, una joven llena de talento: Jessica Rodríguez”, dijo García.
Compartió que “con Jessica trabajamos de manera conjunta y fue muy receptiva a todas las sugerencias. La convencimos para que rebajara un poco la carga literaria del guion y así hacerlo más visual”.
A su juicio, “resultó todo un reto interpretar cuatro personas distintas en épocas diferentes, hubo un trabajo de mesa intenso, se discutió mucho sobre cada una de las historias. Nos esforzamos para que se hablara según la época”.
Ejemplificó que su personaje, Mario, “es un marginal, un delincuente, pero si tenía la jerga propia de esas personas, creo que solo me comprenderían en algunos barrios de La Habana y la idea era hacerlo entendible también en otras latitudes”.
“De hecho, Mario fue el personaje que más me costó, todavía no estoy muy convencido de haber logrado un delincuente creíble”, amplió.
García especificó que “Espejuelos oscuros se hizo prácticamente sin dinero”
“A veces siento que le falta algo de empaque”, añadió, “el cine es caro y alegre: así son las reglas del juego. Y realizar una película de época sin plata resiente la cinta. No hay dinero para pagar extras y costear los carros de época… todo eso afecta”.
García recordó las diversas vicisitudes del rodaje y lo complicado que fue filmar las escenas en un bohío del campo. “Lo que debía tomar 10 días tuvimos que hacerlo en minutos porque una auditoría estatal llegó a la finca y nos sacaron de ahí”, apuntó.
Amplió que “con el vestuario fue otra tragedia para conseguir armas creíbles, el uniforme de la policía de los años 50 (del siglo XX) y la utilería de esa época”.
Agradeció además a la Embajada de Noruega por el apoyo que dan a los cineastas más jóvenes, con financiamiento y espacios para la proyección.
Según Laura de la Uz, la cinta le interesó desde el primer momento porque trataba de psicologías de mujeres distintas, sin prejuicios.
“Esperanza, la protagonista, es un personaje muy rico para cualquier actriz”, consideró.
Especificó que, “en Espejuelos oscuros, Luis Alberto y yo tuvimos el gusto de volver a estar juntos después de filmar recientemente Vestido de novia: coincidir en una película es algo que siempre deseamos”.
“Pero además de meterme en la piel de Esperanza, tuve que encarnar otros tres roles femeninos. Cada una de ellas se trabajó de forma independiente pues sus historias son pequeños cuentos”, detalló.
De la Uz también recordó el incidente en el bohío, que se desarmó de “corre-corre” en la finquita y luego, lo volvimos a montar lo más fiel posible en los Estudios Cubanacán, del estatal Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos.
Y en la Universidad de La Habana tampoco permitieron filmar, resaltó.
Pese a los obstáculos, la cinta logró hacerse realidad y en los primeros meses de 2016 recorrió festivales de cine como el de Chicago y Miami.
Según la página oficial del Chicago Latino Film Festival, “en su primer largometraje, Jessica Rodríguez le da un giro cubano a los cuentos clásicos de Las mil y una noches, mientras rinde un homenaje a la igualmente clásica película de Humberto Solás, Lucía”. (2016)

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