"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

miércoles, 1 de febrero de 2017

Los caminos antiguos de un mercado moderno

Hace casi un siglo un edificio de dos plantas, con sótano y un paso a nivel hacia otra edificación de la manzana aledaña, irrumpió en la arquitectura habanera para convertirse en una de las más emblemáticas construcciones comerciales de la época

1 de Febrero del 2017 0:58:57 CDT

El Mercado de Cuatro Caminos ha perdido por completo su esplendor, comentó hace unos años un longevo vecino del lugar que aún recuerda haber recorrido sus establecimientos de la mano de su madre y hermanos, subir y bajar sus majestuosas escaleras, e incluso degustar las ofertas gastronómicas de su segundo piso.

Sin embargo, ni él, nacido y criado en la misma barriada donde se ubica el edificio —enmarcado en las calles Monte, Cristina (hoy avenida México), Matadero y Arroyo (avenida Manglar)—, recuerda en qué momento comenzó a acentuarse su deterioro, cuándo la planta alta cerró las puertas al público debido al mal estado de su cubierta, ni cómo su primer nivel fue ocupado por un mercado agropecuario y otros negocios particulares.

Lo que sí conoce muy bien es que hace tres años alrededor de sus añejas estructuras no se evidencia la muchedumbre de pueblo que acudía diariamente a sus puntos de venta, ni se escucha la algarabía de los comerciantes mezclada con la música de algunos establecimientos, ni se percibe el olor a flores en sus extensos portales que, además, protegían del sol y la lluvia a los transeúntes.

Una cerca perimetral limita desde entonces el acceso al edificio, y anuncia que el Grupo de Inversiones Cimex proyecta en sus instalaciones la construcción del Centro Comercial Mercado Único de Cuatro Caminos, con fecha de culminación para diciembre de 2019, en saludo al aniversario 500 de la ciudad de La Habana.

«Este es un proyecto muy ambicioso y complejo por el valor histórico y arquitectónico de la casi centenaria edificación declarada Monumento local y poseedora del segundo grado de protección establecido por la Comisión Nacional de Monumentos en su Decreto 55 de 4 de agosto de 1977,# para garantizar un mínimo de modificaciones controladas a la estructura original», explicó Emilio Morales Rúa, especialista principal del equipo de inversiones de esa entidad.

En este sentido, argumentó, que desde hace tres años sus proyecciones han estado encaminadas a devolverle el esplendor que caracterizó siempre a este símbolo de la arquitectura capitalina.

«Ser lo más respetuosos posible con las características del inmueble, y conservar la mayor cantidad de aspectos, principalmente las fachadas, las estructuras metálicas y los accesos, ha sido siempre nuestra premisa. Contratar a la Empresa Nacional de Investigaciones Aplicadas (ENIA) del Ministerio de la Construcción fue vital en este proceso», dijo.

«El estudio diagnóstico realizado por sus expertos sobre el terreno permitió no solo evaluar el estado constructivo del edificio sino, las mejores vías y materiales modernos de la química de la construcción a utilizar para recuperar el valor estructural del edificio», dijo.

Unido a esto, y para emprender la colosal tarea constructiva en el inmueble, los especialistas, dividieron sus casi 20 000 metros cuadrados —10 000 en cada planta— en cuatro cuadrantes según las intersecciones de sus calles limítrofes lo que, aseguran, les facilitará completar con mayor eficiencia el plan propuesto en consonancia con la disponibilidad de materiales y la mano de obra contratada: la cooperativa no agropecuaria ArqDCons.

Así, tras culminar la demolición y desmontaje de los añadidos incorporados por los antiguos arrendatarios del mercado agropecuario que funcionaba en la primera planta, y la limpieza total de las estructuras, desde finales del pasado año se trabajo en la zona 1 comprendida en la esquina de Matadero y Cristina, la más compleja según los expertos, por comprender la cisterna y el sótano, ambos necesitados de una fuerte intervención, que además de recuperar sus instalaciones, permitirá adaptarlas a las necesidades del nuevo inmueble.

