La exposición fotográfica “Una mirada a la mujer rural cubana” recorre en imágenes fragmentos de la vida laboral de algunas de las más de 200 000 féminas vinculadas al sector agropecuario, quienes con su empeño contribuyen a la producción alimentaria y, en particular, a los servicios técnicos en apoyo a los distintos procesos que acompañan las duras labores en los campos de esta isla caribeña
La exposición fotográfica “Una mirada a la mujer rural cubana”, recorre en imágenes fragmentos de la vida laboral de algunas de las más de 200 000 féminas vinculadas al sector agropecuario, quienes con su empeño contribuyen en la producción de alimentos y, en especial, a los servicios técnicos de apoyo en los distintos procesos productivos que acompañan las duras labores en los campos de esta isla antillana.
La muestra incluye imágenes de la exposición “Manos laboriosas”, una iniciativa del proyecto Manejo Sostenible de Tierra, del programa conjunto Lucha contra la Desertificación y la Sequía, implementado por PNUD y la Agencia de Medio Ambiente (AMA), en alianza con el Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA) y el Fondo de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), financiado por GEF.
También participaron en la exhibición, Pro Naturaleza, Naturarte, CIGEA, la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana e IMAGO.
A ese esfuerzo se han sumado fotos que son parte de otra exposición más reciente que con el título “Juntos por el desarrollo”, hacen un fresco sobre las diferentes aristas de la cooperación de las agencias que conforman el Sistema de Naciones Unidas en Cuba.
El Sistema de Naciones Unidas en Cuba junto a la Asociación Cubana de Naciones Unidas, realizarán su actividad central por el Día Internacional de la Mujer el lunes 9 de marzo, en la sede de la ACNU, en el capitalino municipio del Vedado, donde sesionará un panel dedicado a la mujer rural cubana.
Según informó Mario Jorge Muñoz, asesor de Comunicación de la Oficina de la Coordinadora Residente del Sistema de Naciones Unidas en Cuba, es esta también una manera de homenajear a las cerca de 17 000 mujeres que se han acogido al Decreto 259, que otorga tierras en usufructo a quienes estén en disposición de hacerlas producir y sacarle buenos frutos.
“Todas, desde sus diferentes roles, constituyen ejemplos del cambio a favor de la igualdad de género. Ese cambio necesario que el mundo examina hoy en ocasión de celebrar los 20 años de la Conferencia de la Mujer de Beijing y en el camino hacia la construcción de una nueva agenda para el desarrollo post 2015”, señaló el especialista, en una nota circulada en La Habana.
De acuerdo con el programa de la actividad, se prevé efectuar una muestra y distribución de plegables y otros materiales sobre la temática de género y la mujer rural, para luego escuchar a los panelistas luego del saludo de Soraya Alvarez, Directora General de la ACNU y de Ana Lucia D´Emilio, Representante de la UNICEF en Cuba.
Al encuentro acudirán Julia Muriel, Directora de Cuadros del Ministerio de la Agricultura de Cuba y Responsable de la Estrategia de Género, quien presentará el trabajo que realiza ese organismo para lograr el incremento del empoderamiento de las mujeres, sobre todo rurales.
También intervendrá Dilcia García, Responsable del Programa de Género de la Asociación Cubana de Producción Animal (ACPA), quien disertará sobre el proceso de introducción del enfoque de género en esa organización; mientras que Tamara Columbié, en representación de la Dirección Nacional de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), hará la presentación de la Red de Organismos de Instituciones de Apoyo a la Mujer Rural.
Otra asistente al evento, Ivette Suárez, asistente principal del Programa y Promotora de Género del Programa Mundial de Alimentos (PMA-Cuba) se referirá a la labor de ese organismo en el fortalecimiento de vínculos entre las cadenas de producción agrícola y las redes de protección social, que enfoca el apoyo ofrecido para la incorporación y reconocimiento de la mujer en el sector.
