El Grupo de Trabajo Estatal Bahía Habana es responsable del manejo integrado y desarrollo sostenible de la rada.
La Habana, 23 dic.- El Grupo de Trabajo Estatal-Bahía Habana (GTE-BH) concentra sus acciones en promover entre las entidades contaminantes la planificación de acciones para reducir la emisión de residuos a la rada de esta capital.
El V Encuentro de coordinadores ambientales de las fuentes contaminantes de la Bahía de La Habana revisó cuál fue el desempeño ambiental de estos agentes de polución y cuánto han avanzado o retrocedido los organismos de la administración central del estado en los diferentes indicadores de evaluación.
Convocada por la Dirección de Gestión Ambiental del GTE-BH, la cita reunió a coordinadores ambientales de las entidades cuyos residuos impactan la rada junto a especialistas del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente en los municipios.
Aunque la carga contaminante ha disminuido en los últimos 15 años en 75 por ciento, todavía resta mucho por hacer, sobre todo desde las acciones puntuales que pueden ejecutar las fuentes dentro de su gestión empresarial, pues las inversiones para plantas de tratamiento de agua resultan costosas.
Según información ofrecida por Mercedes Gzegozewski, especialista principal de Gestión Ambiental del GTE-BH, del total de 106 entidades 10 carecen de coordinador ambiental, solo 82 tienen política de ese tipo y apenas 50 cuentan con el Plan de Acción Ambiental elaborado en correspondencia con las normas vigentes.
Aunque 41 instalaciones tienen asignados en el presupuesto recursos económicos para aprovechar los residuos, solo 64 por ciento del total implementó acciones de ese tipo, agregó la especialista, en el encuentro realizado el pasado 19 de diciembre.
Entre las buenas prácticas se encuentra la implementación y estabilidad de acciones de Producciones Más Limpias (PML) en 57 de las 106 entidades que tributan a la cuenca, destacó Gzegozewski.
Otra experiencia con buenos resultados es la aplicada en la Empresa Militar Industrial Granma, reparadora de buques, donde el trabajo de las coordinadoras ambientales ha permitido mejorar las condiciones de higiene y organización que evitan vertimientos a la bahía.
Entre las medidas aplicadas estuvieron desde la organización de talleres, creación de un nave para el depósito de granalla lejos de la costa, limpieza de trampas de grasas hasta la sustitución del detergente empleado en la cocina por otro menos agresivo y biodegradable.
Dada la importancia que se le concede a la capacitación, se han realizado más de 20 talleres de PML, 40 talleres de educación ambiental empresarial, cursos de orientación a directivos y coordinadores ambientales.
Aián Torres, director de Gestión Ambiental del GTE-BH, dijo que “estamos en un buen momento para la gestión del entorno porque el gobierno le está prestando mucha atención a la descontaminación de la bahía. Se ha creado una comisión gubernamental que hace énfasis en La Habana”.
La rada habanera transita por un cambio de uso de portuaria a recreativa-turística-cultural, por lo que las entidades contaminantes ubicadas en ella tienen que adaptarse a estos requerimientos y velar por mejorar la calidad del agua, explicó Torres.
Otra novedad es el impuesto por contaminación, que comenzó a aplicarse en el último trimestre de 2014. El gravamen aumenta en la medida que se elevan los niveles de contaminantes emitidos por la empresa.
El dinero que se obtenga por ese concepto va a servir para revertir las condiciones actuales de la rada, dijo.
Entre las principales fuentes contaminantes de la ensenada se encuentran la refinería de petróleo “Ñico López”, fábricas que producen detergentes, cosméticos, desengrasantes, y el Ministerio de Transporte, que desechan aguas de fregado con aceites.