Una vez concluida esta fase restauradora en las demás zonas —la 2 en Esquina de Cristina y Arroyo, la 3 en Esquina de Arroyo y Monte, y la 4 en Esquina de Monte y Matadero—, el cronograma general de inversiones prevé el comienzo de las labores de remodelación en el resto de la obra.

Las cimentaciones, la estructura, las instalaciones hidrosanitarias, la electricidad, el montaje de sistemas y equipos tecnológicos, las corrientes débiles, el montaje de equipos no tecnológicos, la colocación y montaje de mobiliario, y, finalmente, las áreas exteriores, ocuparán un gran porciento del tiempo disponible antes de la fase final de desactivación y puesta en explotación de las nuevas instalaciones.

Un proyecto visionario

Un centro comercial único de su tipo en el país que sirva de referencia para futuras y similares construcciones es el principal objetivo de quienes desde 2014 se encuentran al frente del otrora Mercado Único de Cuatro Caminos.

Proyectar las nuevas áreas de servicio en función de materiales modernos, pero compatibles y respetuosos con la estructura original del inmueble, tomando como premisa el rescate de sus valores patrimoniales, ha sido todo un reto para el equipo de trabajo, el cual, además, propone con esta obra la conjugación armoniosa y novedosa de la actividad estatal y no estatal en sus instalaciones.

La segunda planta del inmueble estará ocupada en su mayoría por una moderna tienda de artículos para el hogar, una cafetería y algunas oficinas; en la primera se ubicará un mercado perteneciente a la cadena Cimex, una licorería, una confitería, los almacenes del edificio y una enorme área al servicio de los trabajadores por cuenta propia, que representará casi el 60 por ciento de ese nivel.

«Ceder tan importante espacio a este sector incrementa la función social de un espacio históricamente ligado a los municipios donde se encuentra enclavado —La Habana Vieja y Cerro—, no solo por los servicios que les brinda, sino por la importante fuente de empleos que representará para sus habitantes, los que ya laboraban ahí antes de la intervención de Cimex y los nuevos que quieran sumarse», argumentó el arquitecto Yosbel Hernández Peñate, proyectista principal de la obra.

Un solo detalle precisan los especialistas, quienes desempeñen aquí sus actividades, en la modalidad que sea, deben respetar el diseño general de la edificación, acogerse a la estética que defienden desde sus primeros momentos. El Grupo Empresarial Cimex, por su parte, como titular del inmueble, velará por las remodelaciones que demanden el total y correcto funcionamiento de todas sus áreas.

«Es nuestro interés que el establecimiento responda a los más modernos estilos de diseño, en cuanto a ordenamiento de los espacios, el mobiliario, la iluminación, y los colores a emplear en cada uno. Hasta la tarimas y anaqueles de exhibición de los productos seguirán las más actuales tendencias internacionales», puntualizó el especialista Emilio Morales Rúa.


Emilio Morales Rúa

Entre las características que quieren introducir en este tipo de centro comercial de avanzada, destacan la presentación de los productos mobiliarios. Siguiendo el concepto y estándar internacional que el espacio disponible les posibilita, los especialistas se proponen venderle al cliente no solo una silla o una cama, sino el diseño de toda la habitación donde serán ubicadas.

De modo que la sección donde estos productos se exhiban estará conformada por pequeños sets que simularán espacios de un hogar, e incluirán, además de los muebles, otros artículos decorativos como lámparas, alfombras y cortinas, que ayuden a crear un ambiente hogareño más moderno, más acogedor. Venderán una cultura del diseño de interiores. «Nuestro mayor reto radicará entonces en mantener actualizadas y variadas las ofertas, con opciones y precios asequibles a las necesidades y gustos de cada familia», afirmó.

Otras iniciativas propuestas por los inversionistas a cargo del proyecto, es el establecimiento de un área para vendedores ambulantes en el primer nivel, específicamente destinada a los tan populares carritos de comida, que contribuirán a la diversificación de las ofertas gastronómicas del complejo.
En armonía con el entorno y el medioambiente

En cuanto a los elementos más decorativos que integrarán el diseño general del Centro Comercial, el arquitecto Hernández Peñate explicó que uno de sus principales objetivos es recuperar los cuatro enormes relojes de las fachadas, que orientaron desde tiempos remotos a los transeúntes y visitantes del establecimiento.

