Por Emilio Ichikawa
Alguna gente cree que en un cofre del gobierno norteamericano hay amontonados varios millones de dólares con un sello que dice: “Para democratizar a Cuba”. Y que ese dinero, que hoy le tocó a B, mañana le puede tocar a C. No es necesariamente así. El dinero hay que luchárselo a quien lo tiene: sea un garrotero, un banco o la USAID.
Si un proyecto para tumbar o apuntalar al gobierno cubano (hay de los dos tipos) se deshace, y no se argumenta bien ante el proveedor otro proyecto sobre Cuba, esos fondos pueden ir a parar a luchadores por la democracia y los derechos humanos en Timor Leste, Myanmar, Liberia, Sudán del Sur, Tailandia… nuestros verdaderos “países hermanos” en la perspectiva de Washington DC.
Los documentos recién obtenidos por el periodista y profesor Tracey Eaton ayudan a entender cómo es el proceso para el tumbe de fondos a la USAID; además de todas las emergencias que pueden presentarse durante el uso de los mismos en un país como Cuba.
Como tantas veces, Eaton no se ha reservado la información para inventarse un libro o para dejarla caer a cuentagotas (como está haciendo AP) en artículos con revelaciones sensacionalistas, sino que la ha puesto a libre disposición en el texto titulado “USAID contractor: Duty to intervene in Cuba”, en su sitio ALONG THE MALECON.
Para convencer (nuevamente) a la USAID de que él era la persona adecuada para hacer determinado trabajo en Cuba, el subcontratista Alan Gross tuvo al menos una reunión con la agencia de los EEUU en el año 2008, donde le expuso el siguiente razonamiento:
1-EEUU ha asumido (como “obligación” o deber) que tiene que propiciar un cambio democrático en la isla
2-Una de las principales razones es que si no propicia ese cambio a una democracia solvente se puede crear una catástrofe humanitaria masiva (“massive humanitarian catastrophe”) en la ancha frontera marítima con Cuba.
3-Pero hay un problema: Los activistas (opositores y disidentes) cubanos no tienen la capacidad para impulsar ese cambio democrático.
Contundente: Si hay cosas de tal rango que los activistas anticastristas cubanos no pueden hacer, ahí está Alan Gross (y la agencia que lo acredita) para asumir la tarea. De manera que Gross es (re)enviado a Cuba, detenido en el 2009, juzgado y condenado a 15 años de cárcel.
En el 2010, bajo la “Freedom of Information Act”, el periodista Tracey Eaton presentó una solicitud de los documentos con la propuesta de Gross, y otros relacionados con la USAID.
La solicitud fue denegada en el 2011.
Eaton volvió a la carga. Apeló y el martes 30 de septiembre (2014) recibió una comunicación de la USAID reconsiderando la negativa. La agencia estaba liberando información relacionada con los argumentos “técnicos” de Gross. La USAID fue amable y le explicó al periodista que el problema estuvo en que tenía muchas solicitudes acumuladas.
La DAI (Development Alternatives Inc), la compañía en Bethesda (Maryland) que subcontrató a Alan Gross, escribió para persuadir a la USAID un proyecto titulado “Cuba Democracy and Contingency Planning Program” con el que iba a competir en la licitación contra otro solicitante: el Management Systems International (MSI), en Arlington, Virginia.
Sobre el proyecto de la DAI la USAID liberó información parcial; y sobre el proyecto de MSI no soltó prenda. Aunque consta en record que el MSI ha recibido 223 millones de dólares de la USAID desde el año 1988. Menos que la DAI, que anda por los mil millones recibidos de la USAID para unos 72 proyectos.
La tesis de la DAI para sostener el tumbe a la USAID es que en Cuba, de hecho, la transición se está produciendo ya; pero hacen falta algunos retoques: Pulir los nuevos líderes, desarrollar la sociedad civil, apoyar los nuevos partidos políticos, producir ciudadanos, etc.
Los listísimos licitadores de la DAI le dijeron a la USAID que si algunos de estos puntos faltaran, Cuba podría “regresar” o derivar a otra forma de autoritarismo; con la consecuente pérdida de tiempo y recursos.
La picarona DAI le dice a la USAID que ya tiene sus “reformistas” identificados (“identified reformers”); aunque por supuesto insistió en que dichos reformistas no pueden manejarse por sí solos ni están preparados para liderar la propuesta democratizadora; al menos por el momento.
¿Es que acaso los “reformistas” y activistas anticastristas cubanos son tarados, incompetentes, sub normales? De ningún modo. Pero dice la DAI que durante años el régimen los ha tenido desinformados y presionados. La DAI garantiza además a la USAID que tiene (en el exterior, por supuesto) los expertos necesarios para que se encarguen de la “evangelización democrática”.
Y otra cosa muy importante. Cuando la democracia eche a andar en Cuba y la USAID pueda invertir sus ayudas abiertamente dentro de la isla (como camiones cisterna o pipas repletas de refresco con un letrero que diga “DAI Coke”), tampoco debe olvidar que las relaciones entre Cuba y EEUU han acumulado tantas sensibilidades históricas que la situación, que puede parecer más simple, se tornará más compleja. Cuando ese momento llegue, USAID, no lo olvides: Puedes contar con la DAI.