El GTE-BH fue creado en junio de 1998 por acuerdo del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros y tiene como misión diseñar, aplicar, dar seguimiento, evaluar y sistematizar el Programa Interinstitucional para el Manejo Integrado y Desarrollo Sostenible de la Bahía de La Habana, su cuenca tributaria y la zona costera de interacción. (2014)
La Habana, 23 dic.- El Grupo de Trabajo Estatal-Bahía Habana (GTE-BH) concentra sus acciones en promover entre las entidades contaminantes la planificación de acciones para reducir la emisión de residuos a la rada de esta capital.
El V Encuentro de coordinadores ambientales de las fuentes contaminantes de la Bahía de La Habana revisó cuál fue el desempeño ambiental de estos agentes de polución y cuánto han avanzado o retrocedido los organismos de la administración central del estado en los diferentes indicadores de evaluación.
Convocada por la Dirección de Gestión Ambiental del GTE-BH, la cita reunió a coordinadores ambientales de las entidades cuyos residuos impactan la rada junto a especialistas del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente en los municipios.
Aunque la carga contaminante ha disminuido en los últimos 15 años en 75 por ciento, todavía resta mucho por hacer, sobre todo desde las acciones puntuales que pueden ejecutar las fuentes dentro de su gestión empresarial, pues las inversiones para plantas de tratamiento de agua resultan costosas.
Según información ofrecida por Mercedes Gzegozewski, especialista principal de Gestión Ambiental del GTE-BH, del total de 106 entidades 10 carecen de coordinador ambiental, solo 82 tienen política de ese tipo y apenas 50 cuentan con el Plan de Acción Ambiental elaborado en correspondencia con las normas vigentes.
Aunque 41 instalaciones tienen asignados en el presupuesto recursos económicos para aprovechar los residuos, solo 64 por ciento del total implementó acciones de ese tipo, agregó la especialista, en el encuentro realizado el pasado 19 de diciembre.
Entre las buenas prácticas se encuentra la implementación y estabilidad de acciones de Producciones Más Limpias (PML) en 57 de las 106 entidades que tributan a la cuenca, destacó Gzegozewski.
Otra experiencia con buenos resultados es la aplicada en la Empresa Militar Industrial Granma, reparadora de buques, donde el trabajo de las coordinadoras ambientales ha permitido mejorar las condiciones de higiene y organización que evitan vertimientos a la bahía.
Entre las medidas aplicadas estuvieron desde la organización de talleres, creación de un nave para el depósito de granalla lejos de la costa, limpieza de trampas de grasas hasta la sustitución del detergente empleado en la cocina por otro menos agresivo y biodegradable.
Dada la importancia que se le concede a la capacitación, se han realizado más de 20 talleres de PML, 40 talleres de educación ambiental empresarial, cursos de orientación a directivos y coordinadores ambientales.
Aián Torres, director de Gestión Ambiental del GTE-BH, dijo que “estamos en un buen momento para la gestión del entorno porque el gobierno le está prestando mucha atención a la descontaminación de la bahía. Se ha creado una comisión gubernamental que hace énfasis en La Habana”.
La rada habanera transita por un cambio de uso de portuaria a recreativa-turística-cultural, por lo que las entidades contaminantes ubicadas en ella tienen que adaptarse a estos requerimientos y velar por mejorar la calidad del agua, explicó Torres.
Otra novedad es el impuesto por contaminación, que comenzó a aplicarse en el último trimestre de 2014. El gravamen aumenta en la medida que se elevan los niveles de contaminantes emitidos por la empresa.
El dinero que se obtenga por ese concepto va a servir para revertir las condiciones actuales de la rada, dijo.
Entre las principales fuentes contaminantes de la ensenada se encuentran la refinería de petróleo “Ñico López”, fábricas que producen detergentes, cosméticos, desengrasantes, y el Ministerio de Transporte, que desechan aguas de fregado con aceites.
El GTE-BH fue creado en junio de 1998 por acuerdo del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros y tiene como misión diseñar, aplicar, dar seguimiento, evaluar y sistematizar el Programa Interinstitucional para el Manejo Integrado y Desarrollo Sostenible de la Bahía de La Habana, su cuenca tributaria y la zona costera de interacción. (2014)
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