"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

viernes, 14 de noviembre de 2014

Todos para uno y uno para todos

El paso de los encadenamientos productivos a la formación de redes de suministros y de valor es otro reto para la economía cubana. El desarrollo de la logística debe acompañar esa transformación, de la cual es parte. Según expertos, el conocimiento del tema entre dirigentes, empresarios y profesionales constituye el primer problema por resolver
Por CARIDAD CARRO BELLO y HERIBERTO ROSABAL

Recuerdo una experiencia de exportación de café a Alemania, por comercio electrónico. Desde Berlín, un banco nos avisaba el depósito del dinero, comprobada la recepción del producto, hacía la transferencia y pagaba. El envío desde La Habana era por avión y allá un operador logístico recogía y le entregaba al cliente. Pero ¿saben qué? Falló lalogística de Guanabacoa al aeropuerto”.
La anécdota del doctor José Acevedo, profesor y coordinador del Laboratorio de Logística y Gestión de Producción (Logespro) de la Facultad de Ingeniería Industrial del Instituto Superior Politécnico José Antonio Echeverría (Ispjae), puede mover a risa pero es cosa seria, punta de una madeja algo enredada hoy para Cuba: la de las cadenas de suministros.

Acevedo y la doctora Martha Gómez, también profesora y vicecoordinadora del Laboratorio, investigan hace tiempo el tema, desarrollan proyectos, capacitan y asesoran a empresas yorganismos en la aplicación del concepto, relativamente nuevo.

Las cadenas productivas –explican– han existido siempre y las empresas que las integran se relacionan solo mediante procesos de compra-venta. Pero eso cambió en 1986, en Estados Unidos. Surgió el concepto de colaboración entre los eslabones y su integración mediante la logística.

“Se les denominó cadenas de suministros (supply chain), extendidas por el mundo desarrollado en los años 90 y hoy tendencia generalizada”, señala Acevedo, quien agrega que en América Latina ganan terreno y en Cuba están en ciernes.

En los Lineamientos de la Política Económica y Social, el número siete plantea: “Se desarrollará la cooperación entre las empresas para lograr mayor eficiencia y calidad”. Cooperación, o colaboración –acotan los profesores-, basada en contratos; con todo el mundo cobrando y pagando, en orden y legalidad.
No solo cambio de apellido
La logística es decisiva

Una buena logística, en sus concepciones más 

contemporáneas, resulta fundamental para las 
cadenas de suministros y de valor
Parece sencillo, pero en Cuba hace falta más que ponerle otro “apellido” a la cadena. Debe cambiar el concepto de gestión prevaleciente, más orientado a producir que a satisfacer la demanda final, por otro que considere primero esa demanda y busque darle respuesta, plantean los especialistas.



Así pues, es principio básico de la cadena de suministro su organización y funcionamiento pensando en el cliente final. Si este se satisface, todos ganan.

Eso es diferente a la cadena productiva, donde cada uno está interesado solo en su ganancia, y atado a su estructura administrativa, ignorando que –sin tener que cambiarla– pueden colaborar más allá, en beneficio suyo, de otros y de la economía.



“La urgencia de entender la necesidad del cambio es que todas o casi todas las empresas con las cuales Cuba comercia en el mundo están organizadas así, igual que los inversionistas que puedan venir y algunos que ya están aquí. Estos van a subir las importaciones comprándoles a empresas con las que están encadenados, si no hacemos nuestros propios encadenamientos”, alerta Acevedo.

La latica de cerveza Bucanero –ejemplifica–, la parte cubana de esa empresa mixta tiene que comprársela a un socio del socio extranjero porque el envase no se fabrica aquí; Nestlé supera en el mercado interno a Coppelia porque posee una cadena de suministros que a nuestra fábrica le falta; Suchel importa aceite de coco, mientras en Baracoa hay una superproducción y no tienen tecnología para procesar ese fruto.

Martha refiere que son 20 las empresas vinculadas hoy al Logespro para desarrollar encadenamientos de nuevo tipo. Se destacan por sus resultados Ecasol, suministradora de aceite comestible a la red comercial en divisas, la Unión Latinoamericana de Explosivos (Ulaex) y Labiofam, estas dos últimas devenidas cadenas de valor –un escalón superior–, pues basan su desarrollo en la innovación, la generación de nuevos productos y tecnologías, para satisfacer más integralmente a sus clientes.
Clavos sin rumbo
Doctora Martha Gómez, vicecoordinadora de Logespro de la Facultad de Ingeniería Industrial del Ispjae

Para constituir cadenas de suministro, lo primero es desarrollar

conocimiento, capacitar, formar, explica la doctora 
Martha Gómez
Acevedo recuerda el caso de la fábrica de clavos de Nuevitas, Camagüey, publicado en Granma. “Buscando un buen resultado como fábrica, produjeron una gran cantidad de los de seis pulgadas mientras el mercado demanda los de dos pulgadas”.

Otro ejemplo, agrega, son los productos del agro. “En esa cadena todo el que se inserta compra y vende. Cada uno quiere maximizar sus utilidades y termina afectándose a la población. Por eso el precio de un pote plástico de ají chay es 20 veces superior al cobro del productor de esa especia”.

