"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

jueves, 21 de mayo de 2020

Las veleidades y frustraciones del senador Marco Rubio


Por: Tony López R. (*) 

Las noticias llegadas de Washington, lamentablemente, no auguran para los estadounidenses nada de que alegrarse, no solo por la crisis de salud y la Pandemia del Covid -19, también deben preocuparse por la designación del senador Marco Rubio García, como Presidente Provisional del Comité de Defensa e Inteligencia del Congreso, porque este es un señor de la guerra. 

Esa designación, en la presidencia de este poderoso comité, debe ser leída como una propuesta y decisión del sector republicano agrupados en el ultraderechista Tea Party, para darle apoyo legislativo a la carrera belicista e intervencionista de la administración Trump, grupo del cual forma parte Marco Rubio y se dedican a fomentar guerras donde ellos consideran que pueden obtener ganancias y subordinar esos gobiernos a sus intereses. 

No es una especulación afirmar que esta designación puede estar vinculada a una irracional decisión de intervenir militarmente en Venezuela. Eliminar la Revolución Bolivariana es el objetivo prioritario que los asesores de Trump le han indicado para ganar las elecciones el próximo mes de noviembre y es por esa razón que se justifica promover a Marco Rubio para que ocupe ese cargo pues se trata de uno de sus principales aliados en esta cruzada. 

Derrocar el gobierno revolucionario e imponer un gobierno subordinado a Washington, presidido por un títere como Juan Guiadó, quien, obviamente, entregaría a las grandes transnacionales todas las riquezas minero - energéticas que posee Venezuela y que, según el contrato que firmó con la agencia estadounidense Silvercorp, del mercenario Jordán Goudreau, se trata de eliminar toda la constitucionalidad e institucionalización de la Nación, y licencia para asesinar a todos los dirigentes y personalidades vinculadas al gobierno bolivariano. 

El otro objetivo, eliminar el foco infeccioso que representa Venezuela para América Latina y el Caribe y con ella Cuba, ambas Revoluciones que han sido ejemplo de integración, de solidaridad con sus pueblos hermanos, especialmente los países caribeños y centroamericanos que recibieron un apoyo muy importante en el marco del ALBA y del TPC, que se extendió a Sur América en el Ecuador de Rafael Correa y la Bolivia de Evo Morales. 

El objetivo estratégico es borrar las ideas y ejemplos de Bolívar y Martí, que guiaron a los dos grandes líderes de esta época, Fidel Castro y Hugo Chávez, y que protagonizaron esta gesta libertaria en los albores del Siglo XXI frente al imperialismo yanqui. 

Marco Rubio es el alfil más importante en este ajedrez político y pieza de Trump para manejar el tema cubano- venezolano, el senador cuenta con el respaldo de la mafia cubana-americana y venezolana de Miami, además tiene estrechas relaciones con el colombiano senador Álvaro Uribe Vélez y el actual presidente Iván Duque, cuyos vínculos con el narco paramilitarismo ha sido públicamente denunciado por la revista Semana y los destacados periodistas Gonzalo Guillen en Nueva Prensa y Julián Martínez, en la reciente entrevista a estos colegas de la prestigiosa periodista María Jimena Duzán, para la Revista Semana. 

No es de extrañar estas relaciones de Marco Rubio con la dirigencia narco paramilitar de Colombia y los lazos, actualmente, ocultos o censurados por los medios de Miami, y el escándalo que se produjo en 1987, por la relación familiar de Marco con su cuñado Orlando Cicilia de Paula, perteneciente a la poderosa banda de narcotraficantes dirigida por Mario Tarrau. 

Este escándalo, relacionado con el narcotráfico, ocultado por Rubio en su currículo cuando aspiraba a un escaño al Congreso, lo marcó como mentiroso por su sospechosa omisión y fue objeto de diversos comentarios, cuando en la mitad de la década del 80, Marco y sus padres vivían en la residencia de su hermana Bárbara y Orlando en Wes Kendall, vivienda donde se escondía la cocaína que pertenecía a la poderosa organización de narcotraficantes que dirigía Mario Tarrau. Y por la que Orlando fue penado a 20 años de cárcel, que no llegó a cumplir totalmente por gestiones de Rubio cuando fue electo representante a la Cámara de los Estados Unidos. 

En esa residencia vivieron hasta 1985 pero, muy sospechoso, Marco continuaba visitando dicha residencia, con el pretexto de cuidar a los perros de la pareja Cicilia-Rubio, en esa época con 16 años, según su biógrafo Manuel Roig, “la propia policía declaraba que era imposible que Marco no conociera de la existencia de la droga”, cuando no solo residió, según él, por un mes, sino que continuó visitando dicha vivienda hasta que en 1987 fue confiscada. 

Desde hace algunos años, Marco Rubio, se vinculó a la tarea de provocar el derrocamiento del gobierno de Maduro, lo hizo siempre, pero con más fuerza cuando fue candidato a la presidencia de Estados Unidos porque el tema de Venezuela era un punto importante en la agenda bipartidista, tanto Demócratas como Republicanos se han planteado eliminar la Revolución Bolivariana, quien logre ese objetivo tendrá el total apoyo del llamado “poder profundo” en los Estados Unidos. 

El senador Rubio fue uno de los promotores del Concierto Aid Live Venezuela, previo a participar el 23 de febrero pasado 2019, junto al presidente colombiano Iván Duque, el mercenario Luis Almagro, y los presidentes de Chile y Paraguay, acompañando al autoproclamado Juan Guaidó, quien ingresó clandestinamente a territorio colombiano escoltado y guiado por miembros Cartel de los narcoparamilitares Los Rastrojos. 