-IMAGEN: Tomada de “Along the Malecón”; sitio editado por Tracey Eaton
Alguna gente cree que en un cofre del gobierno norteamericano hay amontonados varios millones de dólares con un sello que dice: “Para democratizar a Cuba”. Y que ese dinero, que hoy le tocó a B, mañana le puede tocar a C. No es necesariamente así. El dinero hay que luchárselo a quien lo tiene: sea un garrotero, un banco o la USAID.
Si un proyecto para tumbar o apuntalar al gobierno cubano (hay de los dos tipos) se deshace, y no se argumenta bien ante el proveedor otro proyecto sobre Cuba, esos fondos pueden ir a parar a luchadores por la democracia y los derechos humanos en Timor Leste, Myanmar, Liberia, Sudán del Sur, Tailandia… nuestros verdaderos “países hermanos” en la perspectiva de Washington DC.
Los documentos recién obtenidos por el periodista y profesor Tracey Eaton ayudan a entender cómo es el proceso para el tumbe de fondos a la USAID; además de todas las emergencias que pueden presentarse durante el uso de los mismos en un país como Cuba.
Como tantas veces, Eaton no se ha reservado la información para inventarse un libro o para dejarla caer a cuentagotas (como está haciendo AP) en artículos con revelaciones sensacionalistas, sino que la ha puesto a libre disposición en el texto titulado “USAID contractor: Duty to intervene in Cuba”, en su sitio ALONG THE MALECON.
Para convencer (nuevamente) a la USAID de que él era la persona adecuada para hacer determinado trabajo en Cuba, el subcontratista Alan Gross tuvo al menos una reunión con la agencia de los EEUU en el año 2008, donde le expuso el siguiente razonamiento:
1-EEUU ha asumido (como “obligación” o deber) que tiene que propiciar un cambio democrático en la isla
2-Una de las principales razones es que si no propicia ese cambio a una democracia solvente se puede crear una catástrofe humanitaria masiva (“massive humanitarian catastrophe”) en la ancha frontera marítima con Cuba.
3-Pero hay un problema: Los activistas (opositores y disidentes) cubanos no tienen la capacidad para impulsar ese cambio democrático.
Contundente: Si hay cosas de tal rango que los activistas anticastristas cubanos no pueden hacer, ahí está Alan Gross (y la agencia que lo acredita) para asumir la tarea. De manera que Gross es (re)enviado a Cuba, detenido en el 2009, juzgado y condenado a 15 años de cárcel.
En el 2010, bajo la “Freedom of Information Act”, el periodista Tracey Eaton presentó una solicitud de los documentos con la propuesta de Gross, y otros relacionados con la USAID.
La solicitud fue denegada en el 2011.
Eaton volvió a la carga. Apeló y el martes 30 de septiembre (2014) recibió una comunicación de la USAID reconsiderando la negativa. La agencia estaba liberando información relacionada con los argumentos “técnicos” de Gross. La USAID fue amable y le explicó al periodista que el problema estuvo en que tenía muchas solicitudes acumuladas.
La DAI (Development Alternatives Inc), la compañía en Bethesda (Maryland) que subcontrató a Alan Gross, escribió para persuadir a la USAID un proyecto titulado “Cuba Democracy and Contingency Planning Program” con el que iba a competir en la licitación contra otro solicitante: el Management Systems International (MSI), en Arlington, Virginia.
Sobre el proyecto de la DAI la USAID liberó información parcial; y sobre el proyecto de MSI no soltó prenda. Aunque consta en record que el MSI ha recibido 223 millones de dólares de la USAID desde el año 1988. Menos que la DAI, que anda por los mil millones recibidos de la USAID para unos 72 proyectos.
La tesis de la DAI para sostener el tumbe a la USAID es que en Cuba, de hecho, la transición se está produciendo ya; pero hacen falta algunos retoques: Pulir los nuevos líderes, desarrollar la sociedad civil, apoyar los nuevos partidos políticos, producir ciudadanos, etc.
Los listísimos licitadores de la DAI le dijeron a la USAID que si algunos de estos puntos faltaran, Cuba podría “regresar” o derivar a otra forma de autoritarismo; con la consecuente pérdida de tiempo y recursos.
La picarona DAI le dice a la USAID que ya tiene sus “reformistas” identificados (“identified reformers”); aunque por supuesto insistió en que dichos reformistas no pueden manejarse por sí solos ni están preparados para liderar la propuesta democratizadora; al menos por el momento.
¿Es que acaso los “reformistas” y activistas anticastristas cubanos son tarados, incompetentes, sub normales? De ningún modo. Pero dice la DAI que durante años el régimen los ha tenido desinformados y presionados. La DAI garantiza además a la USAID que tiene (en el exterior, por supuesto) los expertos necesarios para que se encarguen de la “evangelización democrática”.
Y otra cosa muy importante. Cuando la democracia eche a andar en Cuba y la USAID pueda invertir sus ayudas abiertamente dentro de la isla (como camiones cisterna o pipas repletas de refresco con un letrero que diga “DAI Coke”), tampoco debe olvidar que las relaciones entre Cuba y EEUU han acumulado tantas sensibilidades históricas que la situación, que puede parecer más simple, se tornará más compleja. Cuando ese momento llegue, USAID, no lo olvides: Puedes contar con la DAI.
-IMAGEN: Tomada de “Along the Malecón”; sitio editado por Tracey Eaton
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