Huber Matos Benítez, uno de los comandantes más cercanos a Fidel Castro durante la campaña del líder cubano que derrocó a Fulgencio Batista, falleció este jueves a los 95 años de edad en Miami, Estados Unidos.
BBC En un comunicado difundido este jueves, la familia confirmó que Matos falleció durante la madrugada de este 27 de febrero, después de haber ingresado el día 25 en el Hospital Kendall Regional donde se le diagnosticó un ataque masivo del corazón.
Según informó su familia, Matos pidió que le retiraran el equipo que lo ayudaba a respirar porque quería despedirse de su esposa María Luisa Araluce y de sus hijos y nietos.
Matos, quien renunció a su cargo de comandante en la provincia de Camagüey en 1960, fue juzgado por sedición y condenado a 20 años de prisión.
Fue el primer jefe de la guerrilla que se estableció en la Siera Maestra que fue procesado acusado de acciones contrarrevolucionarias, junto con varios de sus principales colaboradores.
Durante años su caso se convirtió en el centro de campañas internacionales para lograr su liberación y hasta se especuló muchas veces que podría ser canjeado por notables izquierdistas encarcelados en otros países, como el francés Regis Debray, quien por aquellos mismos años cumplía prisión en Bolivia.
Exilio activo
Cuando Matos cumplió su condena en 1979, fue sacado directamente de la cárcel y entregado a una comitiva del gobierno de Costa Rica que inmediatamente lo trasladó a San José.
Finalmente el excomandante se estableció en el estado de Florida, desde donde dirgió el movimiento político Cuba independiente y democrática, fundado en 1980 en Venezuela, que propugnaba el fin del gobierno comunista en Cuba.
Aunque el exilio cubano al principio lo acogió con cierto recelo, hasta el final de sus días, Matos estuvo activo en la denuncia de lo que consideraba el régimen dictatorial de los hermanos Castro y participaba en conferencias y reuniones políticas.
Matos era considerado uno de los principales comandantes de la revolución y, de hecho, entró en enero de 1959 en La Habana junto a Fidel Castro y Camilo Cienfuegos, en la caravana con la que la guerrilla selló simbólicamente el triunfo sobre el gobierno de Batista.
BBC En un comunicado difundido este jueves, la familia confirmó que Matos falleció durante la madrugada de este 27 de febrero, después de haber ingresado el día 25 en el Hospital Kendall Regional donde se le diagnosticó un ataque masivo del corazón.
Según informó su familia, Matos pidió que le retiraran el equipo que lo ayudaba a respirar porque quería despedirse de su esposa María Luisa Araluce y de sus hijos y nietos.
Matos, quien renunció a su cargo de comandante en la provincia de Camagüey en 1960, fue juzgado por sedición y condenado a 20 años de prisión.
Fue el primer jefe de la guerrilla que se estableció en la Siera Maestra que fue procesado acusado de acciones contrarrevolucionarias, junto con varios de sus principales colaboradores.
Durante años su caso se convirtió en el centro de campañas internacionales para lograr su liberación y hasta se especuló muchas veces que podría ser canjeado por notables izquierdistas encarcelados en otros países, como el francés Regis Debray, quien por aquellos mismos años cumplía prisión en Bolivia.
Exilio activo
Cuando Matos cumplió su condena en 1979, fue sacado directamente de la cárcel y entregado a una comitiva del gobierno de Costa Rica que inmediatamente lo trasladó a San José.
Finalmente el excomandante se estableció en el estado de Florida, desde donde dirgió el movimiento político Cuba independiente y democrática, fundado en 1980 en Venezuela, que propugnaba el fin del gobierno comunista en Cuba.
Aunque el exilio cubano al principio lo acogió con cierto recelo, hasta el final de sus días, Matos estuvo activo en la denuncia de lo que consideraba el régimen dictatorial de los hermanos Castro y participaba en conferencias y reuniones políticas.
Matos era considerado uno de los principales comandantes de la revolución y, de hecho, entró en enero de 1959 en La Habana junto a Fidel Castro y Camilo Cienfuegos, en la caravana con la que la guerrilla selló simbólicamente el triunfo sobre el gobierno de Batista.
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