Ese hecho violento, que tenía el propósito tratar de ingresar, ilegalmente, una supuesta ayuda humanitaria, provocó del lado venezolano varios muertos y heridos en el cruce fronterizo Colombia-Venezuela, una mas de las frustraciones del senador Marco Rubio, no fue desde Venezuela de donde partió la violenta acción, fue del lado Colombiano tal como lo reportó, el New York Time, con video incluido, desmintiendo la versión colombiana y siguen mintiendo, como lo hizo hoy en su intervención de este 20 de mayo, el embajador Guillermo Fernández de Soto, ante el Consejo de Seguridad. 

Por último, el gran escándalo que se ha producido que vincula al ex congresista cubano americano, David Rivera de reconocida posición contra los gobiernos de Cuba y Venezuela, en un escándalo de estafa o fraude, por una demanda puesta por el gobierno bolivariano de Venezuela en su contra, quien en el año 2017 fue contratado por la empresa PVDSA, o sea pese a su postura negativa por el presidente Maduro, y de sus relaciones íntimas con Marco Rubio, aparece involucrado en un escándalo que lo vincula a dicha empresa perteneciente al Estado venezolano, que lo involucra en una estafa de 50 millones de dólares, de los cuales había recibido 15 millones, un dineral nada despreciable para que Rubio perdone a su amigo Rivera, o no es descartable que sea cómplice. Tal vez de ese dinero se le ayude a su próxima campaña electoral. 

Solo así puede explicarse la conducta de Rivera y Rubio, todos estos escándalos se suman a las frustraciones del senador, ligado a los hechos de Cúcuta, y las intentonas de un grupúsculo de militares disidentes, la mayoría respondiendo al narco-general Clever Alcalá que con Leopoldo López y Guaido en abril del 2019 organizaron otro conato fracasado. Y el desastre que representó para los gobiernos de Estados Unidos y Colombia, al ser derrotado el desembarco de mercenarios venezolanos y dos estadounidenses por las playas de Macuto, Estado de Guárico, y por el de Falcón, tema por el cual Rusia ha solicitado hoy 20 de mayo, tratar en una reunión del Consejo de Seguridad. 

Resulta, igualmente bochornoso, que la Unión Europea no solo apoye a un gobierno inexistente con un fantoche como Juan Guaidó y mucho más grave que naves militares pertenecientes a la OTAN estén cercando los mares adyacentes a las costas venezolanas, lo que puede ser el preludio de una intervención militar en Venezuela, mientras en sus países mueren miles de sus ciudadanos, es desgarrador que miles de seres humanos como consecuencia de la Pandemia estén en peligro de perder sus vidas y algunos gobiernos ausentes a esa desgracia, agitan junto a Estados Unidos y Colombia las banderas de la guerra contra Venezuela. 

Las frustraciones de Rubio, no solo se relacionan con las ya arriba apuntadas, también todos los esfuerzos y trabajo de influencia que realizó con delegaciones miembros de la OEA para lograr la condena del gobierno venezolano y así poder justificar, legalmente, una intervención militar a través del TIAR y respaldo de la OEA, las condenas nunca fueron logradas, a pesar de que junto con el Secretario General de la OEA, el mercenario Luis Almagro, presionaron y chantajearon a muchos gobiernos. 

Venezuela al final salió definitivamente de la OEA y junto a Cuba son los dos países latinoamericanos que no forman parte de esta desprestigiada organización que, subordinada al Departamento de Estado, que continúa violando el primer punto de la Carta fundacional de este ministerio de colonia y por lo tanto ninguna decisión que se tome en la OEA puede aplicarse a ambos países. 

La última jugada de Rubio contra Venezuela fue la de promover la designación de Carlos Trujillo, cubano americano y ex congresista estatal de la Florida, como embajador de Estados Unidos ante la OEA, quien tuvo la tarea de que en plena complicidad con el Secretario de la OEA Luis Almagro, se reconociera al inexistente gobierno de Guaidó y se nombrara a un “embajador” que recayó en el derechista opositor Gustavo Tarre Briceño, que no representa a ningún Estado y ejerce fraudulentamente ese cargo. 

Plena violación al Derecho Internacional y de la Carta de la OEA y una vergonzosa conducta de los gobiernos que se prestaron a esta felonía, lo que cada día es más ilegítimo este ente multilateral. Sencillamente la Carta de la OEA establece que solo pueden estar representados los Estados y no por Juan Guaidó un individuo que no representa a nadie, designado por el presidente de los Estados Unidos Donald Trump y el propio Guaidó se juramentó al día siguiente que Trump dijera que él era el Presidente, fue a una plaza pública con un grupito de seguidores y se autoproclamó presidente de Venezuela. Esto es simplemente además de ilegitimo, antidemocrático y vergonzoso. 

Por su “exitosa faena en la OEA” Trujillo ha sido nominado por Trump al cargo de Subsecretario de Estado para el hemisferio occidental, es así como Trump, entrega cada vez más el manejo a estos conocidos enemigos de Cuba, Venezuela y Nicaragua, a los sectores más comprometidos con la mafia cubana americana, venezolana y nicaragüense, cuya cabeza política e ideológica visible sigue siendo Marco Rubio. Cuyo historial vinculado familiarmente a temas del narcotráfico y a sus fallidas y frustradas acciones contra Venezuela, no parece tener una buena reputación para que sea aprobado para cargos tan importantes en el Congreso de los EE: UU, es el Congreso quien pierde prestigio y autoridad con semejante personaje a una responsabilidad tan estratégica. 

(*) Periodista, politólogo y analista internacional. 

La Habana, Cuba 20 de mayo del 2020. 13:30 hras.






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