Art Heitzer y Marjorie Cohn • 5 de noviembre, 2015
Millones de estadounidenses creen que el presidente Obama ha normalizado las relaciones con Cuba y terminado más de 50 años de esfuerzos por estrangular su economía. Pueden haberse sentido desconcertados cuando Estados Unidos se enfrentó a todas las demás naciones, salvo una, al oponerse a la resolución de la Asamblea General de la ONU, aprobada por 191 votos contra 2 el 27 de octubre pasado, que condena el continuo embargo comercial, económico y financiero de EE.UU. contra Cuba.
Según el Christian Science Monitor, “cuando el resultado de la votación se iluminó en la pantalla, muchos diplomáticos se pusieron de pie para ovacionar a Cuba”. El embajador de Estados Unidos no estaba entre ellos.
La resolución de la ONU acogió con satisfacción el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y reconoció “la voluntad expresa” de Obama de trabajar por la eliminación del embargo. Pero la comunidad mundial claramente no cree que las intenciones sean suficientes.
Cada año, desde 1992, Estados Unidos se ha opuesto sin éxito a estas resoluciones, ignorando el consenso internacional. En 2015, el embajador adjunto de EE.UU., Ronald Godard, dijo que era “lamentable” que el texto “no está a la altura de lo que refleja… el espíritu de acercamiento que el presidente Obama ha defendido”.
Bruno Rodríguez, ministro cubano del Exterior, pidió acciones concretas. “El levantamiento del bloqueo será el elemento esencial que dará sentido a lo avanzado en estos meses en las relaciones entre ambos países y determinará el ritmo hacia la normalización”, dijo a la Asamblea General.
Rodríguez dijo que el bloqueo es “un acto unilateral de Estados Unidos y debe ser levantado de manera unilateral, sin pedir nada a cambio”. Criticó no solo al Congreso de Estados Unidos, sino también el hecho de que Obama no utilizará medidas ejecutivas para aliviar el bloqueo.
Esta crítica a las acciones de Obama puede sorprender a aquellos que simplemente culpan a la inacción del Congreso la permanencia del bloqueo económico. Sólo tres días antes, el Gremio Nacional de Abogados (NLG) adoptó por unanimidad una resolución que critica las acciones por parte de la administración, las cuales parecen ir en contra del proclamado “espíritu de compromiso” de Obama.
Según expertos legales norteamericanos, la mayoría de las legislaciones de los últimos 55 años da a la administración la facultad de bloquear el comercio con Cuba –o de no bloquearlo. Por ejemplo, el presidente podría permitir que Cuba vendiera sus productos en el mercado de Estados Unidos, pero nada se ha hecho al respecto. Del mismo modo, las regulaciones del Departamento de Comercio de Estados Unidos de enero de 2015, sólo permiten que fabricantes norteamericanos abastezcan a empresas privadas en Cuba, y sólo si esos productos se utilizan para la propiedad privada.
Este es un burdo intento de imponer la privatización en Cuba. Un portavoz del Departamento de Comercio explicó que un productor norteamericano que desee suministrar equipos de calefacción y de aire acondicionado a una empresa privada en Cuba para que dé servicio a un hospital cubano no podría hacerlo bajo la nueva normativa, porque los hospitales cubanos son de propiedad pública.
Las nuevas regulaciones norteamericanas son también mucho más liberales en materia de telecomunicaciones que para el comercio en general. Estas restricciones arbitrarias desmienten la aseveración de la administración de que el Congreso debe actuar antes de que se pueda eliminar el bloqueo económico, aunque todos coinciden en que la derogación total requiere la acción del Congreso.
La resolución del NLG también señaló tres áreas en las que los funcionarios federales parecen estar saboteando los intentos de normalizar las relaciones con Cuba:
1) El Servicio de Impuestos Internos aparentemente está avanzando en sus planes para revocar el status 501 (c) 3 sin fines de lucro de la Fundación Interreligiosa para la Organización Comunitaria / Pastores por la Paz (IFCO / PFP), basándose en la larga historia de la organización de usar la desobediencia civil para desafiar las restricciones de Estados Unidos a los viajes a Cuba y el comercio con ese país –a pesar de que la unidad responsabilizada con hacer cumplir estas restricciones no se ha pronunciado en contra de IFCO / PFP.
2) La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos) ha renovado sus amenazas y acciones judiciales contra personas de Estados Unidos basándose en viajes anteriores a Cuba hace cuatro y cinco años, y ha amenazado con reactivar la celebración de los “juicios por los viajes” en Washington, D.C. El presidente George W. Bush había instituido esos juicios, pero los abandonó en 2006.
3) El Departamento de Estado de Estados Unidos ha continuado su patrón de retrasar injustificadamente o retener la emisión de visas de no inmigrante a los cubanos importantes invitados por organizaciones académicas y profesionales a visitar y hablar en Estados Unidos.
Por ejemplo, cuando la Asociación Sociológica Norteamericana invitó a un médico cubano gay, que había dirigido el programa de tratamiento integral de Cuba para las personas transexuales, a hablar en su convención de agosto de 2015 en Chicago, hizo falta que la oficina del senador Tammy Baldwin, y las de las congresistas Gwen Moore, John Conyers y Barbara Lee para obligar a que le dieran su visa, que se emitió sólo en el último minuto, por lo que se perdió la mayor parte de la convención.
Como resultado de estos esfuerzos congresionales, pudo entonces hablar también en el Centro Comunitario LGBT de Milwaukee y aparecer en la televisión pública de Chicago. Esta es la misma experiencia de muchos cubanos invitados, el más reciente un importante abogado laboral cubano invitado a hablar en la Convención NLG de octubre, y esto ha sucedido año tras año. Ambos expertos cubanos han recibido anteriormente visas de Estados Unidos y han venido aquí sin incidentes, aunque cada vez han tenido que esperar hasta el último minuto o después para reservar sus vuelos, a menudo perdiéndose la mayor parte de las convenciones a las que fueron invitados.
Obama espera pasar a la historia por haber finalizado el medio siglo de hostilidad de Estados Unidos hacia Cuba y su revolución. No sabemos lo que traerá la próxima administración. Sólo la presión sobre Obama para que actúe con decisión puede hacer que cumpla su promesa de normalizar verdaderamente las relaciones con Cuba.
(*) Art Heitzer (artheitzer@gmail.com) es abogado y presidente del Subcomité Cuba del Gremio Nacional de Abogados. Para obtener más información y las acciones que puede tomar, visite www.wicuba.org o llame 414 273 hasta 1040 ext. 12.
(*) Marjorie Cohn es profesora en la Escuela de Leyes Thomas Jefferson, expresidenta del Gremio Nacional de Abogados, y subsecretario general de la Asociación Internacional de Juristas Demócratas. Ver www.marjoriecohn.com.
Traducción de Germán Piniella para Progreso Semanal.
(Tomado de Consortium News)
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