«En la entrada principal por calle Monte se instalará un par de escaleras mecánicas que, junto a modernos elevadores de carga y pasajeros, mejorarán e incrementarán el acceso de los clientes y mercancías al segundo nivel», subrayó.


Arquitecto Yosbel Hernández Peñate.

Las fachadas simularán las originales de piedra erigidas en 1920, pero con ligeros toques de modernidad; los pisos, luego de una necesaria nivelación, serán totalmente de granito; y en los techos se utilizará la tecnología IKO —cubierta ligera que incorpora una barrera para el aislamiento del inmueble—, muy empleada en nuestras instalaciones hoteleras por su resistencia y compatibilidad con nuestro clima tropical.

Los grandes ventanales tipo louver que distinguieron siempre al Mercado y han sufrido numerosas reformas con el paso de los años, serán otro punto neurálgico de la restauración. Según Hernández Peñate, los actuales de acero y cristal, muy deteriorados ya, serán sustituidos por unos de diseño similar a los primeros, que brindarán la elegancia e iluminación propias de este tipo de local.

En cuanto a las grandes arcadas que reciben al visitante desde todos sus puntos, señaló que es de interés de los proyectistas mantener abierto el local, pero emplearán puertas de corredera en cada una para preservar los bienes una vez cerrados los establecimientos.

Otro punto de vital importancia en la remodelación, destacó el arquitecto, es el sistema de drenajes, muy afectado por el paso de los años y el desuso al que fueron sometidos hasta el momento. Para ello se proponen reactivar lo que sea factible y sustituir el resto.

En la esquina de Monte y Matadero, una de las más dañadas con las inundaciones por el bajo nivel que presenta con respecto al resto de la edificación, se trabaja para mejorar la calidad del sistema de alcantarillado y evitar que este elemento afecte la estabilidad del nuevo edificio.

Por último, el proyecto prevé la inclusión de paneles solares en su cubierta, por la importancia que representa el uso de energías renovables en un establecimiento que, por las características de iluminación y climatización que demanda, será un gran consumidor de energía eléctrica. Según los expertos, su empleo podrá generar alrededor del 60 por ciento del total de la energía que necesitará la edificación.
Único de su tipo

Sobre la historia de esta emblemática construcción habanera de dos plantas, con sótano y un paso a nivel hacia otra edificación de la manzana aledaña, bautizada en 1920 como Mercado General de Abastos y Consumo Único —para simplificar Mercado Único, y popularmente conocido como de Cuatro Caminos—, escribió en las páginas de nuestro diario el colega Ciro Bianchi Ross:

«Construido a un costo de 1 175 000 pesos, fue una concesión del Ayuntamiento de La Habana a favor de Alfredo Hornedo y Suárez, quien gracias a esa licencia lo operó durante 30 años, y algún tiempo después de su vencimiento, con ligeras variantes. Lo de Único se debía a que dicha autorización prohibía la apertura de un establecimiento similar en un radio de dos kilómetros y medio y de casillas de expendio —puestos de viandas y frutas— en 700 metros a la redonda.

«No había allí espacios subutilizados. Un humilde metro cuadrado podía producir al que lo operaba ganancias de consideración, por no hablar de las grandes tarimas para el expendio al por mayor. Era como una colmena», explicó.

Sobre su distribución interna varias fuentes digitales refieren que en el sótano estaban los almacenes, depósitos y cámaras de refrigeración; y que contaba en su interior con cuatro escaleras de mármol, seis elevadores y un patio central donde se situaban todos los puntos de venta. Las tarimas de productos en la planta baja eran destinadas para viandas, hortalizas, frutas y otras variedades, mientras en la segunda se ubicaban bodegas, carnicerías, pescaderías y pequeños establecimientos gastronómicos. El gran bullicio, la cantidad, variedad y calidad de ofertas era la exclusividad de este establecimiento, así como sus precios.
El mercado en tres tiempos

1940


2016


2019


Modelación digital cortesía del Grupo de Inversiones Cimex




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