Las reuniones celebradas la víspera fueron las primeras después del llamado deshielo entre ambas naciones.
La Habana, 23 ene.- Dispuestos a seguir conversando civilizada y respetuosamente, Cuba y Estados Unidos concluyeron dos reuniones sobre el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y asuntos bilaterales, algunos causantes de “profundas diferencias” como los derechos humanos.
Los encuentros celebrados la víspera en el capitalino Palacio de las Convenciones fueron liderados respectivamente por Roberta Jacobson, subsecretaria de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, y Josefina Vidal, la directora general de Estados Unidos del Ministerio -cubano- de Relaciones Exteriores.
Al cierre de la última ronda, la representación estadounidense distribuyó entre la prensa local y extranjera una declaración de Jacobson, en español e inglés, que calificó el intercambio de “constructivo y alentador”.
El texto de Jacobson indicó que, “como elemento central de nuestra política, presionamos al gobierno cubano para que mejore las condiciones de los derechos humanos, incluida la libertad de expresión y de reunión”.
Seguidamente, Vidal realizó una declaración y respondió preguntas a los medios de comunicación.
Comentó que las partes tocaron el tema del ejercicio de los derechos humanos, donde “se ratificó que tenemos profundas diferencias”.
“La palabra presión no se usó”, especificó Vidal al ser preguntada por la prensa sobre el uso de esa palabra en el comunicado estadounidense. “Cuba ha demostrado a lo largo de su historia que no responde ni responderá ante presiones”, apuntó.
“Tuvimos un intercambio en el que cada parte afirmó las posiciones, visiones y concepciones que tiene sobre el tema del ejercicio de los derechos humanos”, continuó.
Y la parte cubana propuso “sostener un diálogo específico en una fecha por determinar para abordar a nivel de expertos nuestras visiones sobre este asunto”, concluyó.
Hablaron sobre la cooperación en materia de telecomunicaciones, seguridad nacional, relaciones internacionales, tráfico de personas, cuidado ambiental, respuesta a derrames de hidrocarburos, enfrentamiento al narcotráfico y el terrorismo, hidrografía, seguridad de la salud mundial y respuesta conjunta a la epidemia del Ébola en África Occidental, entre otros.
Vidal detalló que la nación caribeña está dispuesta a recibir “a compañías de telecomunicaciones de Estados Unidos para explorar posibilidades de negocios en esa esfera”.
En la mañana, sendas delegaciones acordaron los pasos prácticos a seguir para el establecimiento de embajadas. Trascendió que las partes coincidieron en que la guía principal para ello será la Convención de Viena para las Relaciones Diplomáticas, en vigor desde 1964 y una de las regulaciones más usadas en estos casos.
Vidal dijo que seguir la mencionada convención “significa el respeto recíproco al sistema político, económico y social de ambos Estados y evitar cualquier forma de injerencia en los asuntos internos”.
La parte cubana reiteró “que sería difícil de explicar que se ha producido un restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos mientras nuestro país continúe injustamente en la lista de estados patrocinadores del terrorismo internacional”.
Apuntó que, para la apertura de embajadas, es necesario solucionar la situación bancaria de la Sección de Intereses de Cuba en Washington, que está a punto de cumplir un año sin poder cumplir todas sus funciones porque ningún banco en ese país le presta servicios bancarios por las restricciones del bloqueo económico y financiero impuesto desde 1962.
Recordó que el proceso de normalización será largo y tendrá que resolver obstáculos esenciales como “el levantamiento del bloqueo”.
Mientras Jacobson detalló que el proceso de normalizar las relaciones “no se va a limitar a la apertura de embajadas”. Los diversos temas que son parte de la normalización “sí son complejos y reflejan las profundas diferencias que existen entre nuestros países”, apuntó.
