Un estudio compara en qué modo afectan a la sociedad y cómo mejoran su calidad de vida la solución de problemas de salud, afectivos, económicos y laborales.
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Un estudio realizado por la universidad London School of Economics (LSE) de Londres (Reino Unido) entre 20.000 encuestados de todo el mundo concluye que lo más importante para ser feliz son las relaciones sociales y la salud física y mental, por encima de los factores económicos, siendo la salud mental el mayor indicador de la felicidad individual, informa NDTV.
En el estudio, en el que se empleó un medidor de porcentaje de felicidad y miseria de cada persona, se comprobó que tener pareja aumentaba en un 0,6% el nivel de felicidad, mientras que una separación o la muerte de la pareja tenía el mismo impacto a la inversa.
Asimismo, la depresión o los desórdenes de ansiedad reducen la felicidad en un 0,7%.
Acabar con estos problemas de salud mental ayuda a reducir el nivel de infelicidad en un 20%, en comparación con el 5% que tan solo se obtiene al acabar con la pobreza.
"El Estado siempre se ha ocupado de los problemas de pobreza, desempleo, educación y de salud, pero también son igual de importantes los problemas de violencia doméstica, alcoholismo, depresión, aislamiento juvenil, ansiedad y otros muchos", señala el coautor del estudio, Richard Layard.
"La felicidad se ve muy influenciada por los valores de una sociedad. Por ejemplo, la felicidad es mayor en sociedades donde la gente confía en los demás, al igual que la libertad", que son dos barómetros que se pueden emplear para ver cuán feliz es la gente, según Layard. "Nadie que aspire a la felicidad puede querer un Estado totalitario", apunta.
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