Una alerta resulta necesaria luego de estos tres días de sesiones de las Comisiones Permanentes de Trabajo de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
En su edición de hoy, el diario Granma señaló que en la Comisión de Salud y Deporte no fue posible cumplimentar el orden del día de la jornada vespertina del martes, que tenía previsto analizar la fiscalización que hicieron susdiputadas y diputados a la conservación y el traslado interprovincial e internacional de fallecidos, y el seguimiento al tema de la ampliación y organización del servicio de incineración de restos humanos en el país.
“Ambos temas sensibles y que acumulan numerosas insatisfacciones en la población” —indicó el rotativo— no pudieron ser debatidos, “pues las autoridades a cargo de la presentación no asistieron a la comisión (hecho reiterado), responsabilidad que había sido informada con anterioridad al respectivo organismo”.
También en la jornada de este miércoles, en esa misma comisión de Salud y Deporte fue imposible contar con la presencia de los directivos de Comunales —sector que metodológicamente rige el Ministerio de Economía y Planificación— en un punto que pretendía el análisis de los principales planteamientos de la población en las rendiciones de cuenta de los delegados de circunscripción a sus electores.
En la Comisión de Asuntos Económicos, por su parte, un exhaustivo informe sobre los resultados de la fiscalización y control sobre el impacto económico del cumplimiento del Programa de Desarrollo de la ganadería vacuna, se tuvo que discutir sin la presencia de las autoridades correspondientes del Ministerio de la Agricultura.
En todos los casos las presidencias de estas comisiones parlamentarias o ponentes de estos puntos manifestaron que los organismos involucrados conocían con tiempo y recibieron por las vías establecidas las convocatorias o invitaciones para estas citas.
No por ser estos hechos muy inusuales y quizás fortuitos, dejan de merecer una llamada de atención que tiene que ser válida para todas las instituciones y organismos de la Administración Central del Estado.
Cualquiera que sea la razón de tales ausencias, no se justifica la inasistencia de los dirigentes administrativos de cualquier nivel a un escenario tan importante de intercambio directo con los máximos representantes electos del pueblo.
Dudamos que para cualquier entidad o directivo pueda existir algo más importante por estos días que las sesiones de trabajo en que diputadas y diputados discuten, proponen y exigen por el cumplimiento de las políticas económicas y sociales aprobadas para el desarrollo del país y el beneficio de la ciudadanía.
Nuestro Parlamento —es preciso enfatizarlo— merece respeto.
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