Escrito por AP
Para agradecer las bondades del viejo año y llamar a la prosperidad en el próximo, santeros y feligreses de las religiones afrocubanas esparcieron la sangre de un chivo y varios gallos en el patio del Mercado de Cuatro Caminos, así como frutas y flores: un homenaje a Eschu-Elegbara, divinidad de los mercados y protector del universo.
Nacida del sincretismo entre las tradiciones africanas traídas por los esclavos negros y las creencias católicas, la santería cubana es actualmente la principal religión en la isla donde millones de personas siguen sus enseñanzas y practican sus ritos.
Para agradecer las bondades del viejo año y llamar a la prosperidad en el próximo, santeros y feligreses de las religiones afrocubanas esparcieron la sangre de un chivo y varios gallos en el patio del Mercado de Cuatro Caminos, así como frutas y flores: un homenaje a Eschu-Elegbara, divinidad de los mercados y protector del universo.
Nacida del sincretismo entre las tradiciones africanas traídas por los esclavos negros y las creencias católicas, la santería cubana es actualmente la principal religión en la isla donde millones de personas siguen sus enseñanzas y practican sus ritos.
Varios cientos de personas se congregaron el lunes en el mercado más importante de la capital. Cantaron, tocaron sus tambores sagrados y sacrificaron animales para despedir al 2013 y renovar sus esperanzas de cara al 2014.
La administración del Mercado de Cuatro Caminos autorizó este año la colocación de la suerte monolito de cemento y piedra en el patio, a donde también entran los camiones cargados de productos agropecuarios, perfumando al lugar con el olor de naranjas, frutas y vegetales al conjunto de paredes desconchadas.
"Estas ofrendas se hacían aquí desde 1996, pero ahora logramos que nos permitieran dejarla permanente", explicó a la AP, el babalawo --sacerdote-- Víctor Betancourt, quien dirigió la ceremonia.
Frente a curiosos y creyentes, muchos vestidos de blanco, con gorros religiosos y atributos de santería los religiosos instalaron una suerte montículo piramidal, sobre el que se colocó una cabeza tallada y tocada con una corona de caracoles.
"Representa a Eschu-Elegbara", manifestó Betancourt. "Divinidad de los mercados y el comercio y policía del universo", agregó.
Varios babalawos y feligreses bailaron al son de los tambores batá --consagrados-- acompañados de cantos ceremoniales en lengua yoruba, mientras se ofrecía a la deidad pedazos de coco y sandía, se le escupía ron y se le entregaba caramelos y flores.
Un chivo y varios gallos fueron sacrificados ante la imagen y su sangre bañó al ícono.
"Muchos de los babalawos trabajan aquí (en el Mercado)", comentó Betancourt, reconocido entre sus pares religiosos de la isla por su conocimiento de la santería y las tradiciones yorubas. "Este año fue bueno, fue próspero", indicó.
Para el sacerdote se cumplieron las profecías o "Letra del Año" difundida en septiembre del 2013 y en la cual se hablaba de la limpieza del universo de flagelos como la corrupción, las malversaciones y la delincuencia.
"El 2014 será de germinación luego de que la tierra ha sido limpiada", aseguró esperanzado.
La administración del Mercado de Cuatro Caminos autorizó este año la colocación de la suerte monolito de cemento y piedra en el patio, a donde también entran los camiones cargados de productos agropecuarios, perfumando al lugar con el olor de naranjas, frutas y vegetales al conjunto de paredes desconchadas.
"Estas ofrendas se hacían aquí desde 1996, pero ahora logramos que nos permitieran dejarla permanente", explicó a la AP, el babalawo --sacerdote-- Víctor Betancourt, quien dirigió la ceremonia.
Frente a curiosos y creyentes, muchos vestidos de blanco, con gorros religiosos y atributos de santería los religiosos instalaron una suerte montículo piramidal, sobre el que se colocó una cabeza tallada y tocada con una corona de caracoles.
"Representa a Eschu-Elegbara", manifestó Betancourt. "Divinidad de los mercados y el comercio y policía del universo", agregó.
Varios babalawos y feligreses bailaron al son de los tambores batá --consagrados-- acompañados de cantos ceremoniales en lengua yoruba, mientras se ofrecía a la deidad pedazos de coco y sandía, se le escupía ron y se le entregaba caramelos y flores.
Un chivo y varios gallos fueron sacrificados ante la imagen y su sangre bañó al ícono.
"Muchos de los babalawos trabajan aquí (en el Mercado)", comentó Betancourt, reconocido entre sus pares religiosos de la isla por su conocimiento de la santería y las tradiciones yorubas. "Este año fue bueno, fue próspero", indicó.
Para el sacerdote se cumplieron las profecías o "Letra del Año" difundida en septiembre del 2013 y en la cual se hablaba de la limpieza del universo de flagelos como la corrupción, las malversaciones y la delincuencia.
"El 2014 será de germinación luego de que la tierra ha sido limpiada", aseguró esperanzado.
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