Consecuencia negativa del encadenamiento no colaborativo, es, además, el efecto látigo, “que sucede cuando en partes de la cadena empiezan a subir desmedidamente los inventarios; en el mercado no hay los clavos requeridos por los clientes, pero los almacenes están llenos de clavos”, interviene Martha.
Su colega añade que inventarios ociosos, cuentas por cobrar y por pagar vencidas, deterioro del capital de trabajo, falta de disponibilidad de productos para los consumidores finales, aumento de precios en el mercado informal, constituyen síntomas de problemas, más que problemas en sí, que empiezan a desaparecer al organizarse la producción en función de la demanda.
Logística, elemento clave
Doctor José Acevedo, coordinador de Logespro de la Facultad de Ingeniería Industrial del Ispjae

El doctor José Acevedo considera que es necesario trascender

  las estructuras administrativas y fomentar la colaboración
pensando en la demanda, el mercado y el cliente final
Si se quiere establecer cadenas de suministros, y más aún cadenas de valor, hay que tener muy en cuenta la logística dentro de la empresa y fuera de ella.

El operador logístico de hoy, explican los profesores, no compra y vende mercancías. “Mueve por tierra, mar o aire lo que una empresa le compra a otra, nacional o extranjera; lo almacena si hace falta, realiza trámites aduanales, de seguros, todo. Pone el producto en la puerta y cobra”, detalla Acevedo.
Señala que en Cuba el desarrollo de esa actividad, en la que sobresalen los esfuerzos de Almacenes Universales, de Comercio Interior, hay gran retraso, porque sigue entendiéndose solo como almacenes más transporte.

También eso hay que cambiarlo, para establecer cadenas de suministros, dice el investigador, quien se remite a la venta de productos agropecuarios al turismo. “La cooperativa puede vender directo, pero debiera apoyarse en un operador logístico que vaya a 50 hoteles y asuma la oferta de 500 cooperativas, no cada una de estas con un carretón, hotel por hotel. Ahí se eliminó una barrera jurídica y ahora está la de la falta de desarrollo logístico”.

Esta actividad, que en el mundo tiene gran desarrollo, se clasifica en cinco niveles: en el primero, está toda a cargo de la empresa; en el segundo, tercero y cuarto se transita hacia la tercerización y alta integración; y en el quinto es virtual, contactando con cualquier red logística a través de Internet.

Producción de aceite de cacao en Baracoa

¿Cuánto ahorrarían Suchel y el país si, en lugar 

de comprar el aceite de coco en el exterior, 
Baracoa fuera el suministrador?


En Cuba, Almacenes Universales trabaja hoy por lograr plataformas logísticas de tercero y cuarto nivel. Sin un desarrollo adecuado en este elemento es inviable, por ejemplo, el avance del turismo de cruceros, explican los profesores, pues el 
reaprovisionamiento de estos cuando tocan puerto tiene que hacerse en muy poco tiempo, con alta eficiencia.


La evolución, además, debe ser pareja, fuera y dentro de la empresa, para que no se alquile un camión y luego esté esperando sin saber cuándo va a cargar, por falta de plan logístico interno. O para que no ocurra lo que con las bases municipales de transporte, que las empresas quieren usar los camiones como cuando eran de su propiedad: ahora mismo.

Desatar cadenas

¿Cómo hacer? ¿Por dónde empezar? De acuerdo con la experiencia del Logespro –donde se forman equipos de trabajo según haya proyectos–, y de sus dos líderes, Acevedo y Martha, lo primero para crear cadenas de suministro en Cuba es desarrollar conocimiento, capacitar, formar, incluyendo las propias universidades. “No se está formando al personal dirigente ni a los profesionales en estos conceptos”, afirma Acevedo.

Lo otro es trascender lo administrativo y formar estructuras de colaboración, con las miras en la demanda, el mercado y el cliente final. Ello implica planificación conjunta, conciliada a nivel de cadenas, independientemente de la pertenencia de las empresas a diferentes organismos o sectores.
La planificación en general, además, hoy solo incluye indicadores de eficiencia, propios de la empresa y no de eficacia, proyectados hacia el consumidor final. “Un ejemplo –dice Acevedo–: si mi plan es hacer multimedias, mi eficiencia la determina cuántas produzco al día o por trabajador; pero la eficacia es cuántas están disponibles en el mercado”.
La población es la más afectada por los altos precios de los productos del agro

En la cadena de los productos agropecuarios ocurre 

que cada uno quiere maximizar sus utilidades y
termina afectándose a la población
También se requieren, para el tránsito hacia la cadena de suministros, compromiso de la alta dirección de la empresa y que esta priorice la capacitación, integración de entidades productoras de conocimientos (centros de investigación, universidades) y función reguladora del Estado.

Los especialistas señalan que para ir logrando la transformación no hay que crear nuevos instrumentos jurídicos, aunque no es descartable la adopción de leyes de cadenas, como en España o Colombia. El Código Civil cubano y los decretos leyes 15, de 1978, y 281, de 2007, respaldan la asociación entre empresas, la contratación de operadores, y el diseño y planificación logísticos, respectivamente.

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