Felicitación a las mujeres del mundo
En su mensaje en ocasión del Día Internacional de la Mujer, el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, apuntó que si bien tenemos un largo camino que recorrer para lograr la plena igualdad —donde el fin de la violencia por razón de género es un objetivo central— los progresos realizados en los últimos veinte años demuestran que la Conferencia Mundial sobre la Mujer celebrada en Beijing en 1995 sigue teniendo valor.
Expresó que desde la aprobación de la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing, más niñas que nunca han logrado un mayor acceso a mayores niveles de educación; el número de mujeres que mueren al dar a luz se ha reducido prácticamente a la mitad y más mujeres están al mando de empresas, gobiernos y organizaciones mundiales.
Tras celebrar esos avances, explicó que, no obstante, en este Día Internacional de la Mujer, debemos reconocer que los logros han sido demasiado lentos y dispares, y hay que hacer mucho más por acelerar los progresos en todas las zonas del orbe.
“El mundo debe unir sus fuerzas para responder a los ataques contra mujeres y niñas por parte de los extremistas violentos. Desde Nigeria y Somalia hasta Siria y el Iraq, el cuerpo de la mujer se ha transformado en un campo de batalla donde los guerreros llevan a cabo estrategias específicas y sistemáticas, a menudo basándose en el origen étnico o la religión”, aseveró.
Insistió en que las mujeres han sido atacadas por intentar ejercer su derecho a la educación y a los servicios básicos; han sido violadas y convertidas en esclavas sexuales; han sido dadas como trofeo a los combatientes, o intercambiadas como mercancía entre grupos extremistas en redes de trata.
“Médicas, enfermeras y otras mujeres han sido asesinadas por intentar ejercer su profesión. Los defensores de los derechos humanos de las mujeres que tienen valor para oponerse a esas atrocidades ponen en peligro su vida —y a veces la pierden— en su lucha por la causa, explicó Ban Ki-Moon.
Llamó a adoptar una postura internacional clara contra este asalto total a los derechos humanos de la mujer por lo cual la comunidad internacional debe traducir su indignación en medidas concretas, como asistencia humanitaria, servicios psicosociales, apoyo a los medios de vida, y esfuerzos por llevar a los autores de estas atrocidades ante la justicia.
“Las mujeres y las niñas son a menudo los primeros blancos de ataque, por lo que sus derechos deben ocupar un lugar central en nuestra estrategia para hacer frente a este imponente y creciente desafío. Unas mujeres y unas niñas empoderadas son la mejor esperanza para el desarrollo sostenible después de los conflictos. Son los mejores motores del crecimiento, la mejor esperanza para la reconciliación, y la mejor protección frente a la radicalización de los jóvenes y la reproducción de los ciclos de violencia”, argumentó.
“Incluso en las sociedades que viven en paz, son demasiadas las niñas y las mujeres que siguen sufriendo malos tratos en el hogar, mutilación genital y otras formas de violencia que las traumatizan como individuos y dañan a sociedades enteras. La discriminación sigue siendo una espesa barrera que se ha de romper. Debemos ampliar las oportunidades en la política, la empresa y en otros ámbitos. Debemos cambiar las mentalidades, especialmente entre los hombres, inspirándolos a que se conviertan ellos mismos en agentes activos del cambio”, abundó el funcionario.
“Debemos respaldar nuestra determinación con recursos basándonos en el entendimiento seguro de que las inversiones en igualdad entre los géneros generan progreso económico, inclusión política y social y otros beneficios que, a su vez, fomentan la estabilidad y promueven la dignidad humana”, señaló.
El secretario general de la ONU remarcó que este es un año vital para el avance de la causa de los derechos humanos de las mujeres. “La comunidad internacional está trabajando duro para establecer una nueva agenda para el desarrollo sostenible que se basará en lo logrado con los Objetivos de Desarrollo del Milenio y conformará las políticas y las inversiones sociales para la próxima generación”.
“Para que sea realmente transformadora, la agenda para el desarrollo después de 2015 debe dar prioridad a la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de las mujeres. El mundo no alcanzará nunca el 100 % de sus objetivos si el 50% de la población no puede realizar su pleno potencial. Dando rienda suelta al poder de las mujeres podemos asegurar el futuro para todos”, concluyó.
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