Ciego de Ávila, 27 dic (AIN) Industrias de la provincia de Ciego de Ávila están preparadas para comenzar en enero la zafra del tomate, con el objetivo de procesar unas 32 mil toneladas que sustituyen importaciones.
Los centros alistados con esos fines son la fábrica de Florencia, la de Majagua y la de Ceballos, cuyos trabajadores producirán pasta, salsa y puré para los mercados locales y las instalaciones de turismo.
Cosecheros experimentados en el cultivo de este vegetal contrataron unas 18 mil toneladas para el combinado industrial de Ceballos, mientras el resto será suministrado a las otras dos unidades empresariales de base, dijo a la AIN Pedro Díaz González, especialista de la Agricultura.
Ese complejo fabril, perteneciente al Ministerio de la Agricultura, ha transformado sus estructuras mediante un proceso inversionista que le permite modernizar sus tecnologías de casi 30 años de explotación.
Una de las líneas ampliadas es la de enlatados de tomate, que facilita comercializar alimentos en los polos turísticos y mercados locales con mejor factura y comparables con los que se expenden en el exterior, indicó Rodolfo Morales Pérez, su director.
Prácticamente el ciento por ciento de esa hortaliza, destinada especialmente a las conservas, está en manos de campesinos, en tanto la que se cosecha en organopónicos se vende directamente a la población porque son variedades no aptas para su procesamiento fabril.
Las cooperativas de producción agropecuaria y de crédito y servicios esperan cumplir en enero su plan de siembra de la campaña invernal, ascendente a dos mil hectáreas, de las cuales ya superaron las mil 500.
Los centros alistados con esos fines son la fábrica de Florencia, la de Majagua y la de Ceballos, cuyos trabajadores producirán pasta, salsa y puré para los mercados locales y las instalaciones de turismo.
Cosecheros experimentados en el cultivo de este vegetal contrataron unas 18 mil toneladas para el combinado industrial de Ceballos, mientras el resto será suministrado a las otras dos unidades empresariales de base, dijo a la AIN Pedro Díaz González, especialista de la Agricultura.
Ese complejo fabril, perteneciente al Ministerio de la Agricultura, ha transformado sus estructuras mediante un proceso inversionista que le permite modernizar sus tecnologías de casi 30 años de explotación.
Una de las líneas ampliadas es la de enlatados de tomate, que facilita comercializar alimentos en los polos turísticos y mercados locales con mejor factura y comparables con los que se expenden en el exterior, indicó Rodolfo Morales Pérez, su director.
Prácticamente el ciento por ciento de esa hortaliza, destinada especialmente a las conservas, está en manos de campesinos, en tanto la que se cosecha en organopónicos se vende directamente a la población porque son variedades no aptas para su procesamiento fabril.
Las cooperativas de producción agropecuaria y de crédito y servicios esperan cumplir en enero su plan de siembra de la campaña invernal, ascendente a dos mil hectáreas, de las cuales ya superaron las mil 500.
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