Pedro Martínez Pírez
MONCADA
Aunque los ciudadanos estadounidenses todavía no pueden viajar libremente a Cuba ya la Mayor de las Antillas registra importantes crecimientos en el arribo de turistas que por estos días han abarrotado los hoteles de La Habana y otras ciudades cubanas.
Algunas fuentes indican que el pasado mes de enero el incremento del turismo fue de catorce por ciento en relación con igual mes del año anterior, lo cual hace presumir que el récord de más de tres millones de visitantes en el 2014 será superado este año.
El principal emisor de turismo hacia Cuba continúa siendo Canadá, con más de un millón de viajeros, cifra que podría ser superada por los estadounidenses cuando Washington elimine las actuales restricciones de viajes al archipiélago cubano.
Para el gobierno de Estados Unidos, que ha anunciado su voluntad de restablecer las relaciones diplomáticas con Cuba, esta prohibición se suma a muchos otros obstáculos en el camino de la plena normalización de vínculos con su vecina del Caribe, el principal de los cuales es el ilegal e inmoral bloqueo económico, comercial y financiero que ya rebasó el medio siglo, a pesar de las resoluciones aprobadas en los últimos 23 años por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Para Washington, que también debe sacar a Cuba de su caprichosa lista como país terrorista y suspender las ilegales transmisiones radiales y televisivas dirigidas a alentar la subversión, las duras restricciones a los viajes al archipiélago cubano constituye, además, una grave violación de los derechos civiles de los ciudadanos norteamericanos.
Poco a poco los ciudadanos de Estados Unidos y del resto del mundo, gracias a las conversaciones entre Washington y La Habana, se enteran de los muchos elementos que componen la política cruel de la potencia del Norte hacia la pequeña vecina del sur, cuya resistencia está dando frutos que favorecen a ambos pueblos.
MONCADA
Aunque los ciudadanos estadounidenses todavía no pueden viajar libremente a Cuba ya la Mayor de las Antillas registra importantes crecimientos en el arribo de turistas que por estos días han abarrotado los hoteles de La Habana y otras ciudades cubanas.
Algunas fuentes indican que el pasado mes de enero el incremento del turismo fue de catorce por ciento en relación con igual mes del año anterior, lo cual hace presumir que el récord de más de tres millones de visitantes en el 2014 será superado este año.
El principal emisor de turismo hacia Cuba continúa siendo Canadá, con más de un millón de viajeros, cifra que podría ser superada por los estadounidenses cuando Washington elimine las actuales restricciones de viajes al archipiélago cubano.
Para el gobierno de Estados Unidos, que ha anunciado su voluntad de restablecer las relaciones diplomáticas con Cuba, esta prohibición se suma a muchos otros obstáculos en el camino de la plena normalización de vínculos con su vecina del Caribe, el principal de los cuales es el ilegal e inmoral bloqueo económico, comercial y financiero que ya rebasó el medio siglo, a pesar de las resoluciones aprobadas en los últimos 23 años por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Para Washington, que también debe sacar a Cuba de su caprichosa lista como país terrorista y suspender las ilegales transmisiones radiales y televisivas dirigidas a alentar la subversión, las duras restricciones a los viajes al archipiélago cubano constituye, además, una grave violación de los derechos civiles de los ciudadanos norteamericanos.
Poco a poco los ciudadanos de Estados Unidos y del resto del mundo, gracias a las conversaciones entre Washington y La Habana, se enteran de los muchos elementos que componen la política cruel de la potencia del Norte hacia la pequeña vecina del sur, cuya resistencia está dando frutos que favorecen a ambos pueblos.
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