La primera ronda de diálogo estuvo antecedida, el miércoles 21 de enero, por la 28 reunión de seguimiento de los acuerdos migratorios logrados por los dos países entre 1994 y 1995. (2015)
La Habana, 23 ene.- Dispuestos a seguir conversando civilizada y respetuosamente, Cuba y Estados Unidos concluyeron dos reuniones sobre el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y asuntos bilaterales, algunos causantes de “profundas diferencias” como los derechos humanos.
Los encuentros celebrados la víspera en el capitalino Palacio de las Convenciones fueron liderados respectivamente por Roberta Jacobson, subsecretaria de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, y Josefina Vidal, la directora general de Estados Unidos del Ministerio -cubano- de Relaciones Exteriores.
Al cierre de la última ronda, la representación estadounidense distribuyó entre la prensa local y extranjera una declaración de Jacobson, en español e inglés, que calificó el intercambio de “constructivo y alentador”.
El texto de Jacobson indicó que, “como elemento central de nuestra política, presionamos al gobierno cubano para que mejore las condiciones de los derechos humanos, incluida la libertad de expresión y de reunión”.
Seguidamente, Vidal realizó una declaración y respondió preguntas a los medios de comunicación.
Comentó que las partes tocaron el tema del ejercicio de los derechos humanos, donde “se ratificó que tenemos profundas diferencias”.
“La palabra presión no se usó”, especificó Vidal al ser preguntada por la prensa sobre el uso de esa palabra en el comunicado estadounidense. “Cuba ha demostrado a lo largo de su historia que no responde ni responderá ante presiones”, apuntó.
“Tuvimos un intercambio en el que cada parte afirmó las posiciones, visiones y concepciones que tiene sobre el tema del ejercicio de los derechos humanos”, continuó.
Y la parte cubana propuso “sostener un diálogo específico en una fecha por determinar para abordar a nivel de expertos nuestras visiones sobre este asunto”, concluyó.
Hablaron sobre la cooperación en materia de telecomunicaciones, seguridad nacional, relaciones internacionales, tráfico de personas, cuidado ambiental, respuesta a derrames de hidrocarburos, enfrentamiento al narcotráfico y el terrorismo, hidrografía, seguridad de la salud mundial y respuesta conjunta a la epidemia del Ébola en África Occidental, entre otros.
Vidal detalló que la nación caribeña está dispuesta a recibir “a compañías de telecomunicaciones de Estados Unidos para explorar posibilidades de negocios en esa esfera”.
En la mañana, sendas delegaciones acordaron los pasos prácticos a seguir para el establecimiento de embajadas. Trascendió que las partes coincidieron en que la guía principal para ello será la Convención de Viena para las Relaciones Diplomáticas, en vigor desde 1964 y una de las regulaciones más usadas en estos casos.
Vidal dijo que seguir la mencionada convención “significa el respeto recíproco al sistema político, económico y social de ambos Estados y evitar cualquier forma de injerencia en los asuntos internos”.
La parte cubana reiteró “que sería difícil de explicar que se ha producido un restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos mientras nuestro país continúe injustamente en la lista de estados patrocinadores del terrorismo internacional”.
Apuntó que, para la apertura de embajadas, es necesario solucionar la situación bancaria de la Sección de Intereses de Cuba en Washington, que está a punto de cumplir un año sin poder cumplir todas sus funciones porque ningún banco en ese país le presta servicios bancarios por las restricciones del bloqueo económico y financiero impuesto desde 1962.
Recordó que el proceso de normalización será largo y tendrá que resolver obstáculos esenciales como “el levantamiento del bloqueo”.
Mientras Jacobson detalló que el proceso de normalizar las relaciones “no se va a limitar a la apertura de embajadas”. Los diversos temas que son parte de la normalización “sí son complejos y reflejan las profundas diferencias que existen entre nuestros países”, apuntó.
La primera ronda de diálogo estuvo antecedida, el miércoles 21 de enero, por la 28 reunión de seguimiento de los acuerdos migratorios logrados por los dos países entre 1994 y 1995. (2015)
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